Uno sigue pensando que el salesiano es mucho más un pobre hombre que un malvado y que el error fue nombrarle arzobispo de Santiago de Chile. En una sucesión de despropósitos. Juan Pablo II le nombró obispo de Concepción de donde ya no debió salir. Benedicto XVI arzobispo de la capital chilena. Y Francisco, cardenal.
Su negativa a declarar ente el tribunal chileno podrá ser un derecho pero no parece un gesto de colaboración. Haya sido o no encubridor de actos delictivos.
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Y también deja a Francisco con plomo en el ala al mantener pasada su fecha de caducidad a varios como poco discutidos. Errázuriz, Wuerl, Ezzati, Maradiaga… A Coccopalmerio le tocó la campana de los 80 años que si no, seguiría.
La tolerancia cero el Papa la deja muy maltrecha. Y las miradas torvas son contagiosas.
Durante el sínodo se cocerá el relevo de los cardenales del C9. Yo doy por hecho que en ese círculo restringidísimo y exclusivísimo entrará a formar parte nuestro cardenal Osoro.
Hace unos días se dijo que Wuerl había ido a Roma a negociar su relevo con Su Boludez Porteña.El tiempo pasa y no se sabe nada.A este paso, el Sibilino de Washington se toma el turrón en activo.Cuanto más tarde su sustitución, mayor será su descrédito.