Hay muchos otros que se saben las respuestas, gracias a Dios, pero que son menos imaginativos, más prudentes o incluso más cobardes. Los hay que no venden gato por liebre pero que callan la liebre. Este, de la diócesis de Albacete, del que o sabía su existencia, colgó una lona con los pecados que impiden acercarse a la comunión. Me parece muy bien. Le aplaudo.
No sería necesaria la lona si en las homilías de vez en cuando se nos hablara del pecado y de los pecados. Pero como eso no ocurre y no suelen ser más que una segunda lectura inútil de lo que acabamos de oír, y si piensan que somos sordos a la primera también lo seremos a la segunda, pues los fieles desconocen lo que es pecado y si ellos están en pecado. Y van a comulgar masivamente y en no pocos casos sacrílegamente aunque ellos ni se enteren. Toca ir a comulgar como toca ir a misa o a echar en el cestillo algunas monedas, billetes, pocos.
Este párroco albaceteño quiso instruir a sus fieles sobre quienes pueden acudir a la comunión y los que tendrían que pasar antes por el confesonario. Excelente decisión aunque tal vez a algunos, en su ignorancia eclesial, les haya sorprendido. Supe de otro párroco que puso algo parecido sobre el modo de acudir vestido a misa. Más bien vestidas. Aunque en los hombres también se da lo zarrapastroso aunque menos que lo escandaloso. En mi maravillosa parroquia también ambas cosas aunque sean muy minoritarias. Recuerdo haber visto a un hombre que acudió a comulgar con la gorra puesta, que había mantenido en toda la misa, y que el sacerdote al darle la comunión le pidió que se la quitara. Cosa que hizo si en menor problema aunque es posible que muy sorprendido ante esa reclamación.
He oído, será verdad o no, que a ese sacerdote de Albacete le recomendaron o le exigieron que retirara la relación de los pecados. Será cierto o no, lo desconozco. Pero encajaría con el buenismo imperante que admite todo, hasta lo inadmisible.
Tengo del obispo de Albacete una excelente opinión de sus cualidades personales. Es buenísima persona, piadoso, cariñoso, acogedor… Pero, ¿alguien sabe salvo muy contadas excepciones quién es el obispo de Albacete? ¿Ha dejado huella en su diócesis, como antes en la de Coria-Cáceres de su paso? ¿Mala no, porque él es bueno, pero buena? ¿Cuándo se vaya, cumple los 75 años en 2018, y el 3 de enero, estamos a un año y tres meses, habrá consternación diocesana?
Yo quería hablar bien del cura que señaló a sus fieles que había pecados que impedían acercase de a la comunión del Cuerpo de Cristo. Cosa que deberían hacer todos. Lo demás son añadidos prescindibles. O quizá no tanto.
El señor obispo de Albacete debe ser de las pocas personas que quedan en España portadoras de su nombre (Ciriaco), actualmente una rareza.Espero que no haya sido él el responsable de la retirada del cartel.Es el único prelado de nuestro país que debe renunciar en 2018.
Bompensiero: en pecado mortal nunca se puede comulgar.
El Mons. Laise, obispo emérito de San Luis, Argentina, en su libro «La Comunión en la Mano» hace un recorrido histórico interesante sobre la comunión.
Pero me gustaría rescatar lo que más me llamó la atención: la comunión sacramental frecuente es una práctica reciente en la Iglesia.
¿Significa que se negaba este «don» a los católicos por tantos siglos?
No. La comunión espiritual era lo habitual, y se entiende que no mermaba en nada las abundantes gracias que derramaba sobre las almas.
¿Sería entonces más prudente abstenerse de comulgar sacramentalmente cuando tenemos conciencia de pecado aun cuando no sea mortal (el pecado nos oprime, pero «sabemos» que no es mortal, y no hay posibilidad de confesarse)?
Personalmente lo hago así, y me siento mejor. Apenas pueda me confieso y luego comulgo con mayor paz.
¿No será solo una costumbre el querer comulgar a toda costa?
Tal parece, porque comulgar implica ser consecuente, debe dar fruto, y en esto último andamos escasos.
Pero qué más le da a la SER lo que pueda decir o hacer un pobre párroco de provincias para fomentar la confesión y la comunión en gracia de Dios ? Se nos ha vuelto la vigilante de la nueva ortodoxia bergogliana ? Es curioso como todos los medios anti Iglesia Católica aplauden y ensalzan a Bergoglio para acabar precisamente con la Iglesia. ¡ Cosas veredes ! Antes el enemigo principal, dentro de la Iglesia, era el Papa; ahora es el amigo íntimo y lo manipulan a su antojo.
Lamentablemente ha retirado el cartel ante la campaña de acoso por parte de la SER, al parecer la feligresía se le ha sublevado y al final ha retirado el cartel, «porque donde manda patrón no manda marinero». Y ahí me pierdo ¿quién es el patrón?
Y sí, como dice D. Fco José, las homilías deben servir para algo, por ejemplo para explicar la doctrina y no para decirnos que debemos amarnos mucho.
Se puede comulgar estando en pecado grave si haces la promesa de confesarte y cumplirla, desde luego. Por lo demás estoy absolutamente de acuerdo con la lona. Pero es verdad que hay veces que va gente que no debería y gente que podría por prudencia y humildad no van. Pero eso está en cada uno y en adiós por supuesto.
Exactamente así, como en la conclusión de Alegando Cara, opinan los amancebados que comulgan.
Qué comulgan su propia condenación?
Quien soy yo para juzgarles?
Lo del «derecho» a comulgar rechina un poco, la verdad. Por lo demás, me parece bien que predique la confesión y el fallo que causa el pecado con los medios que considere oportunos.
Sr. Alejandro Jara la moral de la “opción fundamental” (en su mala comprensión), que usted asume y pretende enseñar a los demás ha sido condenada reiteradamente. Baste con recordarle la Encíclica Veritatis Splendor (67 ss) de San Juan Pablo.
No estoy de acuerdo con lo que escribió el párroco. Refleja una deficiente teología:
1) Dice que los pecados que publican quitan el «derecho» a comulgar.. Pero la comunión JAMÁS HA SIDO UN DERECHO. Es una gracia, de Dios que en su Cuerpo se nos da gratuitamente. Nadie tiene «derecho» a comulgar. Recordemos las palabras del centurión romano, que repetimos en cada misa: «Señor,. NO SOY DIGNO que entres en mi casa…..»
2) Para que haya pecado mortal según la teología se requieren tres elementos: materia grave, pleno conocimiento y deliberado consentimiento. Puede haber materia grave y no pecado mortal. Además ciertos factores pueden disminuir o atenuar la culpa. Entonces, lo que escribió el párroco es materia grave de pecado pero no necesariamente pecado mortal.
3) La lista es incompleta: faltan los pecados relacionados con la omisión, las obras de misericordia, etc.
4) Son pocos los católicos que van a misa. Si lo hacen regularmente, rezan y tratan de vivir su fe amando al prójimo lo más probable es que estén en gracia de Dios. No se cometen pecados mortales a cada rato si se tiene a Cristo en el corazón. Por eso no me gustan esos curas y laicos que se escandalizan de tanta gente que comulga. Si lo hacen es porque en conciencia se sienten en gracia de Dios y está bien.
Si cundiera el ejemplo entre los curas españoles otro gallo nos cantara.
Estoy de acuerdo con el contenido, pero creo que no vale de mucho poner la lona si esos contenidos no se dan en las catequesis ni se ven reflejados en la práctica.