Había llegado modosito a la archidiócesis de Méjico y engañó a no pocos. No es tan malo como decían, aseguraron muchos. Un amigo me advirtió que todo era pura estrategia de un malvado inteligente, así me lo definió, para posicionarse en pole position para la sucesión de Francisco. Los votos progresistas, me dijo, los tiene muy fáciles y quiere asegurarse al grupo de los conservadores necios que en su día votaron a Bergoglio. Por lo que uno decidió suspender su inicial reticencia a ese cardenal.
Que pronto enseñó las orejas lobunas. Tenían razón quienes lamentaron su nombramiento. La archidiócesis mejicana con él va a ir a mucho peor.
Para que se le vaya conociendo:
https://secretummeummihi.blogspot.com/2018/08/ciudad-de-mexico-rebelion-sacerdotal.html
Pienso que más que el color de a piel es el color del corazón. No necesita la Iglesia enemigos de afuera, desde dentro, con los altos mandos que han malentendido el «evangelio» donde servir es dar la vida, no escalar puestos de poder. Desmembramiento de la diócesis más grande del mundo, reformas estructurales en el seminario, parroquias, y catequesis, todo parece que está cavando su propia fosa, cuyo resultado será uno solo: una auténtica catástrofe para la fe de millones de católicos. Dios nos guarde de un pastor- principe.
Francisco Antonio,
conviene recordar que el «supuesto» papa negro, no se refería (proféticamente hablando), a ningún aspirante a la cátedra de Pedro de raza negra, sino que, dicho «Papa negro», literalmente se refería a un Papa procedente de la compañía de Jesús. Como sabes, a los superiores generales de los jesuitas, se les define como «Papa negro». En estos momentos, tenemos a uno en la cátedra de Pedro.
Por PAPA NEGRO me refiero al color de su piel: la del cardenal Sarah, valiente defensor del Evangelio. Sé que se denomina «papa negro» al general de los jesuitas por los motivos que todos conocemos. Lamento que se haya podido interpretar que mi alusión se refería a un posible papa jesuita. Afortunadamente, los vientos del Espíritu Santo no soplan a favor de la otrora esplendorosa Compañía de Jesús, que camina, a tumba abierta, hacia su extinción.
AMDG
Pues yo pienso que, visto lo visto, volveremos a tener un papa italiano. Y no curial.
los cardenales italianos han perdido poder dentro del colegio cardenalicio, por ende resultará muy difícil que el próximo papa sea italiano.
Solo tres cosas parecen seguras para el próximo cónclave (aunque yo suelo apuntar algunas más): no habrá un nuevo pontífice argentino, será este el primer y último jesuita en sentarse en la cátedra de Pedro y no se escogerá a un americano para relevar a otro americano (aunque podría ser un canadiense: hablo de hispanos).
No es por llevarle la contraria a D. José Manuel, pero yo sigo apostado por un papa negro. Y es que no queda otra: «tuvimos un papa santo; un papa sabio; ahora tenemos un papanatas». Entonces, ¿por qué no un papa negro?
Por que no un papa colau o un papa nicolau ?
Me extrañaría muchísimo que, tras una hispanoamericano, además, tan discutido como Bergoglio, el cónclave volviera a optar de momento por un papa de esa tierra.
Por lo demás, concuerdo en parte con El Papólatra. Las medidas de Aguiar no son en sí mismas progresistas ni conservadoras, sino básicamente de organización. Lo único que quizá tenga más tufo «progre» es pretender que los seminaristas que estudian Teología pasen a vivir en parroquias.
Hago notar que los motivos de queja no tienen nada que ver con cuestiones ideológicas ni nada parecido. Se deben más bien a que Aguiar gobierna como un dictador, pero eso es un vicio común a obispos de todo signo. De modo que las alusiones a los «progresistas» y «conservadores» simplemente están fuera de lugar.
Otro Latinoamericano, imposible e improbable.
pues con esta chapuza de reestructuración de la arquidiócesis de ciudad de méxico, a lo que hay que agregar escasa personalidad, el cardenal aguiar difícilmente podrá ser considerado como papable en el próximo cónclave.