No suelo hacer ostentación de mis amigos. Son cosa mía y la llevo en el corazón. Además pienso que ajenos no tienen por que conocer mis amistades. Y menos si algunos las pueden utilizar en su contra. A veces hago alguna excepción siempre desde el convencimiento de que ello no les va a perjudicar. Hoy leo el artículo de un amigo dedicado a otro amigo común. Coincido muchísimo con el autor en los temas que toca y qué voy a decir de este en el que sale a colación un tercero queridísimo también por mi.
Me parecen dos personas excepcionales entre las mucha excepcionales que Dios ha querido poner en mi vida. Por lo que no puedo expresar más que inmenso agradecimiento a Él por tantísima generosidad. Que me confirma en mi camino. Durísimo para andarlo solo y maravilloso con tantos extraordinarios compañeros de viaje. Y hasta de trinchera.
No penséis que mi mundo felicísimo de la amistad es exclusivo de nombres con notable resonancia pública. Gracias a Dios, Él me los ha puesto pues es Él quien pone todo, hay entre ellos figuras notables y muchas desconocidas para el mundo aunque no para mi corazón. La gente que me quiere, y a la que yo quiero, es variopinta y no poca sin relieve mediático. Y no voy a decir que toda, aunque sí la inmensísima mayoría, al servicio de Dios Nuestro Señor.
Hoy aparecen unidos un gran escritor y un gran sacerdote. Están en mi corazón con sus compañeras en la vida que son también tan su vida. El uno pese a su celibato. Tan unidos que uno no puede ya imaginárselos solos. María, él la llama Cárcava, sin duda en un exceso de imaginación tan propio de los escritores. Porque las cárcavas son imponentes, grandiosas, inmensas cicatrices pétreas en el cuerpo de la tierra. Nada que ver con María que es más bien una gota de perfume que maravilla a todo el que se la acerca. La de Pablo se llama dolor. Tanto y tan presente que a todos nos duele con él. Y dándonos desde él, con él, tanta alegría, tanta entrega, tanta amistad.
Al verlos hoy unidos en un artículo no he podido menos que escribirles otro desde la admiración y el afecto aun a sabiendas de que mi tecla es muy desafinada comparada con la del tan acreditado escritor. Contra mi costumbre he descubierto a dos muy queridos amigos. Sin que sirva de precedente.
http://www.religionenlibertad.com/sagrado-corazon-devocioncilla-viejas-beatas-sino–54119.htm
http://lector.kioskoymas.com/epaper/viewer.aspx?noredirect=true
P.D.: A la espera de conseguir un enlace al artículo de Prada os enlazo otro de Religión en Libertad sobre él.
¡Cuánto sigo echando de menos «Lágrimas en la lluvia» en la tarde de los domingos. Era un oasis en medio del páramo televisivo. Cuántos temas interesantes, cuántos contertulios de hondísimos saberes. Un lujo. Ojalá algún día pudiera volver a las pantallas.
Pues tienes razón. Ahora lo he intentado de nuevo y no sale.
Hermeneegildo; Copiando el enlace y pegándolo a mí se me abre.
Paco Pepe: para poder leer el artículo hay que estar registrados.