El obispo es el de Segovia, César Franco, de visita pastoral en Cuéllar. De sotana. El párroco es el de Cuéllar. De camionero. http://cuellar7.com/el-obispo-de-segovia-visito-las-sedes-de-la-candidatura-de-las-edades-del-hombre/15592/ Debe ser de los curas más jóvenes de una Iglesia presbiteralmente muy envejecida. En muchas diócesis el clero más joven suele llevar alzacuello, al contrario que sus mayores , de mayo del 68. En Segovia no debe ni existir esa nueva generación que permita la esperanza. El de Cuéllar se apunta, al menos en apariencia, a lo que ha sido la ruina de la diócesis. Pues a seguir así y ya verán en unos años lo que queda de la diócesis de Segovia. Una ruina.
Contraste entre el obispo y el párroco
| 10 junio, 2015
Entiendo el tono de la nota, más bien como un pálpito, como el latido del corazón de Jesús. Los «hombres de Dios» hicieron un acto de honra hace mucho, cuando decidieron diferenciarse del resto del mundo con sus vestimentas, en realidad la vestimenta del sacerdote muestra humildad (por que será siempre la misma) y honor a Dios, te muestra ante el público como un soldado, como alguien valeroso que dice «yo estoy aquí por Él y para Él». Me duele profundamente vivir en un país que se dice de los más católicos y a la vez «abierto» tanto que los sacerdotes ni monjas se sienten obligados a usar una vestimenta especial, ni hábito, ni nada. Es decir, que uno camina por las calles y puede creer que es un país sin curas, ni monjas, ni fe. El sacerdote joven que viene a la parroquia lo hace con ropa deportiva (jogging y calzados nike), encima de eso se pone el alba, nada en el cuello, o sea le queda flojo, la estola más larga de un lado que de otro y lo peor: las nike. Cuando baja las escaleras desde el altar al ambón lo hace con estilo cansino, y se ve su calzado, que me causa una taquicardia por que me pregunto si no tendrá un par de zapatos, o unos que se los coloque en la sacristía y celebre de forma más digna. Me dirán que estoy fuera de onda, fuera de caridad, etc. Pero cuestan más caras las nike que un zapato. Si tuviera que ir a un trabajo en la oficina, muy seguramente le dirían, venga con zapatos. Por qué entonces celebrar de esa manera, con el mismo calzado con que anda el resto del día, quién sabe por donde se sube al presbiterio, al lugar santo, sagrado. Tampoco se arrodilla durante la consagración. Hoy frente al sagrario, le pedí perdón a Jesús si es que estaba siendo odiosa, pedí perdón si es que acaso estaba enfermo (es joven) y mi corazón inquieto quería salir de dudas, así que pedí a Jesús que si él quería que yo hablara, entonces que el sacerdote me quedara al alcance (casi nunca puedo verlo después de misa, se cambia en la sacristía y parte raudamente). Así que me levanté del reclinatorio, saludé al altar y el cura apareció por la puerta para salir. Me dije, tengo que hablarlo y lo llamé. Casi no se detuvo, sólo disminuyó la marcha, le pregunté: «padre Ud. está bien?» y me dijo «Sí» y volvió a seguir caminando, es decir, no quería hablar conmigo, insistí «no está enfermo?» y me dijo «no, estoy bien». Respiré y le dije: «es que como ví que no se arrodillaba para consagrar pensé que estaba enfermo». Me dijo: «ah, es que me molesta la rodilla» mientras seguía caminando sin mostrar interés en la conversación. Entonces le toqué el brazo y le dije, «entonces voy a rezar por Ud.». Me dijo: «gracias», palabra que a buen entendedor fue sólo de la boca para afuera. Mantener esos pocos segundos de no grata plática fue horrible para mí, fue un rechazo. A él no le interesó lo más mínimo lo que yo le decía. Se fue con su jogging, sus nikes y su teléfono celular. Yo volví delante del Santísimo y pedí perdón en caso que él estuviera realmente enfermo o dolorido y, como había prometido, recé por él. Espero volver a verlo en los próximos días celebrar arrodillándose en el momento más importante, el que sólo él puede realizar, la consagración. Al menos sabrá que hay alguien que lo estará observando, y esperando su recuperación. Espero que más que ser «odiosa», haya sido instrumento del Señor para que el sacerdote sepa que tiene algo pendiente, la reverencia, alabar a Dios no sólo con las palabras sino también con el cuerpo. En cuanto a las nikes, no se me ocurre todavía nada que decirle, pues como «le vale» se volverá más rebelde. Pero si Dios lo quiere y me sopla alguna idea, ya veremos.
A Narcisa de Jesús y a pobreignorante:
No hay nada contra la vestimenta de un camionero. Lo que hay es TODO contra la vestimenta de este párroco. Que no es ni mucho menos como debe ir vestido. Porque precisamente la vestimenta de un sacerdote es la que es y no ir de pantalón vaquero y de camisa. No es por «ná», es por demostrar que es una persona exclusivamente CONSAGRADA a Dios…y no a los hombres.
A lo mejor nos enteramos que no le gusta ir vestido de sacedrdote porque le insultan o le escupen por la calle…y sería peor…porque demostraría que no es capaz de soportar persecución por Cristo.
¡Ondiá! yo hoy voy de camionero y no tengo ni siquiera el carnet. A ver, si mañana tengo que ir de bioquímico, ¿Qué vestimenta debo llevar?
Preconciliar:
Es cierto que hay problema de escasez de clero, pero se exagera y mucho.
Segovia tiene unos 150.000 habitantes, de los cuales son practicantes menos de 100.000 y en su mayoría en muy escasa medida. Para atenderlos hay unos 120 sacerdotes en activo, que me parecen una exageración. Y ello sin contar con que los practicantes propiamente dichos seguramente no pasarán de 40.000.
En resumen, en una provincia despoblada, carece de sentido que existan más de 40 parroquias y que cada sacerdote atienda a 5 ó 6 parroquias nominales que se dedica a recorrer en coche a toda velocidad y solo sirve para justificar. Esa decir, para la población de Segovia, sobrarían 80 sacerdotes para atender a los fieles, 20 para ir de misiones por la provincia y otros 20 que no tengan vocación y no quieran ejercer de sacerdotes, para que se vayan a vivir como laicos.
Por cierto, no pasa nada por qué algunos fieles anden los domingos 3 ó 4 kms. para ir a misa o a confesarse, incluso es saludable un paseo.
En esa misma diócesis los hay peores, pero no solo en su vestimenta, si no en su formación. Esta diócesis esta completamente muerta, y no se si tiene sentido mantener una diócesis así, o la Iglesia debería ir pensando en fusionar y agrupar diócesis como de hecho ya esta haciendo con las parroquias. Por desgracia esto no es Toledo o Madrid.
El tema de la vestimenta clerical tiene su interés. Pero el tratamiento en este blog es un poco cansino y repetitivo. «Lo poco agrada, lo mucho enfada».
Además una cosa es estar a favor de que los clérigos la usen y otra tomarlo como criterio de bondad o maldad, dignidad o indignidad de los clérigos. Cierto que está canónicamente mandado, pero se trata de una ley que ha sido tan generalmente ignorada y tan poco exigida que en muchas partes ha caído en desuso. Y ya tomar la ausencia del traje clerical por la causa de todos los males es confundir el síntoma con la enfermedad, o tomar el rábano (la secularización) por una de sus hojas (el desuso de la sotana y el clegyman).
Si don CésarFranco tuviera que echar a todos los curas que sean como ése de Cuéllar, tendría que echar a todos, porque ninguno lleva clergyman y mucho menos sotana. Están imbuidos de un espíritu profundamente mundano. Con que aparezcan por los muchos pueblos que cada uno tiene asignado con una cierta regularidad, ya se pueden dar las cuatro -literal, cuatro- viudas ochentonas que quedan en ellos por satisfechas. Vosotros habláis de Segovia de oidas. Yo he tenido que sufrirlos en directo. Eso cuando van al pueblo, que ni en agosto iban, con la cantidad de gente que hay en los pueblos segovianos. Pues ni por esas.
Corrijo a don Francisco José. No es que la Iglesia segoviana esté en riesgo de convertirse en una ruina. Es que ya lo es. No hay clero, no hay jóvenes en los pueblos, ni casi mayores tampoco, los que hay llevan una vida discotequera y alcohólica, como casi todos los de occidente, y los pocos curas que hay jóvenes son guineanos, colombianos, polacos… Sé de lo que hablo, yo le he vivido durante los meses de agosto de todos los años en directo.
El obispo César Franco demuestra no tener autoridad. Si las normas obligan a llevar el clériman, que le obligue. Y si no le obliga la responsabilidad será de los dos, pero mas culpable es el obispo porque su responsabilidad es mayor.
¡Qué más da decir que va de camionero, de encargado de una ferretería o de jubilado de la RENFE! Es una explicación graciosa que en el fondo yo me atrevo a aventurar lo que significa o, al menos, yo la hago mía: va vestido de manera INDIGNA dada la DIGNIDAD que un sacerdote tiene que ostentar. Y que no me vengan ahora aludiendo a lo del hábito, el monje o a determinada casuística, tanto desértica como selvática.
Se ha pasado con lo de camionero, Paco Pepe. No porque sea una descalificación, en absoluto, sino porque es absurdo. Yo a veces voy de forma similar y no creo ir de caminonero, sino de ciudadano, viandante o seglar.
¿Los años del toledano D. Ángel Rubio no han servido para nada?
pobreignorante:
Los camioneros son estupendos y es estupendo que adopten una vestimenta acorde con su trbajo, al igual que los mecánicos, campesinos etc., Pero no es lógico que los curas jueguen la despiste y al disfraz.
«De camionero»
Se retrata Vd. mismo con sus comentarios.
Se ha librado por ser su obispo D. César. Si lo soy yo, hace rato que está de patitas en la calle.