| 11 octubre, 2018
Si les gusta más y les parece menos hiriente apropiación indebida. Quedarse con lo ajeno contra la voluntad de su dueño. Pecado que no se perdona sin restitución.
Pues vean:
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http://caminante-wanderer.blogspot.com/2018/10/robo-para-la-corona.html
Y seguro que hay unos cuantos casos más.
Lean también, por supuesto si quieren, los comentarios al artículo de Wanderer
Ningún criado puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque aborrecerá al uno y apreciará al otro, o será fiel al uno y del otro no hará caso. No pueden servir al mismo tiempo a Dios y al dinero, ha dicho el Señor Jesús.
Estudiar la relación de Bergoglio con el dinero, las riquezas materiales, es imprescindible para completar el cuadro de su personalidad psicótica. Se pone violento -violencia moral ejercida contra sus víctimas- cuando no le dan el dinero.
Ilumina esto leer el artículo de Wanderer.
El remedio contra el latrocinio episcopal sería el del Opus. Poner los bienes a nombre de «laicos», en Asociaciones Civiles. Así, quedan lejos de las sucias zarpas de los Bergoglios-buitres.
La bronca contra los Franciscanos de la Inmaculada no termina, porque éstos no poseen bienes propios, siguiendo la Regla de Sn. Fco. Y sus seminarios son legalmente propiedad de laicos. Entonces, Bergoglio se ha quedado con un palmo de narices, porque los buenos laicos no reculan.
Tal cual. La forma que tiene Bergoglio de relacionarse con los bienes materiales -un amor secreto, escondido, no divulgado- es la misma que tiene con los bienes espirituales, con la doctrina católica: secuestro, usurpación y disposición a su antojo.