Crece el malestar en el clero porteño por el estilo autoritario y para nada sinodal del arzobispo Jorge García Cuerva. Tras su decisión de arrasar con todos los formadores del Seminario de Buenos Aires -solo quedó uno, aunque degradado; pero experto en durar allí, como sea-, se sumaron una serie de cambios de párrocos, para promover el «villerismo» y el olor a oveja. Y degradar o cancelar a los «conservadores». El propio Papa Francisco, su gran valedor, le manifestó a dos sacerdotes porteños -que lo asisten en Santa Marta- que no estaba de acuerdo con la decapitación de la cúpula del Seminario. ¿Será por eso que no le dio el cardenalato, y optó por el ahora arzobispo de Santiago del Estero, Monseñor Bokalic Iglic?
De la Iglesia de Buenos Aires
| 05 noviembre, 2024
La bronca es mayor en el llamado «Clero intermedio» (entre 20 y 30 años de ordenados). En esa franja se sienten, literalmente, como convidados de piedra. Uno de ellos, casualmente de una parroquia «periférica», comentó: «Aquí ser ‘sinodal’ significa ‘mando yo y hago lo que quiero’. Parece que la tan repetida ‘escucha’ solo se la aplica a sí mismo».
García Cuerva optó por nombrar obispos auxiliares a curas jóvenes, con pocos años de ordenados, para que les sean incondicionales. Y, también, se apoya efectiva y afectivamente en otros aún más jóvenes, sin ocultar su indiferencia y poco interés hacia el clero adulto y mayor; más allá de alguna foto, con claro sentido de mercadotecnia.
No se ocultan, tampoco, las diferencias que mantiene con su vicario general, Monseñor Gustavo Carrara; a quien lo utiliza por su fluida comunicación con políticos de diferentes partidos. Y a quien le manda a poner la cara, en su nombre, ante resoluciones polémicas.
El próximo lunes 11 comenzará la reunión del Episcopado argentino, en la que se elegirán nuevas autoridades para el próximo trienio. ¿Qué ligará, en la repartija el ahora ex primado de Argentina? ¿Le harán sentir, desde Santa Marta, el rechazo a su «vedettismo», y autosuficiencia? Cría cuervos…