Sobre la moral sexual de la Iglesia. No todo vale. Y no se puede decir más claro. Este cura es muy notable. Obligatorio escucharle. http://www.adelantelafe.com/una-solucion-equivocada/
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Extraordinario en su coherencia y en su brillantez.
El bandazo desde el rigorismo al «todo vale» sería una catástrofe porque además de amoral sería perder el sentido de una barca pilotada ….
No debe prolongarse el mareo que asusta y aleja a los que no soportan la falta de rigor, orden, autoridad y unidad. Necesitamos que se ponga orden y se corrija lo corregible, ya sea el excesivo rigorismo del pasado, en que los pecados se multiplicaban como los centímetros de las faldas, o el mucho mas perverso relativismo que niega el pecado y por consiguiente toda la Doctrina de nuestra Iglesia.
Al parecer fue una reunión de casposos que invitaron a un medio de izquierdas para que hiciera la crónica. En fin…
.
Esto es bueno, así sabemos por donde va la película. Y en la película no aparece una nueva iglesia fundada por estos, porque ellos nunca han pensado en eso, ellos lo que quieren es destruir la Iglesia, como siempre ha ocurrido.
.
El remedio es simple y parece que todos lo sabemos, menos las alturas vaticanas. Se trata de evangelizar, de predicar que es lo que hizo S. Pablo y es lo que han hecho tantos después.
.
Pero nadie se pone a ello y así vemos como cada dia se cierra un convento o como un cura anciano tiene que hacerse cargo de una nueva parroquia por vacante del titular y los obispos discutiendo el sexo de los ángeles. Y cuando alguien intenta hacer su deber, salen los mosqueteros y lo eliminan.
.
Ayer Joel me contestó al comentario diciendo que tenemos que hacer, que no podemos dejarlo a Dios. No le voy a contestar con el salmo, pero no veo como puedo yo llegar hasta el jefe de los mosqueteros, un cardenal no suele estar al alcance de un fiel cualquiera. Pero suponiendo que me lo encontrara, ¿qué puedo decir yo a tan alto personaje? Porque parece que se nos olvida que todos los cardenales incluso los obispos y muchos curas, son de mayor inteligencia que el común de los mortales y ¿qué le puedes decir a alguien mucho más inteligente que tú?
.
Y ya escribimos en el blog, que es lo más que puedo hacer y ya vemos que no sirve de mucho, pues ya llevamos más d eun año criticando a los mosqueteros por el asunto de los FF II y siguen sufriendo el martirio como el primer día.
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Y la oración es lo más poderoso que tenemos, de modo que recemos y pidamos, que se nos dará, aunque no sabemos los caminos del Señor y de todas estas desgracias sladrá un mayor bien para la Iglesia.
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Y si Dios quisiera eliminar a los casposos ya habría salido un Atanasio que los habría hecho polvo, aunque a S. Atanasio le costó cinco destierros, lo que nos dice que Dios es contrario al camino fácil.
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Recemos que es lo mejor que podemos hacer y por supuesto denunciemos los abusos, pero poco podemos hacer nosotros solos.
Muy firme en la defensa de la doctrina católica sobre el matrimonio y los pecados de la carne. Pero ciego ante las raíces conciliares de la actual deriva laxista en esa materia.
Ha pasado más de un cuarto de siglo y todavía recuerdo su crónica vergonzosa en Abc sobre las providenciales consagraciones episcopales del arzobispo Lefebvre en 1988. El caso clásico del moderado desbordado por la Revolución, del girondino guillotinado por los jacobinos, de quien levanta un cadalso para las consecuencias y un trono para las premisas. Pero, cuando llega otra hora de la verdad, como en
1988, bienvenido a la misma trinchera en defensa de las verdades católicas contra los innovadores.
Extraordinario en su coherencia y en su brillantez.
El bandazo desde el rigorismo al «todo vale» sería una catástrofe porque además de amoral sería perder el sentido de una barca pilotada ….
No debe prolongarse el mareo que asusta y aleja a los que no soportan la falta de rigor, orden, autoridad y unidad. Necesitamos que se ponga orden y se corrija lo corregible, ya sea el excesivo rigorismo del pasado, en que los pecados se multiplicaban como los centímetros de las faldas, o el mucho mas perverso relativismo que niega el pecado y por consiguiente toda la Doctrina de nuestra Iglesia.
Al parecer fue una reunión de casposos que invitaron a un medio de izquierdas para que hiciera la crónica. En fin…
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Esto es bueno, así sabemos por donde va la película. Y en la película no aparece una nueva iglesia fundada por estos, porque ellos nunca han pensado en eso, ellos lo que quieren es destruir la Iglesia, como siempre ha ocurrido.
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El remedio es simple y parece que todos lo sabemos, menos las alturas vaticanas. Se trata de evangelizar, de predicar que es lo que hizo S. Pablo y es lo que han hecho tantos después.
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Pero nadie se pone a ello y así vemos como cada dia se cierra un convento o como un cura anciano tiene que hacerse cargo de una nueva parroquia por vacante del titular y los obispos discutiendo el sexo de los ángeles. Y cuando alguien intenta hacer su deber, salen los mosqueteros y lo eliminan.
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Ayer Joel me contestó al comentario diciendo que tenemos que hacer, que no podemos dejarlo a Dios. No le voy a contestar con el salmo, pero no veo como puedo yo llegar hasta el jefe de los mosqueteros, un cardenal no suele estar al alcance de un fiel cualquiera. Pero suponiendo que me lo encontrara, ¿qué puedo decir yo a tan alto personaje? Porque parece que se nos olvida que todos los cardenales incluso los obispos y muchos curas, son de mayor inteligencia que el común de los mortales y ¿qué le puedes decir a alguien mucho más inteligente que tú?
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Y ya escribimos en el blog, que es lo más que puedo hacer y ya vemos que no sirve de mucho, pues ya llevamos más d eun año criticando a los mosqueteros por el asunto de los FF II y siguen sufriendo el martirio como el primer día.
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Y la oración es lo más poderoso que tenemos, de modo que recemos y pidamos, que se nos dará, aunque no sabemos los caminos del Señor y de todas estas desgracias sladrá un mayor bien para la Iglesia.
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Y si Dios quisiera eliminar a los casposos ya habría salido un Atanasio que los habría hecho polvo, aunque a S. Atanasio le costó cinco destierros, lo que nos dice que Dios es contrario al camino fácil.
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Recemos que es lo mejor que podemos hacer y por supuesto denunciemos los abusos, pero poco podemos hacer nosotros solos.
Muy firme en la defensa de la doctrina católica sobre el matrimonio y los pecados de la carne. Pero ciego ante las raíces conciliares de la actual deriva laxista en esa materia.
Ha pasado más de un cuarto de siglo y todavía recuerdo su crónica vergonzosa en Abc sobre las providenciales consagraciones episcopales del arzobispo Lefebvre en 1988. El caso clásico del moderado desbordado por la Revolución, del girondino guillotinado por los jacobinos, de quien levanta un cadalso para las consecuencias y un trono para las premisas. Pero, cuando llega otra hora de la verdad, como en
1988, bienvenido a la misma trinchera en defensa de las verdades católicas contra los innovadores.