Mi asombro y mi admiración ante esos sacerdotes que se juegan el tipo por defender la verdad de Dios. Unos, los más admirables, hasta con el riesgo de su vida, otros, con riesgo menor arriesgando no su vida física pero sí su tranquilidad eclesial. Son incómodos, molestos, no dicen lo que se lleva y se premia… Prefieren la verdad de Dios a la mentira de los hombres. Aunque esos hombres sean los que manden. Qué insensatos. Los incómodos, no los incomodados. Aunque uno piense que los verdaderos insensatos son los incomodados.
El que suscribe se siente muy libre para decir lo que le parece. Lo dice pero sin arriesgar nada. ¿Qué hay sacerdotes, religiosos, obispos y hasta cardenales y nuncios de Su Santidad que me aborrecen? Me trae sin cuidado y hasta me divierte mucho. Y no suelen irse de rositas los que no me tienen simpatía porque yo tampoco se la tengo a ellos y donde las dan, las toman.
Lo de estos curas es muy distinto. Se pueden encontrar, como poco y en el mejor de los casos, con un año sabático. Pues ahí los tenemos impasible el ademán y diciendo las verdades del barquero que además son la Verdad de Dios. Tienen clarísimo que antes hay que obedecer a Él que a los hombres. Pues benditos curas que tanto bien están haciendo.
Tengo la suerte de conocer a no pocos sacerdotes y en su inmensa mayoría excelentes. Ponen a mal tiempo buena cara, se esfuerzan por llevar a Dios las almas, me parecen admirables. Pero ya de laureada de San Fernando, jugándose el tipo, hay menos. Algunos aparecen con frecuencia en el Blog porque lo que dicen es muchísimo mejor que lo que se me podría ocurrir a mí. Sé que bastantes lectores les siguen en sus espacios pero me parece obligada contribución mía darlos a conocer a aquellos que no les frecuentan. Y realmente vale la pena.
Hoy os traigo la ¿última? charla del P. Santiago Martín como todas actualísima, velentísima verdaderísima y clarísima. Eso es lo que hay. Y él no lo calla.
http://www.religionenlibertad.com/video/la-ceguera-de-un-sector-de-la-iglesia-37317.html
El Sacerdote centra su información en Alemania y aunque lo que dice es realmente la verdad, ¿no tendrá parte de culpa los impuestos obligatorios que el estado impone a los que practican alguna religión?. De cualquier manera pocos valientes quedan como él.
Martín dice mucho. No olvidar que hay unos cuantos eclesiásticos que no sólo evalúan su destino personal, sino el de la obra a la que están vinculados.
Por ejemplo, hay unos cuantos obispos semifrancisquistas (los francisquistas lo dicen abiertamente) que transmiten en forma reservada el criterio afirmativo del Papa argentino sobre permitir comulgar la sagrada Eucaristía a aquellos adúlteros que se den a sí mismos de alta en el confesionario.
¿Qué pasaría con aquellos grupos o movimientos de la Iglesia , normalmente orientados por uno o varios curas, dentro de la diócesis, si desobedecen las órdenes del obispo transmitidas «sotto voce» o abiertamente , y que dependen para su existencia y funcionamiento de la aprobación de ese mismo obispo, quien sigue los lineamientos de Francisco acerca de otorgar la comunión a los adúlteros sin conversión?
Serían misericordiados inmediatamente.
Mi comprensión, entonces, a aquellos que inclusive no dicen tanto como Martín, pero les cuesta caminar sobre la cuerda floja, naturalmente, cuerda doctrinal aflojada por Francisco.
Los hay verdaderamente capitanes araña: Se hace lo que se puede. El P. Martín, uno mismo y bastantes más. Romper la mesa resulta muy espectacular pero no conduce a nada. A quedarnos sin mesa. Que además es nuestra mesa no la de los que animan a romperla. Que por otra parte nunca rompen nada. Hay personas que se juegan mucho diciendo lo que dicen aunque a quienes no se juegan nada les parezca muy poco. Así es un héroe cualquiera. Sin verse nunca ante los disparos del enemigo.
Totalmente de acuerdo con Hermenegildo. D. Santiago Martín es claro pero no va al núcleo del problema, a Bergoglio.
Por otra parte, la denuncia que hace de determinados Cardenales es totalmente vaga, atribuyendo sus aberraciones a que son hijos de espirituales de algunos de los herejes que surgieron con el CVII.
Echenique: si fuera como dices, no entiendo por qué el P. Santiago Martín apunta pero no menciona la responsabilidad del Papa, que es la mayor de todas.
Herme, te equivocas. Eso mismo pensaba yo pero apunta a lo más alto, aunque sin citar a Bergoglio. A buen entendedor ..
El P. Santiago Martín no resulta demasiado incómodo para Francisco, ya que en sus manifestaciones este sacerdote siempre evita culpar al Papa Bergoglio de los muchos males que afligen a la Iglesia. Como si el Papa no tuviera la máxima autoridad.
Cada vez apunta más alto directamente o con un cierto rodeo, que hasta resultaría placentero, si no fuera porque estamos ante un pontificado decididamente oscurecedor de todas las luminosidades.