Sí, ya sé que es chulo, prepotente, mal cura… Y también que es infinito el número de los necios. http://infocatolica.com/blog/cura.php/1503121020-la-terrible-demagogia-de-esta#more27940 A mí me parece que borda lo que dice. Creo que tiene más razón que un santo. Estupendo si lo es. Y si no lo fuere, pues sigue teniendo toda la razón. Ha hecho de una humilde parroquia periférica, de escasos fieles, una iglesia referencial. Por muchas y notables cosas. E incluso dos parroquias. Porque tiene también una virtual de muchísimos feligreses. Entre ellos este menda. Se entiende perfectamente el rencor de los enanos. Tiene también un parecido físico con el Papa Francisco pero no creo que vengan del sector ultramontano los ataques. Por cierto, hoy se cumple el segundo aniversario de aquel 13.3.13. Fecha en la que fue elegido nuestro actual Papa. Por favor, bromas con los treces, no. Aquí estamos con Don Mendo: todos iguales para mí seréis, trece, catorce, quince y dieciséis. No es cosa enlazar todos los días a Guadalix, aunque seguramente mucho ganaría el Blog. Pero hoy, una vez más, tampoco me he resistido. El artículo sobre «los pobres», y de eso algo sabe porque en pocas parroquias se acoge a los pobres como en la suya, es de chapeau. Ahí lo tenéis. Yo, cuando sea mayor, quiero escribir como González Guadalix. De momento estoy aprendiendo de sus lecciones. Aunque sea mal alumno de tan buen maestro.
Don Jorge González Guadalix sigue estando «sembrao»
| 13 marzo, 2015
Al P. González Guadaliz lo tiene «sembrado» el Espíritu presente, de forma continua, en su Capilla de Adoración Perpetua.
«Por cierto, hoy se cumple el segundo aniversario…»
Sumamente elocuente su conmemoración de la efemérides. Comparto sin duda el enfoque que le ha dado. De hecho, no se me ocurre otro mejor.
Totalmente de acuerdo con el padre. Dice la letra de una canción de un argentino, Facundo Cabral, que cantaba maravillosamente otro argentino, Alberto Cortez: “Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo”.
En cuanto a los números, después de leer lo siguiente de San Agustín en “la ciudad de Dios” (capítulo XXX. De la perfección del número senario…), se me pasaron las ganas de opinar sobre sus significados. “Porque, supongamos, v. gr., el número nueve, en el cual el cuarto es una parte suya, pero no por eso podemos decir qué parte de cantidad sea; uno bien pueden caberle, porque es su nona parte, y tres también, porque es su tercera; pero unidas estas dos partes suyas, es, a saber, la nona y la tercera, esto es, una y tres, distan mucho de toda la suma, que es nueve. Y asimismo en el denario; el cuaternio es una parte suya, pero cuanta sea su cuota no puede asignarse; pero una bien puede caberle, porque es su décima parte. Tiene también la quinta, que son dos; tiene igualmente la mitad, que son cinco; pero sumadas éstas, sus tres partes, la décima, quinta y media, esto es, una, dos y cinco, no llenan el número de diez, porque son ocho; y sumadas las partes del número duodenario, trascienden y suben a más, porque contiene la duodécima, que es una; tiene la sexta, que son dos; tiene también la cuarta, que son tres; tiene la tercera, que son cuatro; tiene la mitad, que son seis; pero una, dos, tres, cuatro y seis hacen, no doce, sino mucho más, porque vienen a ser dieciséis. Me ha parecido conducente decir esto en compendio, para recomendar la perfección del número senario…”.
Aunque pensándolo bien… si tanta importancia le daba San Agustín… algo habrá. “Yo no creo en las meigas pero…”
Sin duda D. Jorge es un lujo para sus feligreses, fisicos y virtuales.
La cosa está clara, pero muchos no lo quieren ver, la mayor pobreza es el pecado y trabajar por los pobres es conseguir muchos pecadores arrepentidos.
Pero se empeñan en paliar el hambre de pan, son capaces de convertir las piedras en pan o al menos lo intentan y ya sabemos que eso no vale.
En general estoy de acuerdo con lo que escribe el padre Jorge. Es verdad que se pueden esconder muchos abusos detrás de esa frase.
Pero también está el abuso flagrante de los que han descafeinado totalmente el Evangelio de la pobreza, reduciéndolo a la nada. Y contraviniendo sistemáticamente las numerosas afirmaciones, advertencias y ejemplos de vida de Cristo en este sentido.
La doctrina de los padres de la Iglesia en este tema es además clarísima, contundentey sistemáticamente ninguneada.
¡Cuánta razón tiene!
Sé yo de alguno que mientras presume de estar con los pobres, se dedica a apalear y menospreciar a los hermanos que le caen mal.
Ya decía Cristo que cuando des limosna que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha. Porque si vas presumiendo ante el mundo de lo que te preocupas por los pobres anunciando a a bombo y platillo todas tus medidas innovadoras, es que lo que te importan no son los pobres, sino quedar bien ante el mundo.