El Papa no es quien para exigir o reclamar nada a un Gobierno que no es católico.

|

Porque le pueden mandar a hacer puñetas. Y en el mejor de los casos no hacerle el menor caso.

Había Gobiernos que se proclamaban católicos incluso constitucionalmente. Pareció que eso a la Iglesia, o a algunos Papas, les repateó. Y ante la hostilidad dejaron de proclamarse católicos.  Lo bueno, y recomendadísimo, es que sean  laicos. Aunque de una sana laicidad. O sea casi católicos pero disimulándolo. Es decir, pagando pero procurando que no se entere casi nadie. Y eso es imposible. ¿No quieren Gobiernos católicos? Pues a aguantar lo que viene. Que es duro. Los Gobiernos indios jamás fueron católicos

http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2018/08/19/religion-iglesia-vaticano-angelus-papa-francisco-gobiernos-solidaridad-apoyo-victimas-inundaciones-india-ucranianos-paz-reconciliacion.shtml

<

Pero  los hubo católicos, o más o menos simpatizantes, que podían echar una mano.  La Iglesia los liquidó. Pues ahora el Papa en la India, Ucrania y donde sea está más solo que la una. Seguro que ni Evo Morales que debe ser s mayor apoyo internacional. Trump seguro que no.

Pues ante eso lo de exigir, reclamar… suena a chiste. Como mucho suplicar, rogar, impetrar… Y en la seguridad de que con respuesta nula. El Papa no tenía las divisiones por las que preguntaba Stalin. Pero tenía un respaldo moral impresionante. Tanto que derribó el  muro soviético. ¿Ahora qué tiene? Como mucho, si lo consigue, derrumbará los muros que encarcelan a ula da Silva. ¿Y eso queimporta al mundo y a la Iglesia? Pobres católicos chinos, indios, ucranianos… que dan la impresión de que al Papa le traen sin cuidado. Más bien que son una molestia.

Pero a lo que íbamos: de exigir y reclamar, nada. Un pobre perro palleiro que mueve el rabo a ve si le cae algo que llevarse a la boca.

 

 

 

Comentarios
15 comentarios en “El Papa no es quien para exigir o reclamar nada a un Gobierno que no es católico.
  1. Carta abierta a los Cardenales:

    Carta abierta a los cardenales de la Iglesia Católica

    20 DE AGOSTO DE 2018/6 COMENTARIOS
    Sacerdotes, académicos e intelectuales católicos acaban de hacer un llamamiento público a los cardenales para obtener del Santo Padre que se apegue a la auténtica doctrina católica sobre la pena de muerte. Esta convocatoria se hizo pública el 15 de agosto en la revista de gran prestigio en los Estados Unidos First Things. El sitio web católico de los EE. UU., Life Site News, ha publicado la lista completa de signatarios antes del 15 de agosto. Aquí está el texto de esta carta abierta.

    El Papa Francisco revisó el Catecismo de la Iglesia Católica para escribir: «La pena de muerte es inadmisible porque viola la inviolabilidad y la dignidad de la persona. Esta declaración ha sido entendida por muchos, tanto dentro como fuera de la Iglesia, como la enseñanza de que la pena capital es intrínsecamente inmoral y, por lo tanto, siempre injusta, incluso en principio.

    Aunque ningún católico está obligado a apoyar la aplicación de la pena de muerte en la práctica (y todos los abajo firmantes no apoyan su uso), enseñar que la pena de muerte es siempre e inherentemente un mal contradiría las Escrituras. Que la pena de muerte puede ser un medio legítimo para asegurar que la justicia retributiva lo afirma el Génesis 9,6 y muchos otros textos bíblicos, y la Iglesia sostiene que la Escritura no puede enseñar el error moral.
    La legitimidad principal de la pena de muerte es también la enseñanza constante del Magisterio durante dos milenios. Desafiar a la Escritura y a la Tradición en este punto cuestionaría la credibilidad del magisterio en general.

    Muy preocupados por esta situación escandalosa, queremos ejercer el derecho afirmado por Canon 212 del Código de Derecho Canónico: «Los fieles son libres de dar a conocer a los Pastores de la Iglesia sus necesidades, principalmente las espirituales, y sus deseos. De acuerdo con el conocimiento, las habilidades y el prestigio que poseen, tienen el derecho, e incluso el deber, de manifestar su opinión a los pastores sagrados sobre asuntos relacionados con el bien de la Iglesia y dar a conocer su opinión a los demás fieles cristianos, sin perjuicio de la integridad de la fe y la moral, con respecto a sus pastores y atentos a al bien y dignidad de las personas en generaj. »

    También nos guiamos por la enseñanza de Santo Tomás de Aquino, quien declara: «Si la fe estuviera en peligro, un sujeto debería reprender a su prelado incluso públicamente». Por lo tanto, Pablo, que fue subordinado de Pedro lo reprendió en público, debido al peligro inminente de escándalo concerniente a la fe, y, como dice San Agustín en el comentario a Gálatas 2:11, «Pedro dio un ejemplo a los superiores, Cada vez que se apartan del camino correcto, no deben despreciar el que sus súbditos los amonesten.» (Summa Theologiae, II-II, q. 33, art. 4, ad 2).

    Por lo tanto, nosotros, los abajo firmantes, presentamos la siguiente apelación:

    A sus Eminencias, los Cardenales de la Santa Iglesia Romana:

    Como es una verdad contenida en la Palabra de Dios y enseñada por el Magisterio ordinario y universal de la Iglesia Católica, que los criminales pueden ser legalmente ejecutados por el poder civil, cuando es necesario para preservar la fe y el orden en la sociedad civil, y ya que el actual Pontífice romano ha manifestado públicamente más de una vez su negativa a enseñar esta doctrina, y ha confundido a la Iglesia, insertando sus criterios particulares en el Catecismo de la Iglesia Católica, haciendo pensar a muchas personas, creyentes y no creyentes, que tal supuesto es considerado por la Iglesia contrario a la Palabra de Dios, o sea, que que la pena de muerte es inherentemente un mal,
    Por la presente a sus Eminencias que aconsejen a Su Santidad que es su deber poner fin a este escándalo, retirar este párrafo del Catecismo y enseñar el Palabra de Dios no adulterada; y nos aventuramos a afirmar nuestra convicción de que esta misión es para ustedes un deber que los compromete seriamente ante Dios y la Iglesia.
    Hadley Arkes
    Edward N. Ney Professor in American Institutions Emeritus
    Amherst College
    Joseph Bessette
    Alice Tweed Tuohy Professor of Government and Ethics
    Claremont McKenna College
    Patrick Brennan
    John F. Scarpa Chair in Catholic Legal Studies
    Villanova University
    J. Budziszewski
    Professor of Government and Philosophy
    University of Texas at Austin
    Isobel Camp
    Professor of Philosophy
    Pontifical University of St. Thomas Aquinas
    Richard Cipolla
    Priest
    Diocese of Bridgeport
    Eric Claeys
    Professor of Law
    Mason University
    Travis Cook
    Associate Professor of Government
    Belmont Abbey College
    S. A. Cortright
    Professor of Philosophy
    Saint Mary’s College
    Cyrille Dounot
    Professor of Legal History
    Université Clermont Auvergne
    Patrick Downey
    Professor of Philosophy
    Saint Mary’s College
    Eduardo Echeverria
    Professor of Philosophy and Theology
    Sacred Heart Major Seminary
    Edward Feser
    Associate Professor of Philosophy
    Pasadena City College
    Alan Fimister
    Assistant Professor of Theology
    St. John Vianney Theological Seminary
    Luca Gili
    Assistant Professor of Philosophy
    Université du Québec à Montréal
    Brian Harrison
    Scholar in Residence
    Oblates of Wisdom Study Center
    L. Joseph Hebert
    Professor of Political Science
    St. Ambrose University
    Rafael Hüntelmann
    Lecturer in Philosophy
    International Seminary of St. Peter
    Fr. John Hunwicke
    Priest
    Personal Ordinariate of Our Lady of Walsingham
    Robert C. Koons
    Professor of Philosophy
    University of Texas at Austin
    Peter Koritansky
    Associate Professor of Philosophy
    University of Prince Edward Island
    Peter Kwasniewski
    Independent Scholar
    Wausau, Wisconsin
    John Lamont
    Fellow of Theology and Philosophy
    Australian Catholic University
    Roberto de Mattei
    Author
    The Second Vatican Council: An Unwritten Story
    Robert T. Miller
    Professor of Law
    University of Iowa
    Gerald Murray
    Priest
    Archdiocese of New York
    Lukas Novak
    Lecturer in Philosophy
    University of South Bohemia
    Thomas Osborne
    Professor of Philosophy
    University of St. Thomas
    Michael Pakaluk
    Professor of Ethics
    Catholic University of America
    Claudio Pierantoni
    Professor of Medieval Philosophy
    University of Chile
    Thomas Pink
    Professor of Philosophy
    King’s College London
    Andrew Pinsent
    Research Director of the Ian Ramsey Centre
    University of Oxford
    Alyssa Pitstick
    Independent Scholar
    Spokane
    Donald S. Prudlo
    Professor of Ancient and Medieval History
    Jacksonville State University
    Anselm Ramelow
    Chair of the Department of Philosophy
    Dominican School of Philosophy and Theology
    George W. Rutler
    Priest
    Archdiocese of New York
    Matthew Schmitz
    Senior Editor
    First Things
    Josef Seifert
    Founding Rector
    International Academy of Philosophy
    Joseph Shaw
    Fellow of St Benet’s Hall
    University of Oxford
    Anna Silvas
    Adjunct Senior Research Fellow
    University of New England
    Michael Sirilla
    Professor of Dogmatic and Systematic Theology
    Franciscan University of Steubenville
    Joseph G. Trabbic
    Associate Professor of Philosophy
    Ave Maria University
    Giovanni Turco
    Associate Professor of Philosophy
    University of Udine
    Michael Uhlmann
    Professor of Politics & Government
    Claremont Graduate University
    John Zuhlsdorf
    Priest
    Diocese of Velletri-Segni
    Additional signatories:
    Dame Colleen Bayer DSG, Founder, Family Life International NZ
    James Bogle Esq., TD MA Dip Law, barrister (trial attorney), former President FIUV, former Chairman of the Catholic Union of Great Britain
    Fr. John Boyle JCL
    Judie Brown, President, American Life League
    Fr. Michael Gilmary Cermak MMA
    Fr. Linus F Clovis, Ph.D, JCL, M.SC., STB
    Hon. Donald J. Devine, Senior Scholar, The Fund for American Studies
    Dr. Maria Guarini, editor of the website Chiesa e postconcilio
    John D. Hartigan, retired attorney and past member, Public Policy Committee of the New York State Catholic Conference
    Dr. Maike Hickson, journalist
    Dr. Robert Hickson, Retired Professor of Literature and Strategic-Cultural Studies
    Fr. Albert Kallio, Professor of Philosophy at Our Lady of Guadalupe Monastery, New Mexico
    Fr. Serafino M. Lanzetta STD
    Dr. Robert Lazu, Independent Scholar and Writer
    Dr. James P. Lucier, Former Staff Director, U.S. Senate Committee on Foreign Relations
    Dr. Pietro De Marco, former professor of Sociology of Religion, University of Florence
    Dr. Joseph Martin, Associate Professor of Communication, Montreat College
    Dr. Brian McCall, Associate Dean for Academic Affairs and Associate Director of the Law Center, Orpha and Maurice Merrill Professor in Law, University of Oklahoma
    Fr. Paul McDonald, parish priest of Chippawa, Ontario
    Dr. Stéphane Mercier, former lecturer in Philosophy at the Catholic University of Louvain (Belgium)
    Fr. Alfredo Morselli, SSL, parish priest in the diocese of Bologna
    Maureen Mullarkey, Senior Contributor, The Federalist
    Fr. Reto Nay
    Dr. Claude E. Newbury M.B., B.Ch., D.T.M&H., D.O.H., M.F.G.P., D.C.H., D.P.H., D.A., M. Med; Former Director of Human Life International in Africa south of the Sahara
    Giorgio Nicolini, Writer, Director of Tele Maria
    Dr. Paolo Pasqualucci, retired Professor of Philosophy, University of Perugia, Italy
    Prof. Enrico Maria Radaelli, Philosopher
    Richard M. Reinsch II, Editor, Law and Liberty
    R. J. Stove, Writer and Editor
    Fr. Glen Tattersall, Parish Priest, Parish of Bl. John Henry Newman, archdiocese of Melbourne; Rector, St Aloysius’ Church
    Dr. Thomas Ward, Founder of the National Association of Catholic Families and former Corresponding Member of the Pontifical Academy for Life

    New Signatories:
    On August 15, 2018
    Fr. Claude Barthe, Diocesan priest
    Donna F. Bethell, J.D. Washington, DC
    Prof. Michele Gaslini, Professor of Public Law at the University of Udine
    Brother Andre Marie, M.I.C.M., MA (Dogmatic Theology), Prior of Saint Benedict Center, New Hampshire
    Fr. John Osman, diocese of Birmingham, England
    Fr. Alberto Strumia, retired professor of Mathematical Physics, University of Bari, Italy
    Guillaume de Thieulloy, PhD in political science, editor of the French Blog Le Salon Beige
    Marco Tosatti, Journalist, Vatican observer
    Christine Vollmer, former member of the Pontifical Council for Family and the Pontifical Academy for Life

  2. «Lo bueno, y recomendadísimo, es que sean laicos.». Es falsa esta afirmación y contraria al Evangelio. Jesús dice al final del Evangelio de San Mateo «Me has dido dado todo poder EN EL CIELO Y EN LA TIERRA». Por ello, la Iglesia no puede dejar de proclamar la doctrina del Reinado Social de Jesucristo y desde el siglo IV, cuando ya empezó a ser posible ha preferido el Estado Confesional. Sí esto ha tenido sus problemas, pero también ha producido la Cristiandad que tuvo sus mejores frutos en los siglos XI_XIII cuando se dieron unos reyes santos, los ejemplos mejor conocidos siendo San Louis de Francia y San Fernando de Castilla, y otro muchos. Le invito a leer la Encíclica del Papa Pío XI, Quas Primas http://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_11121925_quas-primas.html Esta doctrina sigue vigente, pese a las afirmaciones equivocadas, entre otras muchos del Papa Francisco.

    Ahora bien, es obvio que hoy en día en un mundo totalmente paganizado la Iglesia no puede esperar que se vuelva a la cristiandad, pero no puede renunciar a lo que debiera de ser. Después del Vaticano II con Pablo VI y los obispos españoles cambiaron sus ideas y retiraron su apoyo al regímen del Gereral Franco que los había salvado de genocidio. «De los bien nacidos es ser agradecidos». Poco agradecidos estos obispos algunos de los cuales con su clero apoyaranon al grupo terrorista comunista ETA, y se dice que guardaban sus armas en los cajones de las sacristías. Con estos obispos y clero, ¿es de extrañar que se haya dado la apostasía casi total del catolicismo español con todo lo que eso implica? Ahhora el Arzobispo de Sevilla y el de Madrid están dispuestos a permitir que un gobierno «okupa» y criminal se meta en Basílicas para sacar tumbas? ¿Les dará miedo lo de la X?

    1. Será más lógico que los gobiernos en la tierra estén regidos por católicos auténticos seglares.

      El Papa y resto de la Jerarquía que se ocupen de formar auténticos cristianos y por ende santos y de administrar los Sacramentos,

      Los pobres y necesitados son deber de los gobiernos y Estados. No de la Iglesia.

      Por ello si los católicos seglares gobernásemos toda la Tierra, el mundo sería más justo y feliz.

    2. La experiencia nos dice que los gobiernos confesionales fracasan, sean de la religión que sean, en el Islam se mantienen a base de despilfarro y terror sobre la gente.

      Lo que se necesitan son gobiernos aconfesionales o laicos formado por personas católicas, que hagan la política que tengan que hacer y el Papa está para dar consejos, pocos, muy pocos y con fundamento.

      Pero esto ocurre en todos los órdenes de la vida, se necesitan no profesiones católicas, sino profesionales que sean católicos. Pero ¿de donde se sacan católicos?

  3. Es verdad lo que dice, pero me parece hilar demasiado fino. El Papa no tiene ninguna posibilidad de exigir nada ni a los gobiernos ni tan siquiera a los católicos, salvo en muy contados aspectos, pero no cabe duda que aún estando muy disminuida la influencia de la Iglesia sigue siendo importante para un sector importante de la población mundial, y la mera petición o recomendación tiene cierta capacidad de exigencia aún siendo bastante menor que la que tenía con cualquiera de sus antecesores.
    Por otra parte, el Papado es una de las instituciones claves de la Iglesia, y aunque algunas de las actuaciones nos entristezcan y desconcierten, como suele decirse, “eso es lo que hay”. La mayoría de los Papas nos sirven de guía en la mayoría de los aspectos religiosos y éticos e incluso culturales, mientras que con otros tenemos que reducir su influencia a la mínima expresión, pero creo que la expresión de que “Dios escribe derecho en renglones torcidos”, es muy real.

  4. Lo que pasa es que esta señora feminista no pudo decir su pensamiento completo: ella estará en contra también, supongo, es lógico, del matrimonio, esa institución patriarcal y opresora. Así que cuando dice que no al celibato, hay que preguntarse qué pone en su lugar, porque no creo que tenga especial interés en que los sacerdotes se casen. Más bien, «haz el amor y no la guerra» o cosas así. ¿Pero qué otra cosa querríamos que hiciese esta señora? ¿Pensar? ¡Crueles, malvados!

  5. Docenas de sectas protestantes permiten curas casados y eso no acabó ni acabará con los abusos.A los curas sodomitas el matrimonio no los hará dejar de serlo: pasarán a ser sodomitas, pero casados y, si lo creen oportuno, seguirán teniendo relaciones con adolescentes.Lo que dice la feminista de «El País» es una majadería de tamaño himalayesco (casi no hay ni una feminista que tenga dos dedos de sentido común: son profundamente imbéciles).

    1. Si nos cayó una buena cruz, pero se supone que debe servirnos para ser mejores.

      Algo debe tener el celibato cuando todos quieren quitarlo. La Iglesia tiene mucha experiencia de curas casados, al fin y al cabo en las iglesias orientales, se pueden casar. si se mantiene el celibato sin duda es porque tiene más ventajas que inconvenientes.

      A ver si este comentario sale. He escrito cuatro o cinco y salvo que sangan dentro de unas horas, no ha salido ninguno. Y de ayer también se ha perdido alguno.

  6. estados unidos, europa y china ignoran a bergoglio, en latinoamérica bergoglio ya causa indiferencia, por ende bergoglio en la geopolítica mundial es un cero a la izquierda que ni quita ni pone.

  7. Al papa jesuita ya no le respetan ni los enemigos de la Iglesia. Los esfuerzos del argentino para agradar a lo peor se han visto recompensados con la deserción de fieles en la Plaza de San Pedro y con las críticas de los medios -que hasta ahora le aplaudían- que le atacan por el caos que el propio Francisco I ha provocado en la Iglesia de Cristo. Aunque, quienes están detrás son, cómo no, los enemigos internos, quienes pretenden abolir el celibato, como se argumenta hoy en el diario «El País» a través de la activista feminista Nancy Huston:

    «¿Por qué son los niños sus víctimas preferidas? No porque los sacerdotes sean pedófilos —la proporción de pedófilos entre ellos seguramente no es mayor que entre la población en general—, sino porque esos hombres tienen miedo, y los jóvenes, que son más débiles, más vulnerables y más fáciles de intimidar, tienen muchas menos probabilidades de denunciarlos que los mayores. Si los curas sacaran sus penes entumecidos —esos pobres órganos frustrados, eternamente reprimidos— en presencia de sus feligreses adultos, o visitaran habitualmente a trabajadores del sexo, los “atraparían” de inmediato. Con los jóvenes, pueden hacer lo que quieren durante años e incluso decenios. Tienen a su alcance a todos esos niños recién llegados al coro, las niñas que acaban de recibir su confirmación, una joven virgen en la intimidad del confesionario, un guapo adolescente en un campamento de verano… El poder y la influencia de los sacerdotes sobre esas personas son sobrehumanos, casi divinos. Y pueden volver a hacer lo mismo al año siguiente, con los mismos grupos o con otros nuevos. Esto no tiene nada de sagrado, Francisco: es una profanación.»

    Así que, con un par, conmina al papa jesuita para que elimine la obligatoriedad del celibato:

    «Lo que hay que subrayar es que ese dogma, tan dañino, al menos, como la circuncisión femenina y el burqa, es consecuencia de una decisión histórica concreta. Y eso significa que se puede revocar con otra decisión histórica, que solo usted, Francisco, está en situación de tomar. Sí, solo usted tiene el poder de eliminar la obligatoriedad del celibato para los sacerdotes católicos y, de esa forma, proteger a un número incalculable de niños, adolescentes, hombres y mujeres en todo el mundo.

    »El celibato forzoso no sirve de nada. Está suficiente y repetidamente demostrado. La mayoría de los sacerdotes no logran conservar la castidad. Lo intentan, pero fracasan. Hay que reconocer la verdad y enterrar este inicuo dogma de una vez por todas. Es un crimen seguir tergiversando la realidad y perdiendo tiempo con la cantidad de vidas destruidas por su culpa. Sabe que eso es así, Francisco; todos lo sabemos. El papel de la Iglesia no es proteger a los poderosos, sino a los indefensos, no a los culpables, sino a los inocentes. Jesús dijo: “Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos” (Mateo 19:14). En el último milenio, ¿cuántos millones de niños se han apartado de la Iglesia, asqueados de ella, sin poder acudir a Jesús después de haber vivido este trauma?

    »Por eso le pido, Francisco, que tenga el valor para decir BASTA. Como autoridad suprema de la Iglesia católica, sería, con gran diferencia, el acto más importante, más valeroso y más cristiano de todo su mandato. Sé que no lo haría en busca de gloria personal, pero es indudable que se la daría. Los sacerdotes y sus congregaciones le rendirían homenaje eterno por su clarividencia, su humanidad y su sabiduría.

    »Sea valiente, se lo ruego. Ha llegado el momento. La Iglesia debe dejar cuanto antes de permitir (es decir, perpetuar, es decir, cometer) unos crímenes que han arruinado tantas vidas en todo el mundo durante 10 siglos. ¡Di BASTA, Francisco!

    »Y si no lo dice, al menos, tenga la amabilidad de explicarnos las verdaderas razones de su decisión.»

    Así que a ese gran comediante, al gran demagogo que es el papa jesuita, le llueven tortas hasta de los propios enemigos de la Iglesia. Una muestra inequívoca más de la ineptitud total del porteño no ya para ser papa, ni cardenal ni obispo, como advirtió el general de los jesuitas Peter Hans Kolvenbach. Y es que, de no haber sito tomada al asalto la compañía de jesús por los arrupitas, Bergoglio no hubiese pasado de ser un anónimo operario en una humilde casa de la compañía en Argentina.

    Cada vez son más las voces que reconocen que urge acabar con esta locura que amenaza con ocasionar graves divisiones dentro de la Iglesia de Cristo. Son demasiados ya los okupas que campan a sus anchas por el Vaticano, a cual peor. Y si lo que quieren es cambiar la Iglesia, que se marchen , que se hagan protestantes o que funden su propia iglesia, pero que a los católicos comprometidos nos dejen en paz de una vez, en lugar de seguir afanándose en cumplir su único objetivo: hacer daño.

    Afortunadamente, carecen de las capacidades intelectuales, de modo que el daño será limitado y provocará la resurrección de la Iglesia que lleva dos mil años siendo fiel al Señor. Y es que, como ellos deberían de de saber: DE DIOS NADIE SE BURLA. Solo queda, por tanto, que uno a uno les vaya llamando a rendir cuentas.

    https://elpais.com/elpais/2018/08/18/opinion/1534610092_751368.html

  8. Ha puesto el blogger el dedo en la llaga de la que puede ser la mayor de las contradicciones de Francisco. Y la más inicua. Su defensa incondicional de la inmigración salvaje y su total abandono de los mártires de hoy.

  9. ¿Cómo que «Pobres católicos chinos, indios, ucranianos… que dan la impresión de que al Papa le traen sin cuidado. Más bien que son una molestia.» Es que al porteño, efectivamente, le traen sin cuidado y para el son una molestia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *