| 12 enero, 2022
Pues a un año y diecisiete días de que presente la renuncia me dicen de Mallorca lo siguiente:
«Nuevamente Talta hace una llamada desesperada e innecesaria a Germán
Araña, se le ha visto nuevamente al ilustre amigo del papa por las
calles de Mallorca, se le ve ahora dentro del seminario, parece que su
misión sigue. Tià deja nuevamente en evidencia su ineptitud y pone a
su seminario de extranjeros en manos de Torquemada. Ojalá Arana y Tià
no sigan desangrando nuestra diócesis como lo hizo Arana con Chile y
Tià lo viene haciendo desde su nombramiento. Cada día mas
cerca de que acabe este patético “gobierno”»
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Amigo Scintilla: Aprecio una carga crítica en sus manifestaciones; especialmente en sus críticas a los sacerdotes. Sólo quisiera puntualizar algunos aspectos:
1. En una Diócesis el que debería marcar el rumbo es el Obispo del lugar. Los sacerdotes son y deben ser sus leales colaboradores.No contar con ellos no es la mejor manera de pastorear una Iglesia basada en la corresponsabilidad. Criticarlos constantemente desde Palau no favorece en absoluto un ambiente de confianza y fraternidad.
2. ¿Quien es el máximo responsable de una Diócesis sino el Obispo?. ¿A quien debería cuidar sino a los sacerdotes?. Hable con cualquiera: Ninguno se siente cuidado por Él ni mimado. Todo lo contrario. El maltrato, los malos modos y las descalificaciones permanentes son la tónica general. Consecuencia: prescindir del Pastor es la única posibilidad de sobrevivir.
3. ¿Cómo es conocido nuestro Obispo? . Yo se lo diré: en toda la prensa nacional D. Sebastià ha sido calificado como el VACUNAJETAS. Eso marca mucho…mucho… ¿Qué autoridad moral puede ejercer?. Yo creo que ninguna.
4. El nepotismo y el amiguismo se han instalado como moneda corriente lo que ha favorecido un profundísimo malestar; lo que provoca situaciones enquistadas y difíciles de desbloquear.
D. Francisco encabeza esta noticia con el título » Del Tià hacia mucho del que no hablábamos». El hartazgo provoca sopor e indiferencia. La reacción habitual por parte del prelado ha sido y es la de buscar «al enemigo» y la de fomentar la caza de brujas frente al disidente.; eso sí, siempre ayudado por algún sheriff con ganas de ser ascendido a no se sabe que . La autocrítica no existe en nuestra Diócesis .En cambio el auto-bombo, la mentira permanente y la negación de la realidad sí.
Sí, es cierto, lo único que nos motiva en estos momentos es contar los días, horas y minutos que todavía tendremos que soportar a nuestro Pastor hasta que presente su renuncia: un año y unos días. ¡Que así sea!
Araña como bien sabemos es un sr que ve homosexuales por todos sitios. Algo que desde la Psicología se podría calificar clínica como una OBSESIÓN y si lo vemos desde Freud: puede estar reflejando lo que pretende esconder por dentro. Y ya viéndole la cara a ese jesuita desequilibrado podemos entender que estamos ante un hombre necesitado de un buen psiquiatra. Lo más simpático es que los obispos y muchos curas y religiosos van: postrados a sus plantas.
Pobre seminario y pobre diócesis
De la plaga de arácnidos, libera nos Domine
Don Francisco José: esto que nos comunica parece marear por marear. Atizarle por atizarle. Sin más que humo detrás, aviesas intenciones que se adivinan y demás. De internis… No parece muy eclesial su amigo. Y no es que no haya cosas que denunciar en la diócesis que no caigan dentro de la disciplina responsabilidad del obispo: aquí los sacerdotes siguen con la norma de no dar la comunión en la boca a los pocos fieles que aún la piden, la liturgia en general sigue en un estado pobrísimo con patadas hasta en el canto del misal, no hay sacerdotes en los confesionarios (hay que sacarlos a lazos de sus risas de sacristía cinco minutos antes de la misa como pidiendo un favor de desagradable cumplimiento para ellos), aquí y allá siempre oyes noticias iglesias y presbiterios que no se usan para lo que no es de Dios, catequesis de las que los catecúmenos salen más idi otas de como entraron… cosas a la vista de todo el pueblo fiel y a las que parece que tenemos que acostumbrarnos y que los que no lo hacemos somos unos rígidos que no sabemos nada del amor de Dios. Pero el obispo parece haber pacificado a sus sacerdotes (lo que demuestra, en todo caso, su inteligencia) y no parece que piense exigirles nada. Al contrario: madrecita, que me quede como estoy. Y creo que, visto su informador, debe de decir «Si esto es todo lo que tienen que echarme en cara, puedo dormir a pierna suelta». Nos espera un final, si no lo gafa, sin sobresaltos y quizá largo, más allá de su renuncia formal. En fin, mejor esto que tener el mismo despiporre pero con la gente enfadada.