A mí me parece uno de los mejores obispos de España.
Perfecto solo es Dios. Los demás somos imperfectos. Y el arzobispo de Sevilla también.
Me parece impresentable, y más en estos días en los que tanto abundan los impresentables, descalificar a una persona y de manera especial en la Iglesia porque en alguna cuestión, que no es capital, haya estado menos afortunado o incluso se haya equivocado. Si exigimos la perfección no se salva nadie excepto Dios Nuestro Señor. Ni los Santos.
Y que triste la pertenencia a la Iglesia si en todos sus miembros solo vemos los defectos y no nos quedamos con nadie.
Pues yo del arzobispo de Sevilla pienso que, con imperfecciones, como todo el mundo, es uno de los mejores obispos de España y me alegra mucho manifestarlo.
Así que a los cuarenta años de su ordenación sacerdotal le felicito de todo corazón por su ministerio como sacerdote y como obispo.
Y muy hermosa la carta dominical que con ese motivo dirigió a sus fieles.
Otra opción es que se lleven a Mons. Escribano de Zaragoza: allí no hace nada (es pésimo, mediocre), todo es dar puestos a sus amiguicos. Si no, observese los nuevos canónigos: el párroco de San Gil Abad, el Promotor de Justicia, y el Director de San Carlos. Todos amiguicos: los amigos de mis amigos, son mis amigos. ¡Qué bonito! Muy rosa todo…
Con permiso de los sevillanos, yo creo que es el mejor sustituto para el cardenal Omella para poner a Barcelona en buen camino. Conoce bien la diócesis e impondría un nuevo rumbo que se necesita en Barcelona.
No, que se quede en Sevilla. A Barcelona que manden a quien les dé la gana. Sevilla no es una diócesis subalterna de Barcelona.