Que no les ha gustado nada.
Se creyeron el ombligo del mundo y de la Iglesia y hoy ven que de ombligo nada, de mundo tampoco y de Iglesia oficial pues casi que menos.
Yo no soy del Opus y además no les debo absolutamente nada. Es que ni una palabra amable en toda mi vida. Excluyó a tres o cuatro personas del Opus, no más, que puedo considerar amigos pero que ellas mismas no eran bien tratadas por su propia institución. Me refiero a sectores pata negra y numerarios. Entre curas Santa Cruz y supernumerarios ya era otra cosa. También ellos son otra cosa. Y algunos pretenden excluirlos del Opus Dei.
Pues en estas horas difíciles en las que parece van a por ellos se encuentran más solos que la una que es lo que parecían desear para que el poder fuera todo y solo suyo. Y no sería por no haber derrochado, ese es el verbo: derrochar, amabilidades, más bien untuosidades, con todo lo que era o parecía el poder. Lo último de su Oficina de Prensa con el maravilloso obispo de Barbastro-Monzón, miserablemente atacado por por algunos que pretendían defender, con mayor o menor acierto, la fundación opusina de Torreciudad en esa líneas buenista-oficialista que parece ser la que gusta al Opus y cuyos resultados los ven hasta los ciegos: acabar con ellos.
Pues que le den «p’al pelo». Como para animar a Ghirlanda y a Pérez Pueyo. ¿Serán masoquistas»
Respecto a mi, y supongo que los demás, el Opus no es nadie para marcarme ninguna línea. No les debo ninguna obediencia y por tanto es absurdo que me la reclamen. ¿No les gusta que escriba Opus? Pues ajo y agua. Tampoco a mí me gusta su oficina de prensa y no se me ocurre decirles qué y cómo tiene que escribir. Eso es cosa suya. Luego todas las discrepancias que quieran pero lecciones, ninguna.
Creo que esto había que decírselo al Opus Dei y más en horas tan bajas. Yo seguiré defendiendo todo lo que me parezca defendible en el Opus y criticando lo que crea criticable en sus adversarios pero también pienso que debía manifestar mi discrepancia con una línea de superioridad moral notablemente insoportable exhibida ante todos los demás que no éramos del Opus. Que no existíamos salvo para vituperarnos. Incluso por el horrible pecado de llamarles Opus. Tal vez eso explique qué no haya habido por mi parte el menor intento de aproximarme al Opus. Aunque tampoco haya habido el menor motivo para que me tuvieran por un enemigo. Más bien les traté siempre como una excelente obra de la Iglesia, Con sus defectos, cono todas esas obras.
Pues esto es los que opino sobre ellos.
¿Y de Ocáriz y Facio?
Pues muy poquito. No dan para más
Entre los miembros del Opus Dei, como entre los que pueden pertenecen a cualquier institución humana, los hay buenos, regulares y malos. Listos y tontos. Generosos y aprovechados. De todo hay en la viña del Señor.
Por cierto, me acordaba en este momento de la Rectora de la Universidad de Navarra. Numeraria del Opus Dei. Busque en Infovaticana. Y es un ejemplo. También los hay, gracias a Dios, opuestos a esta señora, ¿eh?
Realmente este señor de la Cigüeña vive en otra realidad en la que él sí se cree el ombligo del mundo y referente moral de cualquiera que se le pasa por delante. Es lamentable. Me he quejado a la dirección en otras ocasiones de sus insultos habituales gratuitos y muy alejados de los mandatos cristianos. Espero que no censuren este correo redactado con el esfuerzo de no faltar al respeto. No soy del Opus Dei. Tengo muchos amigos fieles de esta institución, todos ellos admirables. En todo caso se trata de una Institución de la Iglesia que merece nuestro respeto y a poco que se indague, con unos números a nivel mundial impresionantes: miembros, colegios, universidades, actividades de desarrollo social, de formación cristiana, etc. Lo de la crisis de vocaciones, ¿tienen información fidedigna a nivel mundial? Yo la he visto en artículos independientes y mantienen un crecimiento constante considerable por no decir envidiable. El bien que hacen es inmenso. En todo caso Dios juzgará lo que está pasando y quién pueda tener alguna responsabilidad, pero ni yo ni el Sr de la Cigueña tenemos información suficiente, y si se opina que sea con respeto, consideración y objetividad por favor. Lo merecen los lectores y este medio de comunicación también.
Soy lector asiduo de Infovaticana y, por supuesto de D. Paco Pepe, cuyos comentarios leo con gusto la mayoría de las veces. Y noto en él simpatía hacia el Opus, al que pertenezco, como supernumerario desde hace unos 50 años.
Me ha sorprendido grandemente el tono crítico de hoy. La superioridad moral no la he sentido nunca. En varias ocasiones, en tertulias en Torreciudad con el anterior Prelado, le oí decir: “No somos mejores que los demás”.
No me mueve ningún afán de supremacía moral sobre los demás. Me mueve, como a cualquiera que busque la santidad, crecer en amor a Dios y al prójimo y es en esto en lo que siento la ayuda del Opus.
En cuanto a la papalatría, que se nos achaca, es un legado de nuestro Fundador: “Al Papa hay que quererlo siempre, a este y al que venga, sea quien sea”. A este “al que venga”, pienso que se refería proféticamente a los tiempos actuales.
Seguiré leyéndole, Don Paco Pepe. Rece por nosotros.
Sigo sin entender esa inquina, Paco Pepe. Soy del Opus y leo asiduamente esta página, me caes muy bien por tu valentía aunque discrepo en algunas ocasiones. Lo normal. Pero no entiendo esa animosidad y lo de la superioridad moral. Yo no me creo superior a nadie. Me hace gracia lo de pata negra (según tus parámetros lo soy) y demás, pero me apena esa prevención tuya.
En fin, espero que autorices este comentario y no se quede en el limbo de los «pendientes de aprobación». Un abrazo
No ha vivido usted en los 60 y 70, por eso no lo entenderá.
«Precisamente, por esta colaboración continuada con el Santuario y la diócesis, me gustaría mencionar también que el Patronato de la Fundación Cárdenas-Rosales decidió por unanimidad cancelar una importante deuda, contraída en su día por la diócesis para la construcción de un templo parroquial en la ciudad de Barbastro, dedicado a san Josemaría. Recibimos una petición de Mons. Ramón Herrando, entonces vicario regional de la Prelatura del Opus Dei en España, puesto que para el obispado resultaba muy gravoso atender esa deuda. Después de estudiarlo en el Patronato, decidimos acoger esta petición y recibimos en la Fundación una carta de Mons. Pérez Pueyo en la que nos manifestó su agradecimiento.» En Omnes, me ha parecido interesante.
No se entiende bien el título de este post con lo que escribes abajo. ¿Te has dejado un enlace a alguna noticia que tenga que ver con el título?
Me revienta el oficialismo del Opus Dei, pero la verdad es que yo nunca he percibido superioridad moral en sus miembros.
No sé si se trata de síndrome de Estocolmo, estupidez extrema o una combinación de ambas, pero como muy bien dice d. Francisco José, hay que estar muy ciegos para no verlo. Mi opinión es la misma que la de usted: que con su pan se lo coman
No soy del Opus Dei y no pienso serlo. Conozco a algún miembro y nada más. Entre el Opus y las «desórdenes» religiosas podridas (casi todas) me quedo con el Opus. Aún tienen dos purpurados que son lo mejor del colegio de cardenales (Herranz y Cipriani); ya quisieran otras «desórdenes» tener a dos cardenales de esa talla. Entre el Opus y ese ñor de Roma y sus compinches, tengo claro que estoy con el Opus y tengo clarísimo que se pretende su eliminación. Quienes creo que no lo tienen claro son ellos, pero yo, con avisar desde aquí, me conformo: ni elegí a ese ñor de Roma ni a sus colaboradores ni a los purpurados, así que estoy exento de responsabilidad en este asunto.