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¿De qué van los ceses? Porque, a lo que veo, se sabe quienes se van pero todavía no quienes llegan. ¿Los despedidos eran ureños? ¿Yaneros? Y habrá que esperar a conocer los nombres de quienes les releven. Como a mí lo de Zaragoza me parece todo un dislate: la marcha de Ureña, la llegada de Jiménez, que ha sido de aurora boreal y todavía no la entiende nadie, las manos negras que cocinaron defenestración y nombramiento, los propósitos de todo ello, que me cuesta trabajo creer que fueran los de hundir más una diócesis agonizante, pues no me arriesgo a comentar nada. Simplemente anunciaros las vacantes. Tampoco sé si los despedidos eran buenos curas o los mediocres al uso. Tal vez algún lector nos pueda ilustrar más sobre lo ocurrido y los idos. Y sobre los venidos cuando sean nombrados. Mi entusiasmo por el nuevo arzobispo es sumamente escaso. Pero tampoco voy a hacer universal aquello de quien no ha hecho un cesto jamás hará ninguno. Tal vez haga uno o diez, aunque estos últimos, dados los antecedentes, me parezcan muchisimos. Pero tampoco vamos a cerrarnos a la voluntad de Jiménez en el caso de que quiera servir a la Iglesia, Que en principio la presupongo pese su mejorabilísimo pontificado cántabro. Y no lo digo por lo que hacía sino más bien por lo muchísimo que no hizo. Defenestraron en su día a Vilaplana, acusado del dolce far niente, y le sustituyeron por alguien que daba la impresión de que el niente le parecía ya un esfuerzo sobrehumano. ¿O es que el epicopado hay luego que currárselo? ¡Hasta ahí podíamos llegar! En persona de tan corta talla y más corto pontificado, tiene ya 71 años, que no brilló en ninguno de sus dos obispados anteriores, se encarga una diócesis difícil, con una sombra negra permanentemente sobre ella, con el último arzobispo defenestrado sin que se sepa el por qué, un presbiterio envejecido y buena parte de él con escamas del 68, por lo que no es fácil aplaudir o rechazar el cambio que proyecta en el seminarios. Parece evidente que lo que se encontró no le gustaba. Y tampoco sabemos si Ureña lo nombró a su gusto o si lo había heredado del Yanero Solitario. Si viniera del Yanero se habría cargado lo peor. Si Ureña se hubiera cargado el lastre del Yanero y Jiménez pagara ahora las deudas del nombramiento, recuperando la línea yanera, pues para temerse lo peor de Jiménez. Y si lo que hubiere nombrado fueran los curas que pensase eran lo mejor para su seminario pues muy bien hecha la sustitución. Seguro que algún lector zaragozano nos informará sobre la idoneidad y la línea de los sustitutos y entonces podremos saber si Jiménez tiene nombre propio o si no es más que una marioneta movida por unos hilos que ya conocemos todos. Y de los que sería bueno, si Don Vicente estuviera ya liado en los mismos, que se desembarazara cuanto antes si no quiere vivir maniatado los cuatro o cinco años que le quedan en Zaragoza. Absurdo nombramiento, repito. Y si fue hecho para jo…robar a quien ya estaba nombrado, que pienso que sí, pues peor en algunos. Que no son tantos. Aunque muy mala gente. En 2019, como quien dice casi ya, presentará la renuncia de Zaragoza Don Vicente Jiménez Zamora. Cuando se la acepten me gustaría despedirle con elogio y agradecimiento. Pero por mí que no se esfuerce. Tengo descontado ya que a Zaragoza ha ido pues lo que ha ido. Corrientín corrientete tirando a malete. Ojalá me equivoque y descubra en sus últimos cuatro o cinco años lo que nadie se había imaginado. Que no era un mediocre de libro. Pues de ilusión también se vive. Incluso yo que me ilusiono poco. Y enviando este artículo para el próximo número del Siempre P’Alante, sería injusto no evocar la paternal y calurosísima acogida que las Uniones Seglares tuvieron siempre en Don Manuel Ureña, que varias veces nos celebró la misa en los Panetes. Ojalá su sucesor en Zaragoza siga siendo el padre bueno que se da a todos sus hijos. Aunque al respecto sea desconfiado. También contaremos lo que ocurra al respecto, con los calificativos que procedan. Y como todo lector sabe soy muy calificador.
Zaragoza diócesis difícil. .Clero ultraconservador y bajo la perenne sombra de quien fue arzobispo y presidente de la CEE muchos años.
Quien hizo y deshizo a su antojo cargos y hasta alcaldes
De D.Vicente poco o nada se sabia, salvo comentarios desde Santander en tono positivo. Difícil papeleta navegar y salvar la ropa con la plantilla que tiene
Sobre los nombramientos Fernando Arregui ha dado sobradas muestras de su capacidad y saber estar en sus diferentes cargos.Un chico joven y con futuro brillante
En 2019??…yo creo que antes se irá D.Vicente
Vamos a ver si de una vez salta la liebre y nos dejamos de mirar para otro lado. ¿Es el seminario de Zaragoza un nido de homosexuales? ¿Sí o no? Si no lo es necesitará retoques, más o menos serios. Si lo es la solución no está en cambiar la gallina sino los polluelos. ¿Y la responsabilidad de que eso llegara de quién es? Los cambios anunciados, en el caso de que la realidad sea la que algunos dicen, va a cambiar algo? ¿De los presuntos homosexuales, caso de que existieran, los hay ya ordenados merodeando por las parroquias para perdición de las almas? ¿Hay gente tan mala, en el clero zaragozano, que sin existir el problema lo propalan? ¿O lo que propalan es verdadero? Pues todas esas preguntas se deberían contestar de una vez y aplicando los correctivos que procedieran caso de que procedan
Pensando en la Iglesia actual y del futuro, ¡en su diócesis! lo que más le debería importar a un obispo es su seminario, POR ENCIMA DE TODO, que sea puro, ortodoxo, íntegro, que forme sacerdotes santos, trabajadores, que crean en su jerarquía, que la respeten, pero… si esto sigue así, (POR LO QUE LEO) con mediocres obispos de pacotilla, cortitos, políticos, pasteleros plegados al poder, queriendo hacer carrera y mangoneadores, OLVIDADOS DE LA VIDA ETERNA, el futuro de los sacerdotes de esa diócesis, de los feligreses y de las propias diócesis será un desastre, salvo que todos los seminaristas al ver el mal ejemplo «de arriba» se hagan santos por llevar la contraria, pero eso es difícil. la tendencia natural de un seminarista es amar a la Iglesia y creer que es perfecta y que lo son sus pastores. Cuando ven las peleas internas etc. se desconciertan y desmoralizan. y se preguntan ¿Pero donde me he metido?
Muy triste, sí. Seguro que don Manuel está lamentando no haber desinfectado Zaragoza de yanerismo. Pero como todos sabemos, el que fue un gran obispo de Cartagena y Alcalá de Henares se apagó como una vela al llegar a orillas del Ebro. Y por lo que se ve, don Vicente está decidido a que los yaneros no le creen ningún problema. Que la Virgen del Pilar proteja a Zaragoza porque lo va a necesitar.
A quien tenían que haber nombrado rector es al gran promotor vocacional y padrino de los suyos que está en la tierra de los vinos…
Vergonzoso el nuevo rector. Este señorito es de los que ejerecen de todo menos de cura. Pobre Jose Antonio, lo que va a tener que aguantar con este tipo. Se libra de uno malo en la delegacion de medios y le ponen a otro casi igual de malo en el seminario.
Sr. Cicoña lo que hecha de menos es a un tal arzobispo CUADRADO un obispo franquista de los de mano en alto.
No viene mucho a cuento pero me parece lamentable y falto de la más mínima caridad cristiana el tratamiento que se le está dando a Don Manuel Ureña ignorándolo por completo y tratando su pontificado como si hubiese sido una especie de peste negra.
Como ejemplo la hoja diocesana: desde que fue renunciado ni la más mínima mención como si nunca hubiese existido. Sin embargo no todos los obispos eméritos de Zaragoza tienen ese trato porque Don Elias yanes tiene toda una columna para él solo todos los domingos y cualquier efeméride es comentada como se ve en la hoja de 15/02/2015: «Mañana lunes, 16 de febrero, cumple 87 años el arzobispo emérito de la archidiócesis de Zaragoza, Mons. Elías Yanes Álvarez. Le felicitamos en nombre de nuestros lectores y pedimos al Señor que le acompañe con el don del Espíritu Santo».
Don Manuel cumplió años el 4 de marzo y no se le hizo ninguna mención.
Resumiendo el artículo en 2 líneas y media: No tengo ni idea de lo que pasa en Zaragoza. Que alguien me diga por favor si los nombrados son «progres», o si alguna vez se les ha visto con Yanes (en cuyo caso confirmo que el nuevo obispo es una calamidad) o «carcas» (en cuyo caso igual resulta que no es tan malo).
En fin, no me parece de los artículos más informativos o de más fino análisis publicados en el blog.
El unico buen nombramiento es el del vicerrector. Los otros dos, totalmente yaneros y progres. Sin embargo, el vicerrector, es un buen sacerdote de sana doctrina y con experiencia tanto pastoral como en direccion de centros ya que fue director de un colegio y ha sido parroco en pueblos y en la capital. Ademas es licenciado en filosofia y en periodismo por la universidad de Navarra.
En Málaga, mientras siga el poder en la sombra de D. Jesús (Gabriel Leal)…poco hay que hacer. Así le va por desgracia a Málaga.
Cuando don Manuel comenzó su pontificado en 2005 había sólo 6 o 5 seminaristas de Zaragoza. Con esa cifra de seminaristas la diócesis no iba a ninguna parte y echó mano de seminaristas extranjeros ante el erial diocesano que es Zaragoza.
Es cierto que hubo problemas, especialmente los primeros años, pero en los últimos años el seminario funciona bastante bien, vamos a ver como se desarrolla la cosa a partir de ahora porque todos esos que se van quejando del seminario, de la diócesis o de don Manuel luego, cuando se atienden sus quejas, no dejan nada más que un inmenso erial.
J. M. Vidal explicaba, en un reciente artículo, que la «desposesión» del fiel «arzobispo por un día» y la promoción de don Vicente se debe al informe favorable de Braz de Avis y Rodríguez Carballo. Pues como aval no sé yo si.
Según El Periódico de Aragón, el nuevo rector se llama Fernando Arregui. Es párroco y consiliario de la Cofradía de las Siete Palabras. Y es relativamente joven: no llega a los 50 años. El vicerrector (según la misma fuente) se llama José Antonio Calvo Gracia, es párroco, se licenció en filosofía en la Universidad de Navarra, tiene perfil en facebook y twitter y en este último dice que el PP ha perdido las elecciones por haber traicionado a sus votantes. Y el nuevo director espiritual se llama Juan Sebastián Teruel, que hasta ahora era vicario episcopal (así que imagino será ureño).