Maradiaga, que está más tocado que La Tacones, y Blázquez, de virilidad tan dudosa que ahora va de chivato acusica la rabia me pica, y por supuesto que no me refiero a cuestiones sexuales en lo que no me meto.
Pues estas dos lumbreras del Sacro Colegio, al que lo de Sacro le viene cada vez más grande, se empeñan en jugar papeles en los que cada vez que hablan sube el precio del pan, ellos aumentan su descrédito y hasta arruinan todo lo que sostienen.
Estas son las del saxofonista, tan pobre y humilde él que para no dar un antitestimonio de acudir a un hospital de Tegucigalpa, al que sólo van los ricos, por eso acude a una humilde clínica de Houston a la que van todos los hondureños más pobres.
Y ambos dando lecciones de pobreza, acogida, misericordia, parresía y lo que queráis. Y sobre todo mucho discernimiento.
A mí me parecen una vergüenza. Y como lo pienso, lo digo. ¿Nunca se ha de decir lo que se piensa? ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? Pues uno piensa y dice.
Y que cada palo que aguante su vela.
http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2018/03/09/maradiaga-francisco-esta-decidido-a-que-la-reforma-en-la-curia-y-en-la-iglesia-sean-irreversibles-religion-iglesia-vaticano-cardenal.shtml
Y al memo saxofonista decirle por si no lo sabe que en este mundo todo es reversible salvo la muerte. Y en el otro nada es reversible después del juicio de Dios.
A Blázquez, siendo su cortedad tanta en todos los aspectos, incluso en esos, por supuesto que al chivatismo me refiero, no vayan a pensar en otros, es inútil decirle nada.
Aunque creo que tampoco estaría mal que algunos, sea el que sea su rango, comiencen a pensar que donde las dan también pueden tomarlas. Y tampoco voy a entrar por el punto de toma.
Blázquez se ha cubierto de gloria con su actitud.
el trolo david valencia debe estar refiriéndose a si mismo.
También son «impresentables» algunos términos de este escrito de D. Francisco, como tantas veces. Groseros e innecesarios.