De Milei, el obispo Ojea y los curas vileros

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El problema de Argentina no es Milei | Latinoamérica
MILEI, LOS CURAS VILLEROS Y OBISPO OJEA
El panorama político argentino empieza a ponerse interesante para un
comentario.
Empecemos por trascribir unas palabras de Milei, católico por ahora, pero que
podría hacerse judío, relativas a su compatriota Bergoglio: “El Papa juega
políticamente; tiene una fuerte injerencia política y ha demostrado una gran afinidad con
dictaduras como Castro y Maduro. Es decir, está al lado de dictaduras sangrientas”.
Seguimos con el obispo Ojea: “El Papa es un profeta de la dignidad humana en
tiempos de violencia y exclusión”; “Es un jefe de Estado a quien se debe un respeto
particular”.
Terminamos con el Pbro. “Pepe” di Paola, líder de los curas villeros quien
afirma que “Ninguno de los curas de las villas se va a juntar con Milei si dice que el
Papa es amigo de la dictadura… “En la gestión de Alberto Fernández se hicieron cosas,
pero están en deuda en algunos puntos” (“El padre ‘Pepe’ ratificó el malestar de los
curas con el candidato”, La Nación 18/9/2023).
Respecto a los dichos de Milei, lo que dice es verdad, pero se equivoca al
calificar a los regímenes de Castro y Maduro de “dictaduras” tal vez por falta de
conocimientos: ambos regímenes son tiranías, el peor de los regímenes políticos.
Esto ya lo enseñó Platón en su “Politeia” cuando califica al tirano como el más injusto de los
hombres y a la vez el más infeliz, porque no puede gozar de la libertad ni de la amistad.
El tirano se rodea de lo peor, de adulones y elimina a los mejores. Preguntado Bías,
sabio de Grecia ¿cuál era el peor de los animales?, respondió: “de los salvajes el tirano,
de los domésticos el adulón”.
En Cuba desde hace muchos años y en Venezuela no hace tantos, los pueblos
soportan salvajes tiranías con manos llenas de sangre y Francisco trata a los tiranos
contemporáneos con mano de seda.
El obispo Ojea, quien hojea, pero no ve, habla de Francisco como “profeta de la
dignidad humana en tiempos de violencia y de exclusión”.
Y nos preguntamos y le preguntamos al obispo: ¿todos los que debieron irse de
Cuba a lo largo de tantos años, todos los asesinados y presos de la tiranía, no fueron
víctimas de violencia y de exclusión? ¿Tenían o no dignidad ontológica?
Y los millones de venezolanos que deambulan por toda América ¿no son
víctimas de violencia y exclusión? Le pido a este obispo un examen de conciencia.
También con el lenguaje de un masón de fines del siglo XIX o principios del
XX, el obispo Ojea reclama con relación a Francisco: “Es un jefe de Estado a quien se
le debe un respeto particular”, sin advertir que en el caso del papado el ser jefe de
Estado es un accidente, pues el Vaticano podría desaparecer y la Iglesia continuar
porque la promesa de la asistencia divina hasta la consumación de los siglos, es a ella,
​no al minúsculo Estado. hoy residencia de los pontífices. El respeto particular se le debe
al Vicario de Cristo, no al jefe de un Estado que mañana puede desaparecer.
Acabamos con el Padre Pepe y sus secuaces que la semana pasada se “juntaron”
con los otros dos candidatos, ambos promotores del aborto, uno travesti de la política,
otra, postuladora de un Estado laico, que borre la presencia católica en la vida argentina.
Cristo, la Virgen, los santos, en las Iglesias; nada de ellos en las sedes gubernamentales,
en los parlamentos, en los tribunales de justicia; nada de ellos en los lugares públicos,
en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las calles y plazas, en los caminos y
las rutas, en las estaciones ferroviarias, en los cuarteles y comisarías… o sea desterrar
todo signo de cristiandad en la vida social.
Porque al fin y al cabo la continuidad de esta presencia cristiana al obispo Ojea y
a los curas villeros no les importa. ¿Le importará a Milei o elegido presidente será el
primer judío en ascender a la suma magistratura? No lo sabemos. Dios lo sabe,
Bernardino Montejano
Comentarios
3 comentarios en “De Milei, el obispo Ojea y los curas vileros
  1. ¿Que Sotana Blanca merece respeto por ser jefe de Estado? Y un jamón. Hay docenas de jefes de Estado que no merecen respeto alguno. Por otra parte, si empezamos a usar el «respeto» como disculpa para censurar, no podremos ni abrir la boca.

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