La archidiócesis ha comenzado el curso con una reunión del clero en Villagarcía de Campos. Muy bien. Nada que objetar. La fotografía del inmenso edificio me ha dado pena al pensar que hoy debe estar semivacío salvo el espacio que ocupen los jesuitas ancianos allí recogidos como centro terminal. Estuve allí en tres o cuatro ocasiones, la última de ellas visitando a mis queridísimos PP. González Quevedo y Lloréns, ambos ya fallecidos. Y ambos extraordinarios. Muy disgustados los dos con la marcha de la Compañía tan distinta de aquella en la que profesaron. González Quevedo tenía ya bastante perdida la cabeza aunque me reconoció muy contento. «Llurens» como le llamábamos, estaba mejor.
Se reunieron 120 sacerdotes que es una cifra muy considerable. La mitad del clero diocesano del que había que descontar a ancianos impedidos por la edad o la enfermedad. Como supongo que habría también religiosos lo de la mitad se reduciría.
Amplísimo reportaje fotográfico, lo que está muy bien pero del que resulta que la gran mayoría del clero vallisoletano opta por el camuflaje. Los clergymans rondarían el 10%, punto arriba o abajo.
Gran protagonismo del obispo auxiliar, hablo siempre por las fotografías, mientras que el titular se perdía en una última fila. Y en un par de fotografías daba la impresión de encontrarse en brazos de Morfeo. Apresúrense a verlas, si quieren, porque es muy probable que desaparezcan.
El cardenal arzobispo practica esa costumbre de ocultar el pectoral en un bolsillo. No es exclusiva de él. Nunca he entendido porque hay obispos que quieren que no se vea la cruz. La del auxiliar estuvo siempre visibilísima. Que Blázquez procura permanentemente pasar inadvertido debe ir en su carácter. Pero pienso que no es necesario que se esfuerce en manifestarlo porque ya lo consigue sin esfuerzo alguno.
En las fotografías aparecen bastantes sacerdotes mayores pero no da el presbiterio ejemplo de decrepitud. Los hay de mediana edad y jóvenes. No les voy a pedir que se muestren como sacerdotes sobre todo por un motivo fundamental. El de que no me iban a hacer caso. Me consuela que eso, pese a los camuflados, se va imponiendo ya en unas cuantas diócesis. Espero y deseo que a Valladolid también llegue.
Pero la culpa de esto es del obispo, que no debería fotografiarse con los «seals» de camuflaje.
Y del resto…¿para qué hablar?
Si al obispo le da vergüenza ser obispo, qué les dará a los presbíteros? Todos de camuflaje…propio.
Si no llego a ver al obispo delante me imagino que es una foto del clero malagueño, especialista en lides de camuflaje variopintas. Eso sí, los politos…del cocodrilo, que dan mejor percha.
Como siempre, el obispo de turno que se «guarda» el pectoral en el bolsillo de la camisa.
A lo mejor le da vergüenza ser obispo. Y digo yo…si le da vergüenza ser obispo…¿por qué lo es?
¡Vaya porque es feo el auxiliar! Eso también deberían tenerlo en cuenta en Roma a la hora de valorar a los candidatos. Ya que no tienen en cuenta otras cosas más importantes…
¿Se han fijado ustedes en Juan, el cura que participó en Gran Hermano, en primera fila, con clergyman y patriarcal barba?
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, mire qué casualidad, una noticia sobre ancianos. Ayer 20 falleció, con 104 años, el obispo más anciano del mundo: el arzobispo Peter Gerety, emérito de Newark, Estados Unidos. El nuevo Decano por edad es el centenario arzobispo emérito de La Serena en Chile. Y entre los cinco más ancianos ya hay dos centenarios españoles: en segundo lugar, el obispo Garaygordóbil, prelado emérito de Babahoyo en Ecuador, y en cuarto, Mons. Iguacén, tantas veces recordado aquí en la torre.
Y estos días los Paulinos de Capítulo…será el penúltimo?
http://www.paulus.net/index.php?option=com_content&view=article&id=4055:xxii-capitolo-della-provincia-spagna&catid=16&Itemid=808&lang=it
Don Ricardo presentará su renuncia en 2017, pero no le será aceptada hasta bien avanzado 2019 como mínimo.Los prelados de Ávila y Getafe no serán relevados hasta el 2018.Eso significa que quizá el próximo año tengamos todas las diócesis cubiertas, pues, salvo Mallorca, las otras vacantes parece que pronto tendrán obispo y no es descartable que vengan dos o tres auxiliares en los próximos meses.
La sombra del nefasto Delicado Baeza sigue siendo alargada en Valladolid (casi una generación completa le padecieron, se ve que eso marca mucho), a lo que se ve, máxime cuando sus sucesores episcopales han sido dos nulidades absolutas (aunque don Braulio haya mejorado bastante en Toledo).