Dos jesuitas que pasan al retiro

Ya sé que predico en el desierto, pero nadie con dos dedos de frente y una mínima información puede negar que la Compañía de Jesús ha sido y es una orden religiosa que presta, con su optima formación intelectual, un servicio impagable a la Iglesia Católica y sus miembros, secularizados o no, a la sociedad civil. Atapuerca es obra de un exjesuita recientemente fallecido.
La Compañía sufre los avatares de la sociedad en la que vive. Una sociedad secularizada hasta la médula. Siento afecto por los jesuitas a los que después de mucho bregar, ya sólo les queda esperar el descanso y la paz bien merecidos. Son beneméritos de verdad.
La Iglesia, todo tipo de Iglesia, sufre la imparable secularización de nuestra sociedad actual. No, hay más remedio que aceptarlo. El hombre de hoy no soporta la religiosidad de ayer. No la soporta y se larga sin dar explicaciones. El problema de la evangelización hoy es que los presuntos evangelizados pasan olímpicamente de ella. Queda la nostalgia sin porvenir ninguno y también cada vez más rica en años.