Me refiero a Don Santiago Martín o al P. Santiago Martín.
Sus intervenciones audiovisuales están siempre llenas de eclesialidad y de sentido común. La última, que os enlazo, toca dos temas de absoluta actualidad. El inmenso lío y mayor tragedia para la Iglesia que ha montado la desdichada Amoris Laetitia, o Confussionis Laetitia, que está rompiendo la comunidad eclesial y la situación cuasi terminal de las órdenes y congregaciones religiosas.
De ambas cosas hemos hablado sobradamente en el Blog y todavía lo que nos queda porque esto va para largo. Dentro de la inmensa tragedia que las dos cuestiones suponen para la vida de la Iglesia, que lamento de todo corazón, esta cigüeña ha tenido también motivos de alegría. O al menos satisfactorios. Como puede ocurrir en los funerales por un ser muy querido. Puede estar uno muy hundido en el dolor pero no cabe duda de que si ve como numerosísimos amigos acuden a expresarte su condolencia y su solidaridad, el dolor, que sigue existiendo, se hace más llevadero.
Sería muy preocupante sentirme solo en mi hondísima preocupación por la A L. Si fuere ese el caso, salvo estupidez supina por mi parte, debería pensar que estaba muy equivocado. El coincidir con Müller, Caffarra, Meisner, Burke, Brandmüller… y muchos más, cardenales, obispos, sacerdotes y laicos, conforta y confirma. Sabiendo además, porque no pocos me lo han dicho, que también piensan lo mismo. Son lo mejor de la Iglesia. Mientras que los malteses, kasperianos, marxistas, del otro Marx y del genuino, truchos, fortinos y otros del mismo pelaje me parecen lo peor. Es muy importante sentirte en buena compañía.
La otra cuestión viene desde hace mucho tiempo, años antes de que apareciera la A.L., siendo denunciada desde la torre de la iglesia en la que esta pobre cigüeña había puesto su nido. Lo que me suscitó odios, descalificaciones y sobre todo un inmenso silencio. Que nunca me hizo dudar de lo acertado de mis predicciones, que anualmente confirmaba con cifras inapelables, pero que me sorprendía que nadie se hiciera eco de lo que me parecía evidente y por ese camino inevitable,
Pues ahora resulta que mis agoreros anuncios funerarios han pasado a ser opinión general. Eso se muere. Salvo contadas excepciones y precisamente de quienes se han resistido a caminar hacia el abismo. Y en los suicidas, si cabe alguna esperanza, es porque en algunos parece apuntarse una cierta reacción.
El P. Santiago Martín se hace eco, en su última intervención, tal vez ya la penúltima, de ambas tragedias. Y lo que dice lo comparto de cabo a rabo. Como tengo de él una óptima opinión me alegra muchísimo la coincidencia. Sigo estando en muy buena compañía.
http://www.religionenlibertad.com/video/la-tragedia-ocaso-de-la-vida-religiosa-34617.html
La otra para quienes la quieran. Yo no. Me parece penosa y en más de un caso, asquerosa.
Benditos cardenales, obispos y sacerdotes que nos confirman en la fe.
Me parece prudente el enfoque de Paco Pepe y algo extremista el punto de vista de Hermenegildo.
Si bien me resulta la posición del P Martín con respecto a la Iglesia no del todo lo clara que exige el momento presente, claridad que poseen el P Aberasturi y el P Gonzalez Guadalix, entiendo que Martín dice y se la juega mucho más que la enorme mayoría de sacerdotes de todo el mundo, quienes sienten y se arredran con la ambigüedad calculada de sus jefes los obispos, muchos atemorizados por el talante dictatorial de Bergoglio.
Suscribo de cabo a rabo los dos últimos comentarios de Amigo de la Fe.
Ejemplo de MALABARISMO virtuoso:
1- Decir una verdad: Es grave el estado de dudas sobre la indisolubilidad del matrimonio.
2- Hacer una curva para esquivar la figura del Papa: Amoris L. es una exortación que genera descontentos en la izquierda porque «NO abre la puerta a la comunión de los divorciados por su ambiguedad.», «como hubiera querido la izquierda».
3- Querer hacer de una conclusión pasando por los pasos anteriores reafirmando la ortodoxia, usando las declaraciones del cardenal Muller, sin decir ni mu sobre la ambigüedad y el silencio del papa, sino de una manera muy solapada.
Esta clase de Malabares son circensemente para aplaudir.
No pongo en duda que el P. Santiago Martín y Mons. Munilla, son dos pastores que enseñan a Cristo sin doblez, cuando enseñan ellos.
Pero hacen un papel muy triste cuando le ponen el paraguas al papa, sea por evitar el escándalo, o por evitarse la misericordeada…
Recemos por ellos, por que se ve que sufren mucho con un pie de cada lado, cada vez que les toca hablar sobre la figura del Papa.
Bastaría con que hicieran su análisis haciendo silencio sobre la figura del Papa, en vez de tantos MALABARES.
Un gran sacerdote, como Munilla es un gran obispo, pero también los dos son grandes MALABARISTAS.
Porque siendo pastores fieles a la ortodoxia católica, de los que pueden recitar el credo de cabo a rabo sin contradicciones con su conciencia, pero… :
Son dos que por miedo al escándalo, esconden el triste papel del Papa actual, y sus insostenibles posiciones para ellos siempre son errores de interpretación.
Creo que siendo de lo mejor, están haciendo el peor trabajo, confundir a muchos católicos fieles y no prevenirlos.
Es como si San Agustín hubiera hecho cosa parecida con los arrianos, o San Juan Casciano con los protestantes.
Les falta la parresía de ir al martirio si les toca.
Paco Pepe: para usted la perra gorda.
por lo demás,me parece injusto achacar a Santiago Martín claudicación motivada por la x de marras.
Cuando llevaba su parroquia de Madrid,era tal la cantidad de gente que movía que,creo que fue en su último año,llegó a tener 500 niños de Primera Comunión.
Considero que es honrado en su intento desesperado por salvar algún bartulo del bergoglismo,sin darse cuenta de que su loable voluntarismo solo es eso:Voluntarismo.
Lo repito:Es IM-PO-SI-BLE que el círculo cuadre.
Y lo que me parece increíble es que toda la impresionante catedral del pensamiento que es el CATOLICISMO,se quiera hacer pender de esa dudosa clave que es siempre un formalismo canonico,de manera que removida tal supuesta clave todo el edificio se viniera abajo.Ni la VERDAD,ni la ESCRITURA,ni la TRADICION,ni la bimilenaria PRACTICA de los mejores hijos de la Iglesia -y también de los peores!-,pueden quedar arrumbados por un hecho tan circunstancial y aleatorio como es un cónclave.
Porque…,en última instancia, éste no crea aquellas Realidades,sino que son Éstas las que avalan,o no,a aquél.
La prueba del algodón…
La obediencia en la Iglesia es a la Verdad, que nos hace libres, no al error, a la mentira,a la herejía, a la ambigüedad. Los legionarios de Cristo no la entendieron bien y acabaron cubriendo las fechorías del fundador y haciéndose corresponsables de sus conductas delictivas. Eso les pasará factura toda su vida.
Santiago Martín ha rectificado su primera impresión favorable a la Amoris, al igual que el vaticinasta Aldo María Valli, gran persona y periodista. Esa rectificación les honra. Yo espero y deseo que rectifiquen todos los demás, pues la Amoris, viendo quienes la defienden, huele a herejía cada vez más. Es demoledora, al consagrar netamente la ética de situación y el libre examen protestante. El punto 303 es el más claro al respecto.
esa declaración del padre Uribe es una componenda sin nombre,que persigue la cuadratura del círculo.
porque lo cierto y meridiano,a estas alturas,es que es una contraditio un terminis pretender casar obediencia a BERGOGLIO con fidelidad a la Doctrina y Tradición de la Iglesia.
El silencio tampoco sirve de escapatoria,pues sería el de los perros mudos.Pero,por mucho que Benedicto XVI pretendiera que creyéramos otra cosa,parece que hoy,lo mejor de la Iglesia,al final se arredra y «se baja de la Cruz».
Santiago Martín es otro falso más como los Burkes, Sarahs y Schneider.
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Le gusta decir siempre, «uy uy uy, qué mal, qué mal… «pero qué bueno es Francisco y qué malos los fieles que le critican».
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El pobre hace su trabajo: mantener en el redil a la gente confundida entre el humo de Satanás que él esparce para que sigan poniendo la X de la Renta.
Claro: el único que no es falso es usted. ¿No le parece mucha petulancia?
Por cierto, se ha sabido ahora que Müller no se opuso en principio al «camino penitencial»:
http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2017/02/03/el-cardenal-muller-apoyo-desde-el-principio-la-solucion-del-fuero-interno-para-los-vueltos-a-casar.shtml
Paco Pepe: en el documento que ha firmado el P. Uribe, afirma que quiere permanecer en la obediencia al Papa y al Obispo, como no podía ser de otra forma, “dentro de la doctrina y tradición apostólica de la iglesia”. Estas últimas palabras excluyen que dicho sacerdote tenga que obedecer al Papa en lo referente a la admisión de los adúlteros a la Sagrada Comunión, lo cual no está dentro de la doctrina y la tradición apostólica de la Iglesia. Recordemos que el P. Uribe fue sancionado por oponerse a esta novedad.
Hermenegildo ¿por qué las segundas palabra excluyen a las primeras y no las primeras a las segundas? Las primeras son
clarísimas, las segundas, interpretables. Y me parece de aurora boreal pensar que quien se echó para atrás fue el
obispo. Que hasta es posible que no tenga la menor duda de que el Papa está con la doctrina y la tradición de la Iglesia.
Y si no lo creyere puede estar seguro de que dice que lo cree.
MISERICORDIA PREDICO
SIENDO EL MAS GRANDE TIRANO.
A TODOS LES DIGO «HERMANO»
PERO LOS TENGO POR MICO.
YO,PARA AMAR,CRUCIFICO.
YO,PARA REZAR,PROFANO.
LA VERDAD ES ALGO VANO
Y,EL CRISTIANISMO,MUY CHICO…
Y QUIEN OSE DESDECIR
ESTE AMOR TAN IMPONENTE
QUE EFLUVIA DE MI PERSONA…,
YO LE PIENSO REDUCIR
CON UN MISERERE INGENTE
-DE INTERDICTO-«DADO EN ROMA»…
ECHENIQUE
Ya estaban tardando mucho en hablar Pasquino,Madama Lucrecia y el esquinazo izquierdo de San Luigi dei francesi…
Pero una vez más,y para que tenga cumplimiento la Escritura,ocurrirá que -dado el acaponamirnto de los hombres-…HABLARAN LAS PIEDRAS!!!
Por una vez y sin que sirva de precedente, voy a expresar mi opinión. Los fieles y los infieles admiran al Papa, por lo menos donde me muevo eso es un hecho, y, por tanto, no es prudente elevar críticas públicas sobre el Papa. Si se tiene un Obispo de la cuerda del Papa, peor lo tenemos. Así lo que nos queda es guardar silencio y aplicar la doctrina de la Iglesia tal como la establece el Derecho Canónico, que no ha cambiado en este asunto, y la «Familiaris Consortio», de S. Juan Pablo II, que es encíclica y no exhortación apostólica.
Roma ha amanecido plagada de carteles que preguntan dónde está la misericordia de Francis. Se hace eco Antonio Socci en su página oficial de Facebook. ha sido una grata sorpresa para tantísimo romanos y católicos en general. Los católicos de a pié estamos ya muy hartos.
Paco Pepe, José Galat explica aquí que el P. Uribe no se ha echado para atrás:
http://adelantelafe.com/padre-urine-no-se-echo-atras-jose-galat/
Está claro que hoy usted y yo no nos entendemos.
Yo he leído el documento que han firmado ese cura y su obispo. ¿O es falso?
Tienen razón Gunterón y Hermenegildo, QUIEN HA RECITIFICADO DE SU ERROR HA SIDO EL OBISPO, no el padre Carlos Uribe quien ha mantenido la fidelidad al Magisterio milenario de la Iglesia, y esa fue la condición (por escrito) que le exigió al obispo de Pereira (Colombia).
El padre Martín es de la línea media. A veces habla, a veces calla. Amenazó con cisma si resultaba cierto lo de la Amortis Laetitia y a la hora de la hora, reculó como una adolescente.
Parta mí que es muy redondo para huevo y muy largo para aguacate. No es confiable. PRIMERO ES LA FE Y LUEGO LA OBEDIENCIA.
El obispo no ha rectificado nada. Quien rectificó fue el cura. Queda clarísimo del documento firmado por ambos. Es posible que el obispo se excediera en lo que hizo, a mí si me lo parece, y que estuviera deseando una reconciliación. Pero el que hocicó fue el cura. Aunque no le faltara razón en lo que decía. Deberíamos tomar nota para no pedir a los buenos sacerdotes posiciones insostenibles ante el jefe. La prudencia sigue siendo una virtud. Y no es sinónima de la cobardía ni de la apostasía. Recordemos a Santo Tomás Moro.
Confirmo lo dicho por Hermenegildo, el que ha rectificado ha sido el obispo. Afortunadamente por cierto.
Paco Pepe: yo he entendido que el que ha rectificado no es el sacerdote colombiano, sino su Obispo.
Y ya ve Hermenegildo lo ocurrido con ese sacerdote colombiano que algunos han querido presentarnos como el San Atanasio de hoy. Pues a cantar la palinodia. Salvo que quisiera fundar una sectita en la que igual no le seguía ni su madre. Y usted seguro que no. Es eso lo que queremos para nuestros buenos sacerdotes? ¿Qué les pongan en la calle? Vivimos tiempos difíciles en los que hay que combinar la verdad con la prudencia. Y la imprudencia siempre es mala. Ya lo ve con el colombiano. El problema estará si le obligan a hacer algo contrario a su conciencia. Pero intentar ser el guerrero del antifaz contra el Papa pues ya ve en lo que termina. Ramiro de Maeztu, por quien tengo notable admiración, sostenía que deberíamos todos profesar un cuarto voto: el de no combatir a los afines. Procuro seguirlo aunque seguro que malamente en ocasiones. Desde la amistad me permito recomendárselo. Pero ya es cosa suya seguirlo o no. Concluyo manifestando de nuevo mi admiración por Don Santiago Martín con quien me siento identificadísimo. Aunque personalmente jamás haya intercambiado un saludo con él.
En cuanto a las recientes declaraciones de Müller, que el P. Santiago Martín, tanto celebra, sospecho que responden a una estrategia del Papa para neutralizar a los cardenales de los «dubia» y evitar así la corrección formal. Müller simplemente se ha prestado al juego.
Paco Pepe: ¿y D. Juan Luis Aberasturi o D. Jorge González Guadalix no tienen nada que perder? A pesar de eso, no se andan por las ramas.
Comprendo que para un sacerdote puede ser comprometido hablar de estos temas, pero cuando está en juego la propia Fe católica hay que darlo todo, hasta la vida si es preciso. Y, si no se atreve a tanto, que el sacerdote al menos se calle, pero que no nos tome por bobos negando la evidencia.
Hermenegildo: Las opiniones de cada uno son las que ese uno quiere tener y no hay más que añadir. Usted tiene las suyas y yo las mías. En este caso no coinciden. Y no pasa nada. Cada una valdrá lo que valga y punto. Pro si quiero señalarle algo que estoy seguro que entenderá. No es lo mismo un sacerdote que un laico. Usted mañana dice que el Papa Francisco es el culpable de todos los males que le ocurren a la Iglesia y tenga o no razón no le ocurre nada. Con lo que actúa usted desde la impunidad. Cosa bastante cómoda. Como me ocurre a mí. Si eso lo hace un sacerdote o un obispo lo iba a llevar crudo. Bastante hacen no pocos con notable riesgo personal como para que les critiquemos. Pienso yo aunque tal vez equivocadamente. Pero también puede estar equivocado usted. Es usted muy dueño de no simpatizar con Don Santiago Martín, con las monjas vestidas con tela de vaquero o con lo que usted quiera. Ya ve que no tiene el menor problema en el Blog en el que debe ser usted el comentarista decano y yo estoy muy satisfecho con su presencia. Aunque no comparta todas sus posiciones. No pocas, sí. En lo de este sacerdote nada en absoluto. Ojalá hubiera muchos como él. Pero usted está en su derecho de tener otra opinión. Y las culpas no es necesario ponerlas de relieve. Si las hay ahí están. Que los lectores juzguen. Yo tampoco he culpado al Papa de ser responsable de todo. Aunque sea fácil entender por lo que escribo que mi entusiasmo es escaso. Y repito que yo, como usted, no arriesgo nada.
La promesa de obediencia del P. Santiago Martín no incluye estar de acuerdo con todo lo que hace y dice el Papa, y, mucho menos, cuando el Papa no confirma o arroja confusión sobre la Fe Católica. «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5,29).
… clérigo.
Qué gusten o no las intervenciones de D. Santiago Martín es subjetivo, opinable y respetable.
El que no haya cargado las tintas contra el Papa es algo lógico, justo y coherente.
D. Santiago Martín es un sacerdote católico con voto o promesa de obediencia.
Incluso el Sr. de la Cigoña que es católico seglar sin voto ni promesa siempre es respetuoso con el Papa, aunque señale sus flagrantes faltas y errores, cuanto más ha de serlo un clerigo.
Mucho mejores son, con gran diferencia, D. Juan Luis Aberasturi y el P. González Guadalix.
A mí el P. Santiago Martín no me gusta siempre y, en el caso concreto de «Amoris laetitia», ha patinado mucho. Recordemos que en su primer vídeo al respecto se afanó contra toda evidencia en defender y justificar la ortodoxia del texto (según él). Luego, en vista del caos surgido, reconoce y lamenta la confusión que se ha desatado, pero en ningún caso culpa de nada al Papa Francisco, que es el gran responsable de todo.