| 05 noviembre, 2022
Gracias, señor arzobispo, por romper lo que parecía ominoso silencio sobre lo que fue un viaje memorable, hoy ya irrepetible.
Otra carta de monseñor Sanz Montes para gozarla en el fondo y en la forma.
https://sanfelixdelugones.blogspot.com/2022/11/carta-semanal-del-sr-arzobispo.html
Obispos que participaran en aquellas maravillosas jornadas creo que solo quedan, salvo error por mi parte, Buxarrais. que entonces era obispo de Málaga; Oliver, que lo era de Albacete; Uriarte que era obispo auxiliar de Bilbao; José Sánchez. obispo auxiliar de Oviedo; Castellanos, obispo de Palencia y Rouco, auxiliar de Santiago. Todos, salvo el hoy cardenal Rouco, manifiestamente mejorables y algunos incluso pésimos.
A mi me encantaría que los adjetivos que tanto aquí como en otros sitios se le adjudican al viaje pontificio tales como «memorable, maravillosas jornadas», etc…se correspondieran con la situación de la Iglesia supuestamente beneficiada por dicha visita papal pero el caso es que no veo cómo una situación tan desastrosa como la de la Iglesia española justifique entusiasmo alguno.
Y a casi todos ellos les repateaba en lo más profundo Juan Pablo II y sus enseñanzas. Pero lo malo fue que aquella visita no tuvo continuidad en el día a día de España y la Iglesia aquí porque la Iglesia aquí en las parroquias circulaba y sigue circulando por otros derroteros, que son los temas sociales, mientras que a Juan Pablo II lo que más le interesaba era la transformación interior del hombre para llevarle a Cristo y con el individuo a la sociedad entera. En suma, los viajes de Juan Pablo II no servían para casi nada porque la Iglesia en su día a día circulaba por otros caminos. Y de ahí viene todo lo que hoy estamos sufriendo.
Lleva usted mucha razón.
Hoy día resulta inconcebible en España un recibimiento tan apoteósico a un Papa, el que sea, porque -ahora sí- España ha dejado de ser católica.