¿Y si le conoce bien? Da la impresión de que sí.
«En el periodo pre pandemia estábamos habituados a las visitas sorpresa del Papa Francisco. El Papa llamaba por sorpresa a la casa de una venerable anciana, que por casualidad tiene un estudio de televisión en su casa, que por pura coincidencia estaba vestida de domingo y recién retocada en la peluquería, todo por sorpresa. Las manipulaciones televisivas son cada vez más sofisticadas y las sorpresas pontificas ya no cuelan. A las audiencias no va casi nadie, las causas son muchas, sin duda, pero casi nadie y algo hay que hacer. Hoy tenemos un artículo que desmonta la sorpresa de la visita a la tienda de discos, con carta posterior del Papa Francisco. El mismo papa entra en la ‘excusatio non petita’: «No se puede negar que fue lamentable que, después de haber tomado todas las precauciones, hubiera ‘un’ periodista que estaba esperando a una persona en la parada de taxi a un tiro de piedra de la tienda de discos». En una masa humana de tres millones de personas, residentes y turistas, con 200 vaticanistas, el que uno de estos, ‘uno’, se encuentre accidentalmente con el «Papa Francisco» es del 0,000000062%. Siguiendo con las matemáticas, las posibilidades de que el Papa Francisco mienta son de 99.999938%, la “noble y bella carta” ofende aún más la inteligencia del público. Más datos matemáticos en el artículo, para tomárselo con mucho humor»
Pues, eso.
Chancey, The Gardiner
el show populista del porteño bergoglio simplemente aburre.
La cosa empezó el mismo d´´ia siguiente de su elección. Fue a la residencia donde alojaba antes del concáve para pagar lo que debía, obviamente con una tropa de periodistas con cámaras. Parece que en Buenos Aires no hacía esas cosas porque la gente lo conocía y no colía. Por algo, no ha ido a Argentina.
A ese señor empieza a pasarle como al coronel de García Márquez: «no tiene quien le escriba»…nada bueno (ni rebuscando, oiga, ni rebuscando).
El asunto es que esas cosas no se las cree nadie. Al principio pues gente ingenua seguro que sí pero pasado el tiempo ya no. Eso de llamar a un sacerdote por teléfono, a una monja de clausura argentina, a un cardenal mientras compra en un supermercado me parecen propias de un populismo barato que busca agradar y algo así como trucos de alcalde de una ciudad.
Todo eso parece sacado de un guión de la película las Sandalias del Pescador o de la que narra la vida de Juan XXIII y no parece muy espontáneo
Si hay algo que ha funcionado en este pontificado, no por ello quiera decir que ha sido con unos resultados extraordinarios, ha sido el marketing del auto-bombo. Desde los primeros instantes de Francisco, su simpatia, espontaneidad y sobretodo humildad, eran dados a conocer al resto de los mortales terrestres y quien sabe si tambien extraterrestres, por una o varias cámaras y periodistas que siempre de manera «harto casual» inmortalizaban el momento simpático, espontaneo y sobretodo humilde del pontífice……..pues que quieren que les diga…….