Ya sólo le faltaba a Francisco que Ezzati se le muriera en el hospital todavía como arzobispo de Santiago. Aunque su ingreso de momento no parezca grave. Pero a una persona hundida moralmente en el ejercicio de su cargo le puede ocurrir cualquier cosa. No puedo saber la gravedad de lo que algunos imputan a este pobre hombre que me parece mucho más tal cosa que un malvado. Pero el calvario por el que le están haciendo pasar creo que excede a las culpas que haya podido tener. y que, por lo que sé, ninguna fue de abuso. Ya hay hasta quien pide que le revoquen la nacionalidad chilena.
Y repito al Papa, que no me oirá pero que se debería dar cuenta él si es que se da cuenta de algo, que la situación chilena lleva mucho tiempo ya siendo insostenible y que es él quien tiene que resolverla. Confiemos en Dios que no empeorarla.
Un día más os enlazo innumerables artículos que están acabando con la religión en Chile. Donde van a quedar sólo los inasequibles al desaliento que son precisamente los que parecen no gustarle al Papa Francisco. Pues él se lo ha buscado.
Otra innumerable lista de artículos demoledores y seguro que habrá muchos más. Uno sólo llega a los que llega:
https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=2162550090625574&id=1703571259856795
https://www.theclinic.cl/2018/08/07/caso-maristas-la-segunda-vida-de-un-sobreviviente/
Que le acepten la renuncia a Ezzati y nombren a su auxiliar administrador apostolico de Santiago mientras les da tienpo a elgir a mejor sucesor posible.
Me da muchísma pena por lo del Cardenal Ezzati, a quiern conozco personalmente y para quien tengo una gran estima. Los que está pasando con la Igleisa en Chile, y en gran medida debido a los deslate de Francisco, es horrosos y al final va a acabar peor que la de Irlanda. Juan Carlos Cruz, según entienodo es un mentirios que quiere enriquecerse con la suma notable de $600,000 después de haber dicho que no iba a pedir dinero. ¿Cómo es que entre todos los chicos involucrados con Kardina, tan solo a los dos que llegaron a ser obispos, Barros y Valenzuela, los acusa de haber estado presente cuando Karadina lo abusaba, cosa poco verosímil en cualquier pederasta que normalmente se empeña a que las víctimas guarden estricto silencio?
¿En cuanto a los Jesuitas chilenos, cómo es que se han liberado de la ira pública cuando se ha descubierto que no pocos de ellos abusaban a chicos alumnos del Colegio de San Ignacio, incluso uno que llegó a Provincial?
¿Quién es responsable de los obispos que tenemos? En Chile y en toda la Iglesia lo es el que firma su nombramiento. Que no sólo no dimite sino que a todos los que le han precedido en esa responsabilidad los ha canonizado. Por cierto el firmante del nombramiento de obispo y luego cardenal de Jorge Bergoglio fue Juan Pablo II. Y Vds perdonen si les molesta pero sólo con este hecho y hay más -beso al Corán, alabanza pública a Maciel, actos interreligiosos de Asís…- un servidor jamás le añadirá el «San».
Al lado de docenas de purpurados, Ezzati es un San Ambrosio.Creo que es el menos culpable de lo ocurrido y me da pena su situación, y más aún cuando leo que transmitió a Roma las declaraciones abominables de ciertos jesuitas chilenos, envenenados de satanismo.
Las puso en conocimiento de Roma porque con gran firmeza doctrinal y disciplinaria, y haciendo uso de sus facultades, el Nuncio Scapolo se lo requirió. La cosa jamás fue de iniciativa de Ezzati.
10-VIII-2018
Estimado Paco Pepe:
Ezzati, ignoro en qué grado, pertenece al riñón de la progresía eclesial chilena, cuya poderoso lobby resultó en su momento uno de los factores determinantes para doblar la mano a una Roma cuyo candidato a arzobispo de Santiago era un prelado de gran virtud, preparación y excelente línea doctrinal. Sin embargo, a no mucho andar el salesiano caería en desgracia cuando, a requerimiento del Nuncio Scapolo, enviara al Vaticano ciertos antecedentes de los emblemáticos y polémicos sacerdotes, auténticas vacas sagradas, Mariano Puga, José Aldunate y Felipe Berríos -jesuitas estos dos últimos-, si mal no recuerdo declaraciones de prensa conteniendo graves afirmaciones contrarias a la moral católica. Posteriormente, y nuevamente sin que fuera su iniciativa, no renovaría la misión canónica para enseñar en la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Chile al jesuita Jorge Costadoat, un influyente heterodoxo.
En la situación por la que atraviesa el episcopado chileno, y en la de Ezzati en particular, es posible que el Papa esté aplicando el mismo o similar criterio que en el caso de mons. Juan Barros, el ahora obispo emérito de Osorno, cuyo terrible entuerto, sencillamente kafkiano, fue originado y en todo momento avalado y sostenido por el propio Francisco.
A propósito, tal como anteriormente lo he dicho en diversos foros de este blog, Barros es de manera indudable otra grave víctima de los abusos de conciencia y de poder -se ignora si además sexuales- del padre Karadima, cuya personalidad psicopática ejercía un control absoluto sobre las mentes y las voluntades de sus discípulos predilectos. Esta circunstancia, pese a ser fácilmente deducible, fue interesadamente silenciada por la izquierda eclesial y por los medios, interesados en crucificarlo como verdadero encubridor en el sentido criminal del término. Es así como hoy en día Barros es un sobreviviente no sólo de los abusos de su mentor sino que también, por cierto de otra manera, de quien lo mantuvo sometido a una prueba extrema, con severo riesgo para su integridad física y psíquica, al rechazarle en dos oportunidades la renuncia, sin que resulte del todo creíble su aseveración de haber sido mal informado. En todo este trance, empero, jamás se vio a Barros perdiendo su serenidad, su bondad y su señorío, propios de su condición de auténtico hombre de Dios y de miembro de una de las familias chilenas más antiguas y distinguidas.
Tal como se están dando las cosas, más que de una reforma, la Iglesia chilena parece ser, y ojalá me equivoque, objeto de una auténtica revolución dirigida desde Santa Marta. Demás está decir que ante todo esto la progresía no deja de sobarse las manos.
Un cordial saludo.