| 04 mayo, 2023
Carta abierta a los cardenales, arzobispos y obispos de la Iglesia:
https://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=46344
Creo que debe leerse.
Compartirla o no es cosa de cada uno.
Carta abierta a los cardenales, arzobispos y obispos de la Iglesia:
https://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=46344
Creo que debe leerse.
Compartirla o no es cosa de cada uno.
La traducción española es muy mejorable. Una lástima porque el escrito es clarividente. Un grito lastimero por la impotencia de los fieles frente a los malos pastores.
josef seifert simplemente señala lo que es evidente, que don bergoglio esta destruyendo deliberadamente la fe católica, tan evidente como que uno mas uno es igual a dos.
La culpa de esa deriva de la Iglesia hacia el abismo no sería viable si no se acompañara de una claudicación vergonzosa de te´ólogos o sedicentes teólogos. Jamás estuvo más hundida la doctrina de Cristo que con este teólogos a la violeta. Piense en el relator del Sínodo cuando repite las palabras de Francisco sobre la votación del Sínodo. Si todos están bautizados, todos pueden votarlo, es decir, decidirlo todo. Tamaño disparate ha venido acompañado por teólogos corifeos de los errores dogmáticos y eclesiológicos de Francisco. En efecto, este fue el argumento que adujo cuando un protestante le dijo si podía comulgar en una misa católica y el Papa le respondió que lo importante es un mismo bautismo. Como si no existieran los demás sacramentos. El silencio del jesuita Ladaria ante tales errores groseros es compatible con el exabrupto del jesuita Sosa que, para negar, con Francisco, la indisolubilidad del matrimonio dijo aquella memez de que en los tiempos de Cristo no había grabadoras. La nulidad biblista del general de los jesuitas, que ignora la inerrancia, no es menos grave que los disparates de la Amoris Laetitia.
Tampoco son menos responsables de esa locura en que se ha embarcado Francisco los que crean instituciones para glosar (?) las ocurrencias del Papa, como sus opiniones sobre el cambio climático, la ecología de baratillo (ecología integral la llama el Pontífice, concepto que en ecología es un mero truismo porque todo ecosistema en el que participe la especie humana es ecología integral).
No. En España vale la pena leer los aplausos de los pseudoteólogos que jalean los dislates. Por ejemplo, Martín Gelabert, Jos´é Ignacio González Faus o Martínez Gordo, por mencionar las últimas manifestaciones.
Francisco no está solo en esa labor de zapa contra la Iglesia.
Este señor dice, desgraciadamente, la verdad. El pontífice está dinamitando la Iglesia desde dentro, ya sea de modo directo, ya sea de forma indirecta (abriendo sendas terribles y nombrando cardenales directamente apóstatas, herejes o ambas cosas).
La Fraternidad de San Pio X consagró ayer la mayor iglesia construida por ésta fraternidad en todo el mundo; en el pequeño pueblo de St. Mary, en Kansas, costó 43 millones de dólares, es en estilo románico y está dedicada a la Inmaculada Concepción.
El video de 5 horas de la consagración incluye un resumen de las obras de construcción, y ya tiene (en menos de 24 horas), ¡38mil visitas!
https://www.youtube.com/watch?v=c3HnXJQ7LII
Rara vez nos hacemos eco de los acontecimientos de esta Fraternidad, pero este me parece un evento remarcable, especialmente ante las noticias de restricciones a la misa tradicional en Estados Unidos, y la constante venta de capillas por parte de diversas diócesis por falta de fieles y recursos.
El 13 de mayo próximo consagrarán también una capilla en estilo barroco novohispano, en la ciudad de Puebla, México.
Dos cuestiones me parecen muy importantes tras la lectura del documento. La primera es la constatación, una vez más, de una divergencia clara entre el pensamiento de Jorge Mario Bergoglio y la tradición y magisterio de la Iglesia. De forma sistemática parece buscar el agrado del mundo sin importarle, al menos en apariencia, el disgusto que causa a gran número de creyentes y la traición manifiesta al depósito de la fe. Una semana tras otra aparece en los medios contrarios a la Iglesia, en ellos se le alaba, se le aplaude y evoca la cita evangélica del agrado del mundo por los falsos profetas.
La segunda cuestión, y no por ello menos importante, es la tibieza o directamente cobardía del colegio cardenalicio. No es posible, bajo ningún concepto, pensar que, personal y colegialmente, los purpurados aparezcan conformes con los dislates y salidas de tono del papa. Y sin embargo callan o, lo que aún es peor, reinterpretan interesadamente cualquier sandez del pontífice.
Igualmente sucede con los obispos. Jamás se había visto semejante papolatría y, en parte al menos, es normal. Las ocurrencias del pontífice llaman la atención, no por lo ortodoxas, si no por todo lo contrario, no por fidelidad al Evangelio, si no por su ataque al mismo de forma continuada. Así, la mediocridad episcopal se siente a gusto y satisfecha. La mayoría no ostentan excesiva formación, no cabe esperar de ellos la iluminación y guía de la grey porque no saben, y sin embargo ante las tonterías y chismorreos del pontífice sí se sienten a gusto. Conforman un grupo de tertulianos de café sentados en cátedras que no deberían corresponderles, son incompetentes, caprichosos y pusilánimes. Es cierto que hay excepciones, pero todos sabemos que muy pocas.
Entre las dos cuestiones expuestas se abre el actual invierno eclesial, no somos luz del mundo, somos el hazmerreír, no somos sal de la tierra y por tanto, que a nadie extrañe que nos arrojen al camino para que la gente nos pisotee.
Es grato y esperanzador ver que quedan hombres y mujeres sabios en la Iglesia, que no están dispuestos a guardar silencio ante la destrucción de la fe. Benditos sean por siempre.