Hay muchísimos. Y no pocos de ellos, buenísimos. El tiempo, sólo 24 horas tiene el día, hace imposible seguir a más de un escaso número. Y a esos incluso no todos los días. Eso nos perdemos porque están haciendo, la mayoría, una excelente labor eclesial. Con un mérito añadido. Yo, que algo sé de Blogs, me curro el mío. Pero ese es mi único trabajo diario. Como el de ellos, tampoco remunerado aunque todos estamos seguros de que algún día nos lo pagarán porque lo hacemos por Él y por su Iglesia. A mi torre le debo que me falten horas del día. Que para quien lleva jubilado casi trece años es una verdadera suerte. Por supuesto que además veo películas en televisión, disfruto de mis nietos, anteayer cenaron en casa los once que tengo en un abanico que va desde los dieciséis a los tres años, viajo con mi mujer que es la compañera ideal de una ya larga vida, de lo que estaba seguro cuando hace casi cincuenta años nos casamos, me reúno con los amigos, que no pocos nacieron del Blog, y si la comida concluye en un mus, miel sobre hojuelas, leo, para lo que ya casi ni tengo tiempo, disfruto de la belleza de tantas cosas como hay en el mundo y que muchos ni se dan cuenta de que existen… Aunque en esto último uno es algo pelagiano, puedo aceptar cum mica salis el reproche/insulto de Francisco, y suelo disfrutar mucho más de la obra de los hombres que de la de Dios. Entiéndaseme, hay paisajes maravillosos pero, por hablar sólo de nuestro último viaje, me quedo con el Cristo de Victorio Macho, la bellísima fachada de Sasamón o ese ya pasarse que es la catedral de Burgos, que con las luces de la meseta que dan veinte verdes deslumbrantes, los cerros que apenas rompen la inmensidad de la llanura o la preciosa altivez aristocrática de una garza que nos mira con superioridad desde la orilla del río. Pues otra vez me he ido con el proemio, mucho más largo que lo que quería decir. Para trabajos los de mi mujer, y tantas otras mujeres. Comidas para veinticuatro personas, con toda la intendencia que eso supone, pre y post, las dejan en una situación que tal vez sea psicológicamente compleja pero que es muy real: al mismo tiempo agotadas y felices. Los curas bloggers son de la misma pasta. Tienen mil trabajos ministeriales y a esos añaden el de sus respectivos Blogs. Conscientes de que hasta es posible de que hagan más bien en su parroquia internáutica que el que hacen, por mucho que sea, en la propia. Admiradísimos Guillermo Juan, Jorge González Guadalix, Tomás de la Torre, Javier Olivares, Javier Sánchez…, además de vuestras predicaciones en la iglesia predicáis a muchísimos más de los que tenéis ante vosotros en vuestras homilías. Sacando tiempo de donde no lo tenéis. A costa muchas veces de vuestro necesario y merecidísimo descanso. Unos textos son piadosos, otros apologéticos, doctrinales, catequéticos… Algunos sois verdaderos cracks con miles de seguidores agradecidos y entusiasmados. El celo por la casa de Dios os consume y dais prenda de ello permanentemente. No voy a deciros que Dios os lo pague porque seguro estoy de que os lo va a pagar. Hoy os enlazo el último de González Guadalix. No el mejor, difícil sería elegir cuál era, simplemente el último. Óptimo, como todos. Y asentadísimo en una realidad que tan bien conoce. Y que tan bien y con tanta gracia describe. Curas así son una bendición de Dios en estos días confusos y descaecidos. Gracias curas bloggers. A todos os he conocido por internet. Donde hay tantas cosas malas pero también tantas buenas. Estáis entre esas. Entre las buenas. Entre las buenísimas. http://infocatolica.com/blog/cura.php/1601011237-rafaela-los-de-fuera-no-viene
Curas y además bloggers
| 02 enero, 2016
Aarvend tiene buana parte de razón. Pero psra insustancialidad, cotilleo y proliferación de vulgaridades, el blog de González Guadalix. En realidad, de los blogs de curas mencionados, el único valioso es el de Guillermo Juan Morado. Para escribir un blog no basta con querer. Hay que saber escribir. Eso para empezar.
Y luego, si uno es cura, el blog no debe menoscabar la condición de cura. Creo que el único que reúne ambas condiciones de entrada, además de ser edificante, limpio y sano, es el de Guillermo Juan Morado.
el tal Aarvend dando lecciones. que ridículo este personaje de quinta!
Es la verdad. Cuánto bien ante tanta confusión y nada más necesario. Las nuevas generaciones de españoles, ignorantes de lo esencial son ahora envenenadas con pasmosa facilidad, y esa es la clave que compromete el futuro desde hoy.
Muy buena la entrada del blog de D. Jorge que enlaza Paco Pepe.
citar a D. Tomás de la Torre siempre es excesivo; la vacuidad de sus comentarios superficiales le acreditan como cura de comentario de sobremesa, que gracias a internet podrá dárselas de «experto en comunicación». Ójala dedicase su tiempo tan malgastado a quehaceres sacerdotales
Un perspicaz esbozo del deterioro de una faceta de la práctica religiosa y a la que nos han llevado unos irresponsables, pero de la que todos somos un poco responsables dejándonos llevar. Afortunadamente quedan reductos que nos permiten confiar en un renacimiento a partir de esas semillas.
Gracias, maestro. Con mis mejores deseos para ti y todos los tuyos en este nuevo año y el recuerdo muy afectuoso de parte de «Socio».