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Creo que el cardenal Sarah tiene toda la razón

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Sarah libro Traditionis Custodes

https://infovaticana.com/2023/09/20/el-cardenal-sarah-lamenta-que-el-motu-proprio-traditionis-custodes-ha-danado-la-paz-liturgica-que-logro-benedicto-xvi/

 

Comentarios
4 comentarios en “Creo que el cardenal Sarah tiene toda la razón
  1. Llegó el pibe presumiendo
    sólo de obispo de Roma.
    Pues debió ser sólo broma,
    al ver cuánto está ocurriendo:
    Excomulga,pone y quita,
    defenestrando a su antojo.
    Quien no le entra por el ojo,
    sufre su saña infinita.
    Reduce a estado laical;
    interviene,comisaria;
    da igual Burke que Ladaria,
    Sarah o Pell….:i Acaban mal !.
    Ya se estrenó con Livieres,
    y con ciertos frailes santos;
    han seguido tantos,tantos…,
    que no se puede creer.
    No soporta el chismorreo,
    siendo el más grande chismoso.
    Se comporta como un oso
    y es su arte el parloteo….
    Llama rígido al que lucha;
    a la que pare,coneja;
    a la Gran Doctora,vieja;
    indietrista,a quien no escucha….
    A quien no le escucha…. a él,
    ni a sus muchas boludeces;
    sabiendo muy bien con creces
    lo que de sí da el lebrel…
    Pues…,i menos mal que el paisano
    sólo era obispo de Roma!.
    Si no…,a estas alturas doma
    la galaxia con su mano…

    1. Para tu epitafio, “profeta poeta” y grandísimo meterete que te crees más infalible que todos los Papas juntos ya que siempre tu juicio propio ha sido “la verdad absoluta” y hay de quien haya intentado hacerte ver las cosas de otro modo!: “Aquí yace un dechado de virtud/ que copió de Jesús el dulce modo / y creyendo un deber el meterse en todo/ hoy metiose al ataúd”. RIP? “No saldrás de allí hasta que hayas pagado el ultimo centavo”. Como verás, solo me interesa una cosa: el estado de tu alma, cismático sedevacantista. Es hora que te retractes y regreses “a casa”. En punto de muerte la indulgencia plenaria se te dará “por la facultad que me ha sido conferida por la Sede Apostólica”. Te llegará?

  2. “Pax litúrgica”: ideal en estos momentos un poco complicado, más allá de “Traditionis custodes”. En India “millones” (?) de católicos de rito Siro-malabar no quieren aceptar la decisión del Santo Sínodo de que el sacerdote en el momento del ofertorio, al igual que en los demás ritos orientales, no mire hacia al pueblo sino en la misma dirección del pueblo, hacia Oriente, y no quieren hacer caso ni al Sínodo ni al Papa ni a su delegado. A su vez en Occidente los tradicionales no quieren aceptar la solución “contemporizadora” (?) de Benedicto XVI que basta poner el Crucifijo en el centro del altar para que tanto el pueblo como el sacerdote estén orientados “ad Orientem”. Escribía Benedicto XVI en “Sobre el volumen inicial de mis escritos” (Obras completas. XI, BAC, pp. XIV-XV): “Desgraciadamente, casi todas las recensiones (de “El espíritu de la Liturgia. Una introducción”, año 2000) se han volcado sobre un solo capítulo: el del altar y la dirección de la oración en la liturgia. Los lectores que la recensionaban parecían suponer que, a fin de cuentas, toda la obra versaba solo sobre la orientación de la celebración de la misa “de espaldas al pueblo”. Ante esa desfiguración pensé durante algún tiempo en eliminar ese capítulo -que consta de nueve páginas sobre un total de 200- para que pudiera expresarse finalmente lo que verdaderamente me interesaba y me interesa del libro. (…) Entre tanto, se impone afortunadamente cada vez más la sugerencia que hice al final del referido capítulo de mi libro: no hacer nuevas construcciones, sino colocar simplemente medio del altar la Cruz, hacia la que miran sacerdote y fieles a la vez, dejándose así conducir hacia el Señor, al que rezamos todos unidos”. El resto de lo que escribe es sin desperdicio, pero me limito a citar su conclusión: “me alegraría que la nueva edición de mis escritos litúrgicos pudiera ayudar a que se hiciera visible la gran perspectiva de nuestra liturgia, y se situarán las pequeñas disputas sobre la forma externa en su lugar preciso”. El Santo Padre no pensaba que el “novus ordo” contuviese herejías y que la reforma litúrgica fuese el producto de un masón desalmado. En orden al futuro de las dos formas postulaba “una reforma de la reforma” en lo que se pudiese armonizar elementos de los “dos modos” en un único rito. El Cardenal Sarah en gran parte compartía esa visión. Tal vez por ahí algún día se vislumbre la ansieda Pax litúrgica.

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