Cuidar la naturaleza

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Un amigo me envía este texto aparentemente sin contenido religioso ¿O sí? Lo traigo sin pensar en la encíclica del Papa que todavía no he leído. ¿O sí? Digo pensar lo que no supone la menor crítica porque no se puede criticar lo que se desconoce. Y yo de la encíclica apenas sé más que el título y algunos titulares de medios que tampoco me han movido a leer el artículo que dedicaban al tema. Leo también, siempre en titulares, que un sacerdote australiano ha criticado la encíclica. Tendrá o no razón en su crítica, tampoco lo sé. Y no me importa mucho. No me creo con conocimientos sobre el tema para darle la razón o quitársela al mencionado sacerdote. También me parece excesivo lo de dar a ese testimonio una importancia capital como me parece deducir que algunos pretenden. Siempre he pensado, y lo he dicho, que el Papa Francisco, como todos los Papas, tiene cosas criticables. Pero hacer del australiano de marras oráculo de Delfos es extralimitarse. Tenga o no razón en todo o en algo. Este es el texto que me enviaron. Y alguna razón tiene. O bastante. La Moda Verde En la fila del supermercado, el cajero le dice a una señora mayor que debería traer su propia bolsa, ya que las bolsas de plástico no son buenas para el medio ambiente. La  señora  pide  disculpas y explica: «Es que no había esta moda verde en mis tiempos.» El empleado le contestó: «Ese es ahora nuestro problema. Su generación no puso suficiente cuidado en conservar el medio ambiente.» Tiene razón: nuestra generación no tenía esa moda verde en esos tiempos: En aquel entonces, las botellas de leche, las botellas de gaseosa y las de cerveza se devolvían a la tienda. La  tienda  las  enviaba  de  nuevo a  la  fábrica  para  ser  lavadas  y esterilizadas antes de llenarlas de nuevo, de  manera  que  se  podían  usar las mismas botellas una y otra vez. Así, realmente las reciclaban. Pero lleva razón, no teníamos esta moda verde en nuestros tiempos. Subíamos  las  escaleras,  porque  no  había  escaleras  mecánicas en cada comercio ni oficina. Íbamos  andando  a las tiendas en lugar de ir en coches de 300 caballos de potencia cada vez que necesitábamos recorrer 200 metros. Pero tiene Vd. toda la razón. No teníamos la moda verde en nuestros días. Por  entonces,  lavábamos  los  pañales  de  los bebés porque no los había desechables. Secábamos  la  ropa  en  tendederos, no en secadoras que funcionan con 220 voltios. La energía solar y la eólica secaban verdaderamente nuestra ropa. Los chicos usaban la ropa de sus hermanos mayores, no siempre modelitos nuevos. Pero está en lo cierto: no teníamos una moda verde en nuestros días. Entonces teníamos una televisión, o radio, en casa, no  un  televisor en cada  habitación.  Y la TV tenía una pantallita del tamaño de un pañuelo, no una pantallota del tamaño de un estadio de futbol. En la cocina, molíamos y batíamos a mano, porque no había máquinas eléctricas que lo hiciesen por nosotros. Cuando empaquetábamos algo frágil para enviarlo por correo, usábamos periódicos arrugados para protegerlo, no cartones preformados o bolitas de plástico. En esos tiempos no arrancábamos un motor y quemábamos gasolina sólo para  cortar  el  césped;  usábamos  una  podadora  que funcionaba a músculo. Hacíamos ejercicio trabajando, así  que  no  necesitábamos  ir  a  un gimnasio  para correr sobre cintas mecánicas que funcionan con electricidad. Pero  claro  que  está Vd. en lo cierto: no había en esos tiempos una moda verde. Bebíamos del grifo cuando teníamos sed, en  lugar de usar vasitos o botellas de plástico cada vez que teníamos que tomar agua. Recargábamos las estilográficas con tinta, en lugar de comprar una nueva y cambiábamos las cuchillas de afeitar en vez de tirar a la basura toda la maquina afeitadora sólo porque la hoja perdió su filo. Pero,eso sí, no teníamos una moda verde por entonces. En aquellos tiempos, la gente tomaba el tranvía o el autobús y los chicos iban en sus bicicletas a la escuela o andando, en lugar de usar a su mamá como taxista las 24 horas. Teníamos un enchufe en cada habitación, no un regleta de enchufes para alimentar una docena de artefactos. Y no necesitábamos un aparato electrónico para recibir señales desde satélites situados a miles de kilómetros de distancia en el espacio para encontrar la pizzería más próxima. Así que me parece lógico que la actual generación se queje continuamente de lo irresponsables que éramos los ahora viejos por no tener esta maravillosa moda verde en nuestros tiempos. No  dejes  de  envíarle esto a otra persona que piense que ya está bien de recibir lecciones de ecología de cualquier cantamañanas de hoy en día.

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