Tengo el pálpito que no es el de la fe de la Iglesia. Seguramente algún lector nos lo podrá aclarar. Estoy hasta los cataplines de todos los Jesús que tanto proliferan hoy y que reduciendo o eliminando su divinidad encantan a anticristianos o a necios. El «¿En qué Jesús creemos?», de González Faus, con quien tantas discrepancias tengo, me da en la pituitaria que es uno de esos. Tengo ante la vista el anuncio de una conferencia del jesuita en Tenerife que mi torpeza no sabe reproducir. El título es el indicado, la fecha el 31 de marzo, el lugar el colegio La Salle San Ildefonso y el organizador el Instituto de Misioneras Seculares. Como para recordar aquello de Dios los cría y ellos se juntan. Porque vaya potpourri: Un jesuita de 81 años, los religiosos de La Salle, un instituto religioso femenino muy conocido en la cumbre del Teide a la hora de cenar y todos en comandita para presentarnos a un Jesús que me temo no es el del Evangelio. Si luego González Faus estuviere ortodoxísimo rectificaré con mucho gusto pero es que ya nos han vendido a muchos Jesús, que no han resucitado, hecho milagros, no son hijos de una Virgen ni engendrados por el Espíritu Santo… Vamos, que no son Dios. Si fuera uno así el que resultare de la conferencia, el octogenario jesuita se podía ahorrar el viaje, los de La Salle ceder el colegio y las Misioneras esas dedicarse al servicio de Dios o a jugar al Continental y no a secularizar, ellas tan seculares, la figura del Hijo de Dios.
¿Cuál es el Jesús de González Faus?
| 24 marzo, 2015
Quién como Dios:
De entrada, juegas con ventaja porque yo ignoro todo sobre tu identidad;yo, con aciertos y errores en mis opiniones y desde el «temor y temblor» propio de vivir…
Tu reflexión sobre el Vaticano II está fundamentada, demuestra sólidos conocimientos. Chapó. Empero, mi referencia al Vaticano II solo fue para señala queme parece excesivo condenar-satanizar a algunos que fueron sus principales teólogos peritos. Cosa que hace un forista muy asiduo a estenido o web.
Y asimismo, ante un comentario despectivo hacia un mi comentario anterior por parte del forista Batman -y yo creo que de paso despectivo hacia mi persona; a saber quién es Batman, hasta un obispo podría ser, quién sabe, o un sobrino-bisnieto del dominico Garrigou-Lagrange, puestos a suponer…- , yo quise asimismo intervenir, nada más.
El Concilio Vaticano II es uno más, por supuesto, de entre todos los concilios celebrados por la Iglesia en 2.000 años de historia, y es acaso el menos dogmático de todos ellos. Vale. Pero hay contumaces negadores-conculcadores del Vaticano II que aprovechan su rechazo a ese concilio ecuménico para arremeter y hasta satanizar-condenar a algunos que fueron sus cabezas pensantes más destacadas, negándoles todo, hasta que su fe en Cristo y en la Iglesia fuera sincera. Vamos,claramente: los acusan de haber sido satánicos.
Buena tarde.
Luis. henriquez.
¿Qué se entiende por no aceptar el Concilio Vaticano II? ¿No aceptar la validez (entiéndase legalidad) del Concilio? Creo que en este sentido el Concilio no se cuestiona. Cierto es que en él se produjo un movimiento de revolución ya desde la primera sesión, con la intervención del Cardenal Liénart fuera de la legalidad conciliar y con prohibición expresa de la presidencia. El propio Liénart, consciente a posteriori de las consecuencias de sus actos, afirma en sus memorias: “Yo hablé solamente porque me encontré constreñido a hacerlo por una fuerza superior, en la cual debo reconocer la del Espíritu Santo”. El mismo Espíritu que impulsó a San Juan XXIII a convocar un Concilio y un sínodo (el Romano I), que según el propio Papa debía ser prefigura y realización anticipada del mismo (alocución de San Juan XXIII al clero y a los fieles de Roma del 29 de junio de 1960) y la encíclica “Veterum sapientia”, promulgada solemnemente en San Pedro ante todo el Colegio Cardenalicio (duró menos que la alegría en casa del pobre), movió a Liénart y sus colegas a promover un Concilio en el que sus conclusiones, y consecuencias, se parecen al imaginado por el Papa como un huevo a una castaña. Ahora se sabe, casi con seguridad, que el amigo Liénart mintió como un bellaco. Escribe Jean Guitton (miembro de la Academia Francesa. (Paul VI secret, Paris 1979, p. 123), una confidencia del Cardenal Tisserant (Decano del Sacro Colegio), ante un cuadro sacado de una fotografía en la que aparecen él y otros cinco cardenales: “Este cuadro es histórico, o más bien simbólico. Representa la reunión que habíamos mantenido antes de la apertura del Concilio, y en la que decidimos bloquear la primera sesión rechazando las reglas tiránicas establecidas por Juan XXIII”. El resto del Concilio fue por el estilo. Propuestas rechazadas por mayoría se debatieron por bemoles (me suena de algo el último sínodo de la familia). Desaparición de 334 firmas de padres conciliares que pedían una condena expresa del comunismo; condena que no podía hacerse al haberse comprometido, en este sentido, Juan XXIII con el metropolita Nicodemo de la Iglesia Ortodoxa (agosto de 1962 en Metz, Francia); compromiso del que se conocen todos los detalles por rueda de prensa de monseñor Schmitt, obispo de la diócesis. El representante de Juan XXIII fue el traidor Tisserant. Hoy se sabe por carta de su secretario, monseñor Georges Roche, que la iniciativa de los encuentros fue tomada personalmente por Juan XXIII a sugerencia del cardenal… ¡Montini! Y así un largo etc.
Yo no dudo, por ejemplo, de que el Papa Francisco sea Papa. Sí dudo de muchas de las cosas que dice, según él mismo, en ejercicio de su magisterio. Puesto que el propio Concilio declaró que su carácter es pastoral y que solo existe obligación de creer los dogmas ya definidos que se contienen en él, no veo por qué el no aceptar, o incluso rechazar de plano, algunos de sus enunciados pastorales sitúa a nadie fuera de la Iglesia. Cosas hermosas tiene, cierto es. Pequeñas gotas de veneno mezcladas con altas dosis de ambigüedad premeditada, también. “Lo expresamos de una forma diplomática, pero después del Concilio extraeremos las conclusiones implícitas” (P. Shilleebeechs en la revista holandesa De Bazuin n. 16. 1965: Traducción francesa en Itinéraires n. 155 (1971, p. 40). Se dio la paradoja de que la propia Lumen Gentium tuvo que ser acompañada de una nota explicativa previa, para aclarar la prevalencia del Papa sobre el Colegio Episcopal.
El día que se admita un syllabus de errores y se eliminen esas gotas de veneno que, como un pequeño grano de plomo, han enveneno la sangre de todo el organismo, algunos aceptaremos el Concilio en todos sus aspectos.
Batman:
Gobierna tu vida como tú quieras. Pero igual tú mismo puede que no pudieras repetir lo que el filósofo Emmanuel Mounier solía reconocer «No me considero digno de desatar las sandalias de muchos ateos».
Yo sigo creyendo que hay personas ateas de una extraordinaria talla moral, de una heroica honradez. solo que si a ti, Batman, esta certeza mía te parece una «ridiculez propia de pobres desorientados», tú mismo, hermano, Dios te premia tanta coherencia en tu fe católica como das a entender.
Saludos.
Capeto:
Tú no aceptas el Concilio Vaticano II; por ende, denigras y satanizas a teólogos beneméritos, que no perfectos -perfecto solo Dios- como Ives Congar, Henry de Lubac, Hans Urs von Balthasar…
No es de mi incumbencia que seas lefebvrista más o menos por libre, mas no aceptando el Concilio Vaticano II te sitúas, de facto, fuera de la comunión plena con la Iglesia. «De facto y de iure».
Me parece a mí.
Manuel Galán:
Me imagino que usted se refiere a mí, con su «espero no haber sido impertinente con usted». Para nada, usted no ha sido impertinente con mi comentario.
Yo soy así, para mi ventura o desgracia: no soy católico progresista al uso, pero prefiero llamar a un religioso por su nombre y tutearlo, si él me tutea a mí, que las formas más tradicionales conservadoras. Esto es también lo que he vivido en el 99% de los colectivos católicos por los que he pasado: grosso modo, progres o liberales en las formas, fieles al Magisterio en el fondo y en la filiación. Desde la pasión por la justicia del Reino de Dios.
No defiendo a José Ignacio González Faus, él que se defienda solito, si quiere, si lo estima, que ya es mayor para ello. Y sus escritos, un puñado de los cuales he leído, me han servido para contrastar con mis propias tesis y convicciones. A veces discrepo de los mismos; otras veces he creído encontrar en ellos motivos para iluminar mi camino en la vida y el itinerario de mi propia fe como católico. Particular que también me sucede,con alguna frecuencia, con la lectura de autores heterodoxos que ni siquiera fueron católicos, ni cristianos siquiera.
Por ejemplo: el testimonio de honradez vital o existencial de comunistas ateos como Gerardo Iglesias o Julio Anguita me estimula a tratar de ser yo por mi parte coherente con mi fe católica.Y también me invita a tratar de aprehender lo que pueda haber de bueno, noble, justo, loable, positivo, humanizante y verdadero en el testimonio de vida de ambos citados, por ejemplo. En general, procedo así incluso tratando de conocer la vida de anarquistas ateos de entrega ejemplar a la causa libertaria como,por solo citar a unos pocos, Angel Pestaña, Salvador Seguí, Cipriano Mera, Melchor Rodríguez, Diego Abad de Santillán…
Estos y miles y miles más que podrían citarse fueron tan esforzados en su compromiso heroico por la justicia social, que ante su legado y su testimonio la muchísima hipocresía y cinismo y tibieza y nepotismo neoburgués de tantos eclesiásticos católicos no me dicen nada bueno.
Saludos.
Es de temer que los nuevos aires que soplan en la Iglesia no van en la direccion de Gz Faus porque son todavía más arteros e insidiosos. Yo creo que todas esas ideas de una Iglesia más fraterna, desclericalizada, igualitaria, etc, están -en su recto sentido- más que incluídas en lo que enseñó y practicó Jesucristo, pero como simple efecto de aquello a lo que Él daba toda la prioridad: someterse a la voluntad de Dios Padre abandonando las codicias y las concupiscencias. No creo que haya nada más ácrata ni más fraterno. Por eso los tres primeros mandamientos se refieren sólo a Dios, que es el más cercano e importante prójimo a quien debemos todo. Aquellos bondadosos «teólogos» progres sólamente han contribuìdo a la demolición de la Iglesia que decían amar, porque ésta tiene sus defectos, pero todo lo que se ha perdido en ritos y formas y contenidos, en entenderlos bien y en cómo sirven a la elevaciòn del espíritu hacia Dios y aún hacia todos los hombres, es una catástrofe horrible.
Una vez que se admite al mundo dentro de la Iglesia suponiéndole mejores criterios que los de Dios, ¿cómo sorprenderse de que se permitan las cosas que vemos ahora? ¿Es que la Biblia no es un libro escrito por Él? ¿Para qué tanto darle vueltas, y encima después de dos mil años, como si el Espíritu Santo nos hubiera fallado? Más bien hay que creer que nos ha ido aportando lo necesario sin faltarnos en ningún momento.
Espero no haber sido impertinente con usted.
En la dinámica de los movimientos sociales,con sus correspondientes manifestaciones, carteladas y actos diversos de protesta, los únicos clérigos que participan son del estilo de José Ignacio González Faus. Y escorados a la izquierda.
Las sotanas y los hábitos en general no casan bien en movidas llevadas por progresistas,ateos, postmarxistas, feministas, anarquizantes, librepensadores… Es como absurdo casi pretender que ahí sean bien recibidos.
Sin embargo, la «lástima» es que toda la idea de propiciar y vertebrar una Iglesia más fraterna, igualitaria, desclericalizada, democrática y laical -es el proyecto de González Faus y el los religiosos y religiosas «progresistas»- ha fracasado. Me temo. Entre otras razones porque no ha acercado a la gente a la Iglesia, por más que este fuera uno de los loables objetivos de la Iglesia Pueblo de Dios a la luz de la nueva eclesiología del Concilio Vaticano II.
Yo, que participo de ideas ácratas o libertarias, prefiero la «cercanía» de religiosos como González Faus, a los que incluso puedes tutear, que los modismos y tratamientos propios del conservadurismo eclesial. Pero ciertamente, los nuevos aires que soplan en la Iglesia no van en la dirección que sigue queriendo el jesuita José Ignacio González Faus. No van, no.
He estado escuchando el audio de la conferencia pronunciada por González Faus en Pamplona este mes de marzo que he mencionado en mi entrada anterior. No he podido aguantar más de 18 minutos, pues los planteamientos de este anciano jesuita son totalmente incoherentes con la fe católica. Y no es que González Faus padezca demencia senil, sino que habla inspirado por el Maligno.
De ahí que los jesuitas «jóvenes» de entre 50 y 60 años sean mucho más fanáticos y radicales que el propio González Faus o, por ejemplo Masiá Clavel.
De la página de los jesuitas de Vascongadas:
GONZALEZ FAUS EN PAMPLONA
Después de la cancelación de las sesiones de febrero por el temporal de nieve que azotó el norte de la Península, esta semana, acompañados por José Ignacio González Faus, sj., pudimos tener la 5ª y 6ª sesión del “Curso básico de Cristología”.
Los temas abordados por José Ignacio fueron los siguientes: Los milagros y el acceso a la divinidad de Jesús. Para este último tema propuso tres revoluciones: 1) siguiendo la primera carta de Juan, la revolución o transformación de la RELIGIÓN. 2) a partir de la carta a los Hebreos, la revolución del CULTO y 3) tomando como texto la carta a los Gálatas, la revolución de la MORAL. Tres caminos sugerentes para vivir de una forma más evangélica el seguimiento de Jesús y la vida cristiana.
En dicha página se puede acceder al audio de la edificante charla de González Faus: sjloyola.org/noticias/gonzalez-faus-en-pamplona.html
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Sobre la carta a los Gálatas, tomada como ejemplo de revolución «moral», ¿debieron tener en cuenta este pasaje?:
«No os extrañéis; de Dios nadie se burla, pues lo que uno siembre, eso cosechará: el que siembre para su carne, de su carne cosechará corrupción; el que siembre para el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna».
Otro jesuita desnortado y enemigo de la Iglesia…desde dentro, claro, porque de algo hay que vivir.Majadero.
No lo conozco, y no tengo ni idea del contenido, pero entiendo que será el obispo quién tenga la última palabra.
Las imágenes personales de sus atuendos,son de los más elocuentes:Feísmo en estado puro.
Y es que,Verdad y Belleza van juntas,pues son «instantáneas» del mismo y único ser…
Es un efecto dominó:Tras lo Verdadero,cae lo Bello.
Creo que era Von Balthasar quien abogaba por acercarse a Dios desde la Estética…
Yo más bien preguntaría:CUÁL ES LA VIDA Y FAMA DE GONZÁLEZ FAUS?
Contestación:Las que le damos sus detractores;ni una migaja más.
A semejante pisahierbas no le lee ni RASCAHUEVOS…
El Jesús de González Faus sencillamente…no existe.
Es el que, por contra, han estado estudiando (y creo que aún siguen) en el Seminario de Málaga, indecentemente tutelado por ese engendro teológico llamado La Cartuja de Granada…jesuita, por supuesto…como Francisco.
Que todavía D. Jesús no haya entrado a saco en el asunto formativo de sus seminaristas, sacerdotes malagueños del futuro, es grave. Que esté regido el Seminario por quién está y los profesores que tiene, es grave. Pero no responsabilicemos de ello a quien lo hace, porque es su obligación, equivocada, pero lo es. Hay que responsabilizar a quien lo permite.
Pues a mi me parece una enmienda a la totalidad preventiva muy oportuna, y se me ocurre una pregunta ¿las Misoneras, son tales o es un grupo de laicos de aquella manera que se han apoderado de los colegios de La Salle para convertirlos en centros donde todo relativismo y progrez tiene su asiento, sin ningún atisbo de religiosidad?. Y si es así ¿por qué lo consienten los responsables de la Iglesia?