El cardenal Farrell en el ojo del huracán

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El Papa parece gafado en sus nombramientos porque no vamos a dar por bueno el que busque lo peor para la Iglesia. Simplemente que no es afortunado o que no es inteligente. Y hasta es posible que ambas cosas a la vez.

Farrell, otra apuesta fallida de Francisco, y van ya muchas, saldrá de ese cargo en el que más que desprestigiarse él, que también y no poco, a quien deja en muy mal lugar es al Papa. Y cuanto más lo prorrogue peor para ambos. Porque es basura.

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http://www.marcotosatti.com/2018/08/07/super-ex-al-papa-il-card-farrell-deve-lasciare-ed-elenca-tutte-le-onde-della-marea-lgbt-curiale/

Ya está bien de huracanes y de ojos de los mismos. Por no hablar de otro ojo innombrable, que también

 

Comentarios
10 comentarios en “El cardenal Farrell en el ojo del huracán
  1. Pero por Jesús mantenemos la esperanza.
    Yo creo firmemente lo que Él dijo : Que estará con nosotros hasta el fin de los tiempos y que las puertas de l infierno no prevalecerán contra su Iglesia. Para mí, es lo que hay.

  2. No son casualidades Si la consigna y el propósito es la iglesia de iglesias inclusiva, o séase la religión interconfesional de la interreligiosidad deísta, estos sujetos episcopales del ecumenicismo interconfesional están perfectamente elegidos, dan el perfil; tanto mejor cuanto más tejado de cristal tengan para desacreditar la Religión Católica y la gente se convenza que estas estructuras corrompidas y esta iglesia de clérigos que se muestra ruinosa moralmente desaparezca de una vez. Todo lo demás son episodios . Los obispos todavía solo católicos neutralizados por las ataduras colectivas y reducidos al silencio.
    En realidad ignoramos quiénes sean los inspiradores de esta vorágine, aunque Francisco ponga la nave en una aceleración creciente irrefrenable.

  3. Sería interesante investigar qué papel han desempeñado en el estallido del escándalo McCarrick estos tres hechos:
    1)En octubre expira el quinquenio de Wuerl en la Congregación para los Obispos, y dada su edad está por ver que el Papa le renueve. Si Farrell ocupa su puesto (como estoy convencido de que desea y como creo que McCarrick quería), dado que vive permanentemente en Roma, tendría una influencia enorme en el nombramiento de obispos americanos.
    2)El año que viene tiene lugar la visita «ad limina» de los obispos americanos a Roma, y el dicasterio competente para organizarla es…la Congregación para los Obispos. Por lo cual, Farrell podría influir muchísimo en cómo se desarrolle esa visita y, consecuentemente, en la orientación que el Papa pueda darle a la Iglesia americana (téngase en cuenta que el Papa apenas ha tenido relación con ellos fuera de su fugaz visita en 2015) en el futuro.
    3)Además del relevo de Wuerl en Washington, el año próximo renuncian los obispos de Boston, Filadelfia y Saint Louis. Lógicamente, Farrell, desde su hipotético puesto en la congregación para los Obispos, tendría mucho que decir en esos relevos, y dada la importancia histórica de esas tres diócesis, el cómo se cubran podría influir muchísimo en la orientación de la Iglesia americana para el futuro.

    Sin embargo, tras lo ocurrido, Farrell queda muy tocado y veo difícil que reemplace a Wuerl en Obispos. ¿Podría ser que alguien hubiera soltado la liebre con el fin de bloquearle? Creo que merece la pena investigar esto.

  4. Farrel da verguenza ajena. Estuvo hasta 15 años en los legionarios de Cristo y tuvo la desfachatez de declarar en una entrevista que había visto a Maciel unas tres veces. La verdad es que era de un grupo selecto de jóvnes seminaristas rubios y guapos de Maciel con quienes jugaba dominó. ¿Hizo algo más con Maciel? No sabemos. Luego es obvio que debe su impresionante carrera eclesiástico a McCarrick en cuyo apostento vivió al menos 6 años. ¿Después de constatar sus mentiras sobre su relación con Maciel, se puede creer cualquier otra cosa que dice?

  5. David, creo que sólo tienes razón en parte. En primer lugar, no creo que todos los obispos tengan «muertos en el armario», aunque muchos sí. En segundo lugar, y pese a encontrar casos en todos los ámbitos, no afecta igual a las diócesis tradicionales que a las liberales. Por lo menos en el caso de los Estados Unidos esto era muy claro, con una proporción de casos mucho mayor en las diócesis de ambas costas que en las del interior. Finalmente, el Papa no es responsable de los abusos, que se han prolongado durante décadas, pero sí de rodearse de sujetos que son parte del problema a sabiendas de que tipo de gente está encumbrando.

    Con los papas anteriores, por lo menos la doctrina estaba clara. Ahora reina la confusión o, como le gusta decir al Papa, el lío. Y a todo esto el Papa escribiendo documentos sobre el deporte. Imagino que ahora estará preparando uno sobre los coches diesel o sobre el uso excesivo del azúcar en los alimentos….. Supongo que es a lo que llega, en su indigencia intelectual.

    1. Se dedica, actualmente, al culto a la personalidad (muy marxista el concepto) vía documentales reslizados por encargo.
      Se ve que tiene muy claras sus prioridades.

  6. Véale el lado bueno: Farrell no será el sucesor y quizá ni se atreva a abrir la boca en el cónclave.Ha perdido todo prestigio.

  7. No es que el Papa esté gafado, el problema real es que en el tema de abusos y su encubrimiento, TODOS los obispos tienen «muertos en el armario», o han abusado en algún momento de alguien (niño, seminarista, cura, monja, laica comprometida…) o conocen algun caso y lo han encubierto, o conocen del caso de algún hermano obispo que ha abusado de alguien o ha encubierto, la verdad es que como Iglesia lo tenemos muy mal, como todos empezamos a intuir, el arbol está podrido de arriba a abajo y de izquierda a derecha, la cosa es muy desesperenzadora y humanamente no tiene solución, debemos implorar la intervención de Dios, porqué esto solo lo arregla un milagro.

    1. extremadamente exagerado asegurar que todos los obispos tienen “muertos en el armario”, o han abusado en algún momento de alguien . no caer en las generalizaciones en las cuales los justos resultan ser tan culpables como los propios culpables.

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