Es muy notable la decepción que ha producido el silencio de Omella ante el Padre Nuestro blasfemo de Barcelona. En unos días ha hecho bajar muchos grados el entusiasmo con el que fue recibido por la mejor parte de su Iglesia. Esa que se niega a morir y a que la maten. No soy quien para dar consejo al arzobispo de Barcelona y además dicen que es inútil hacerlo con un aragonés. Chifla, chifla, que como no te apartes tú… Su estrategia parece ser no hacer caso de gravísimas ofensas a Cristo y a la Virgen como si eso no tuviera nada que ver con él. Y nos ha salido refranero amparándose en lo de no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Pero eso que incluso puede estar bien cuando el ofendido es uno no parece que deba ser la conducta mejor si los agredidos son el sentimiento católico y hasta Cristo y su Santísima Madre. Aviados están en Barcelona si el arzobispo les sale pasota. Como para añorar a Sistach. Que no ha pasado. Siendo emérito. Y lo de hombre refranero… tiene alguna versión que no agradaría a Omella. Os enlazo el artículo que Germinans dedica a este escándalo. No necesito añadir que lo suscribo. http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2016/02/nostach-fue-sistach-y-omella-fue-nomella.html
El arzobispo que no quiere entrar al trapo
| 25 febrero, 2016
No es mi intención enmendarle la plana al titular de la diócesis de Barcelona, pero como otros muchos fieles de diferentes diócesis mi indignación es patente. A quien se ha ofendido es a Dios Padre «Padre nuestro…» y como un día dijo el papa Francisco, después del atentado en París: «Si ofenden a mi mamá se pueden llevar un puñetazo». Claro que es una provocación, llevan tiempo haciéndolo al igual que los terroristas islámicos, y por supuesto nos sentimos muy ofendidos, no porque nos hayan ofendido a nosotros en nuestra fe, sino porque han ofendido a Dios, amor supremo, creador de todo y Señor del universo ante cuya presencia, la recitadora del adefesio de poema no llega ni a mota de polvo; le vendría bien a la recitadora quedarse muda y no recobrar el habla hasta que de corazón se convirtiera a Dios, a quién ha ofendido. Pues las ofensas a Dios y a sus hijos, no salen gratuitas.
Con todo el respeto al señor arzobispo Omella, hay muchas maneras de no entrar al trapo para no responder directamente a la provocación y no generar más violencia, pero él como pastor bien podía haber convocado a todo el pueblo barcelones a un acto de desagravio en la catedral (que viene de cátedra), ante una exposición mayor del Santísimo, haciendo un acto de reparación al Padre a través de la presencia Eucarística de su Hijos, nuestro Señor Jesucristo. O, convocar a las parroquias a que se realizaran diferentes actos religiosos de desagravio en los templos ¡Qué gran oportunidad de evangelización, qué gran oportunidad de dar testimonio! No me extraña que muchos fieles dolidos griten a Dios que fulmine a sus malos pastores por pusilánimes y descreídos por falta de fe. La recitadora y quienes la aleccionaron para ello, no solo han ofendido a los cristianos, también a los judíos, porque el Padrenuestro que nos enseñó Jesucristo, el Señor, tiene sus raíces en otra plegaria judía a Dios Padre; así se entiende el enfado de Pilar Rahola. Dios sea bendito.
Ya sé que a algunos no les gusta que lo recuerde, pero este que suscribe fue el primero en decir que Omella no haría nada nuevo como arzobispo o arzavispa de Barcelona, salvo abrazar viejos, besar ancianas, acariciar niños, sonreír mucho y reír más y hacerse fotos hasta con el lucero del alba, y que dejaría pasar el tiempo escaso que estaría en su puesto sin hacerse notar, esperando el capelo cardenalicio con la consabida paciencia y terquedad aragonesas.Por desgracia, los hechos empiezan a darme la razón.
Contra lo que dicen algunos, Mons. Omella sí que ha hablado al respecto y en público. Aquí os dejo el enlace:
http://www.religionenlibertad.com/omella-cree-que-ante-la-ofensa-del-padrenuestro-blasfemo-a-veces-47978.htm.
Está haciendo gala del dicho aragonés que «no hay mayor desprecio que no hacer aprecio». Hay quien no entiende esta forma de ser de los aragoneses, pero los que somos aragoneses y vivimos en Aragón, entendemos muy bien como está actuando Mons. Omella.
Soy aragonés y sí aceptó consejos. Por otro lado, recordar lo que dice el punto 726 de Forja.
Monseñor Omella mira a otro lado como si ese bodrio blasfemo no fuera con él. Nada: que pasen meses y caigan sobres.