Es un escrito de abogado, letrados y exjueces católicos de Buenos Aires que parece fundamentado y constructivo. Y si no hubo martirio, que parece suficientemente probado, ¿en qué se basa la beatificación? Porque ser obispo de izquierdas no parece suficiente motivo.
Hay beatificaciones que más que aportar algo al pretendido beato lo hacen más discutibles y además, y eso es lo peor, devalúan las de otros beatos esas sí justificadísimas.
Aparte de ser muy inútiles pues a muchos católicos les repatean y sus amigos no tienen por costumbre rezar,
Esto dice el escrito que se dirigió en su día a los prefectos de las Congregaciones para el Culto Divino y las Causas de los Santos y que al no obtener resultado alguno ahora hacen público:
Buenos Aires, 16 de Julio de 2018
Fiesta de Nuestra Señora del Carmen
EE.RR Cardenal Robert Sarah / Giovanni Angelo Becciu:
Congregación para el Culto Divino y para la Causa de los santos
Ref: Expediente de beatificación
de Monseñor Enrique Angelelli
De nuestra consideración,
El pasado 8 de junio el Sr. Obispo Diocesano de La Rioja, Monseñor Marcelo Colombo, anunció que el Santo Padre Francisco promulgó el Decreto por el que se declara que el Siervo de Dios Enrique Ángel Carletti Angelelli, que fuera Obispo de La Rioja entre los años 1968 y 1976, habría sido asesinado por el Gobierno Militar que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983 y que su muerte fue causada por odio a la fe. Reconocido, de este modo, el carácter martirial de la muerte de Angelelli quedaría expedito el camino para su próxima beatificación.
Somos un grupo de abogados, letrados y ex-jueces católicos de Buenos Aires, Argentina, constituidos en una fundación sin fines de lucro.
En nuestra calidad de abogados estamos en contacto constante con expedientes judiciales en los que se investigan, demuestran y juzgan hechos delictivos. Y como católicos, movidos por amor a Cristo y a la Iglesia y por nuestro afecto a la Augusta Persona del Santo Padre Francisco, consideramos importante dar nuestra opinión letrada sobre la veracidad y exactitud de los presupuestos de hecho y de derecho que se mencionan en el Decreto, concretamente, sobre la conducta de Monseñor Enrique Angelelli como Pastor de La Rioja y sobre las circunstancias de su fallecimiento.
Dividiremos, por tanto, el presente Informe en dos partes: en la primera se tratará de las circunstancias de la muerte de Monseñor Angelelli y en la segunda de su conducta incompatible con la Fe Católica y las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia.
- Circunstancias de la muerte del Obispo Enrique Angelelli
- Antecedentes judiciales
Monseñor Enrique Angelelli murió el día 4 de agosto del año 1976, a la altura del Km 1.058 de la Ruta Nacional 38, en cercanías de la localidad de Punta de los Llanos, en la Provincia de La Rioja, como consecuencia del vuelco de la camioneta marca Fiat 125, tipo multicarga, chapa patente F 007968, propiedad del Obispado de La Rioja. En el mismo vehículo viajaba el Vicario de la Diócesis, el R.P. Arturo Aldo Pinto quien sufrió heridas.
Tanto las actuaciones policiales y judiciales cuanto las pericias médico forenses y mecánicas concluyeron que la muerte del Obispo Angelelli fue debida a un accidente automovilístico fortuito y descartaron la existencia de cualquier intencionalidad criminal en dicho accidente.
Durante varios años esta versión del trágico accidente que costara la vida del Prelado riojano fue aceptada sin que ninguna autoridad civil ni eclesiástica la pusiera en duda. No fue hasta el 4 de agosto de 1983 que, en ocasión de un homenaje al Obispo Angelelli llevado a cabo en la Ciudad de Neuquén, el fraile capuchino Antonio Puigjané lanzó públicamente la versión de que el accidente que costara la vida de Monseñor Angelelli fue, en realidad, fruto de un atentado criminal perpetrado por efectivos de las Fuerzas Armadas argentinas. Cinco años después Puigjané participaría en un sangriento ataque terrorista a una unidad militar de Buenos Aires por lo que fue condenado a veinte años de prisión.
Las afirmaciones de Puigjané no fueron acompañadas de ninguna clase de constancias probatorias; sin embargo, algunos organismos de derechos humanos y los sectores ideológicos ligados a la extrema izquierda, dentro y fuera del ámbito eclesial, se hicieron eco de esta versión. A raíz de ese clamor la causa judicial por la muerte del Obispo Angelelli fue reabierta en dos ocasiones.
La primera en 1983, iniciada en los tribunales de la Provincia de Neuquén, girada posteriormente por razones jurisdiccionales a la Provincia de La Rioja y finalizada en 1990 con el dictamen de la Cámara de Apelaciones de la Provincia de Córdoba, en la que se concluyó que, agotada la investigación, no fue posible reunir la suficiente cantidad de evidencias que permitan afirmar que el accidente en el que perdiera la vida Monseñor Angelelli fuese causado por una intención criminal, y por lo tanto se cerró la causa.
La segunda fue en 2014. Luego de un nuevo proceso durante el cual no se aportó ninguna evidencia distinta a las del proceso anterior y sin haberse demostrado la existencia de autores inmediatos se dictó una sentencia que condenó a dos jefes militares, treinta y ocho años después del suceso, como autores mediatos de la muerte del Monseñor Angelelli.
Como Anexo 1 del presente documento se adjunta el informe titulado Breve reseña histórico-jurídica del caso Angelelli, suscripto por la Dra. Silvia E. Marcotulio, ex Jueza de Cámara Penal. En este importante documento se resumen todas las alternativas judiciales relacionadas con las investigaciones llevadas a cabo por la Justicia argentina sobre la muerte de Monseñor Angelelli.
- Testimonio de Monseñor Bernardo Witte, Obispo de La Rioja.
Monseñor Bernardo Witte fue el cuarto obispo de la Diócesis de la Rioja (sucedió tras su muerte a Monseñor Enrique Angelelli). Rigió dicha Diócesis desde el 5 de junio de 1977 hasta el 8 de julio de 1992 en que el Papa Juan Pablo II lo designó Obispo de Concepción, Tucumán.
Monseñor Witte no se sumó jamás al coro de quienes, sin fundadas razones objetivas, pugnaban por instalar tanto en la opinión pública general como en el marco interno de la Iglesia la tesis del asesinato de Monseñor Angelelli. En importantes declaraciones efectuadas el 29 de julio de 1988, en el diario La Prensa, en referencia al dictamen elaborado en 1986 por el Juez de La Rioja, Monseñor Witte sostuvo:
“Nos sorprendimos de que la misteriosa muerte de Monseñor Angelelli, haya sido caratulada de asesinato sin que se tengan las pruebas suficientes. En la causa se incluyó a militares sin suficientes pruebas, y luego éstos recibieron los beneficios de las leyes de punto final y obediencia debida, sin que pudieran defenderse”.
Aparte de estas declaraciones y animado siempre por un genuino deseo de que se aclarase la verdad acerca de la muerte de su predecesor, Monseñor Witte realizó un hecho de inestimable valor procesal. El 27 de septiembre de 1988 se presenta voluntariamente en la sede del Obispado de La Rioja el único testigo presencial del accidente en el que perdiera la vida Monseñor Angelelli; se trataba de un técnico electromecánico, Raúl Antonio Nacuzzi, quien en el momento del accidente se encontraba subido a un poste de la línea de alta tensión que une las localidades riojanas de Patquía y Chamical realizando tareas de reparación de dicha línea eléctrica. Este testigo había solicitado infructuosamente prestar declaración testimonial en el proceso que llevaba adelante el Juez del Crimen Aldo Fermín Morales; ante tal negativa, Monseñor Witte decide que el testigo preste declaración en la sede del Obispado. Esta declaración, en la que Nacuzzi hace un relato pormenorizado de los hechos, es refrendada al pie por el mismo Monseñor Bernardo Witte quien certifica que lo expresado ha sido firmado en su presencia con total voluntad del declarante. Posteriormente, el texto de esta declaración es depositado en una Escribanía. Una copia del acta notarial respectiva con el contenido íntegro de las declaraciones del testigo Nacuzzi se adjunta en el Anexo 2 del presente documento.
- Otros testimonios
Existen diversos testimonios contrarios a la tesis del asesinato de Monseñor Angelelli.
- a) El distinguido pensador y ensayista argentino, Mario Meneghini, conocido el fallo del Tribunal que condenó a los dos jefes militares por “autores mediatos” del supuesto crimen, publicó en su página web, con fecha 5 de julio de 2014, una interesante nota en la que aporta datos de sumo interés para el esclarecimiento de la verdad. Copia de la nota se adjunta como Anexo 3 del presente documento.
- b) Monseñor Carmelo Juan Giaquinta, Obispo Emérito de Resistencia, fue encargado, en el año 2006, por la Conferencia Episcopal Argentina, cuyo Presidente era a la sazón el entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio, de constituir y presidir una Comisión especial con el cometido de investigar, en el ámbito eclesial, todo lo relativo a la muerte de Monseñor Angelelli. Los trabajos de dicha Comisión (integrada además de Monseñor Giaquinta por el entonces Obispo de La Rioja, Monseñor Roberto Rodríguez y el Presbítero Nelson Dellaferrera) duraron dos años. En declaraciones a la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) con fecha 15 de abril de 2009, a la pregunta de a qué conclusiones había llegado la Comisión respecto del carácter de la muerte del Obispo Angelelli, Monseñor Giaquinta expresó:
“La conclusión del trabajo no significa que la Comisión haya llegado a una conclusión judicial. Si fue accidente o atentado: lo dirá la Justicia Civil. A partir sólo de los testimonios eclesiales es difícil probar ninguna de las dos hipótesis”.
La opinión de Monseñor Giaquinta, expresada en privado, era un tanto más explícita al sostener que, en verdad, no existía ninguna evidencia que permitiese concluir que la muerte de Angelelli hubiese sido intencionalmente procurada
- Conducta de Monseñor Angelelli como Obispo
Siendo Obispo Auxiliar de Córdoba es muy conocida su actuación contra el Arzobispo Monseñor Ramón José Castellano quien debió abandonar su cargo a causa de ciertas acciones de un grupo de sacerdotes y profesores del Seminario Mayor (del que era Rector el propio Angelelli), que llevaron a un profundo enfrentamiento en el catolicismo cordobés; Angelelli no sólo alentaba dichas acciones sino que las lideraba en su doble condición de obispo auxiliar y de rector del Seminario.
En La Rioja su acción estuvo notoriamente signada por la corriente del llamado tercermundismo, con simpatía hacia grupos guerrilleros como «Montoneros». A modo de ejemplo se adjunta como Anexo 5 un artículo firmado por María Lilia Genta, aparecido en diversos medios digitales, con un testimonio de la autora respecto del compromiso y vínculos de Monseñor Angelelli con las organizaciones terroristas armadas. El artículo incluye una foto de Monseñor Angelelli predicando frente a una bandera de Montoneros.
Al mismo tiempo, Monseñor Angelelli emprendía acciones contra quienes no comulgaban con su línea pastoral. Son muy conocidos los duros enfrentamientos que protagonizó con amplios sectores de fieles que no admitían el giro ideológico que Monseñor Angelelli imprimía a su gestión. Se adjunta como Anexo 6 un Acta del Consejo Presbiterial de 1972 en donde se deja constancia de las medidas que se debían tomar contra los miembros del clero que no adherían al tercermundismo. También agregamos como Anexo 7 extractos del libro de Horacio Verbitsky sobre la Historia de la Iglesia Argentina, en donde relata los enfrentamientos de Monseñor Angelelli con los feligreses que no compartían su ideología.
III. Petitorio y Ofrecimiento
Por lo expuesto solicitamos que vuestro Dicasterio a vuestro cargo considere:
– Que la hipótesis de que el vuelco del automóvil en que viajaba Monseñor Enrique Angelelli fue fortuito y accidental como la más probable dadas las pruebas reunidas.
– Que la conducta de Monseñor Angelelli al frente de su diócesis estuvo comprometida con teorías y movimientos alejados de la doctrina católica.
Asimismo nos ofrecemos a aportar más datos, a medida que lleguen a nuestro conocimiento, y a colaborar en la investigación.
Abogados, letrados y ex-jueces católicos
de la ciudad de Buenos Aires
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Siguen los escándalos ciertos o inventados
canali_
15 octubre, 2018 a las 2:24 am
El Papa Pío XI quitó del santoral a unos cuantos entre ellos a Clemente de Alejandría, Padre de la Iglesia. Es venerado como Santo por la Iglesia Ortodoxa, por la Iglesia Católica Copta y por la Comunión Anglicana. Un día paseando frente a la columnata de Bernini,, Pío XI se quedó mirando a San Jerónimo, que está dándose golpes de pecho con una piedra. El Papa se dirige a la imagen y en tono enérgico dijo: Si no fuese por esa piedra!…
De todos modos los Santos del primer milenio no eran canonizados. No fueron canonizados San Agústín, San Basilio o San Benito. Este Santo será canonizado por el Papa Honorio III, casi a los 600 años de su muerte. Dato curioso pues la liturgia y los benedictinos lo veneraban como Santo, habida cuenta que el Papa San Gregorio Magno dedica el Libro II de sus Diálogos a la Biografía del Santo Patriarca de los Monjes y da fe de sus milagros, siendo hijo espiritual suyo. Pero, al haberse introducido otra disciplina en la Edad Media, no se quiere dejar a San Benito fuera del canon. Fundamentalmente la aclamación de la comunidad se refería a los mártires. Por eso el santoral se llama martirologio.
Nota: El comentario es más largo, pero aquí está lo esencial que provocó mi confusión, afortunadamente aclarada gracias al Sr. Urbel.
Hechos: Clemente de Alejandría no fue jamás canonizado pues aparece entre los Padres Apologistas y es de la segunda mitad del siglo II. Se le consideró Santo pero jamás hubo una bula de canonización. Por ello Pío XI no tuvo problema en quitarlo del santoral.
Y no mezcle eso con mi comentario sobre las canonizaciones, ya que no se aplica a ese caso
Ha sido una aclaración constructiva para mí la de Urbel sobre lo que dice Benedicto XIV: La no aceptación es escandalosa y temeraria pero no herética. Ya me quedo más tranquilo respecto a Pablo VI. Por lo demás el milagro que se le atribuye es más que discutible.
Y ahora eso de descolgarse habñando de martirio respecto a Angelelli y del odium fidei cuando no hay evidencias de nada, y sí de una ejecutoria nada ejemplar, es simplemente kafkiano y un contratestimonio.
Lapsus: hablando
Menos ínfulas, D. Canali.
Me he limitado a exponer el comentario que usted insertó en un post y que me generó múltiples dudas y ahora gracias al Sr. Úrbel lo he entendido.
Ahora mismo lo copio y pego y que el resto de comentaristas juzgue.
¡Oh, sorpresa! D. Canali ya se queda más tranquilo respecto de la canonización de Pablo VI, para él D. Pablo, porque gracias al Papa Benedicto XIV, D. Canali queda libre de ser considerado hereje.
¡Enhorabuena D. Canali, no es usted hereje!
Pero la pregunta que debería hacerse es si es usted cismático, por su admiración por los lefèbvrianos más que nada.
Yo lo tengo todo muy claro. Parece que su mente es un proceloso océano de confusiones y cuestiones inútiles. Pregúntese Vd. ya no asuntos tan elevados, sino por ejemplo, cómo quedará la quiniela del fútbol. Y que Dios le ampare.
Yo lo tengo todo muy claro. Parece que su mente es un proceloso océano de confusiones y cuestiones inútiles. Pregúntese Vd. ya no asuntos tan elevados, sino por ejemplo, cómo quedará la quiniela del fútbol. Y que Dios le ampare.
Agradecido por su inútil consejo, ¡qué Dios le guarde! Que falra le hace.
al no existir pruebas irrefutables sobre el supuesto martirio y la supuesta santidad del montonero angelelli, por ende, tanto la beatificación como la posterior canonización del montonero angelelli serian absolutamente nulas, constituyéndose así una farsa eclesial y mediática.
Le respondo y espero que sirva para responder a varios comentaristas.
Tras la aclaración que hizo tan amablemente a mi pregunta, el P. Canali, queda claro que la canonización es infalible, en el sentido que el personaje goza de la presencia de Dios, Exactamente igual o no tan igual que tantos miles de personas que mueren cada día y que no conocemos.
Cuando se canoniza a alguien o se beatifica, es para ponerlo como ejemplo a los demás, diciendonos: esta es una vida que conduce al Cielo, síguela. Esta parte es la que no creo que tenga el carácter de infalible, porque los hechos de una persona siempre serán analizados de forma subjetiva por otros.
Teniendo en cuenta que nos salvamos por la misericordia de Dios, nada impide al más pecador salvarse en el último momento, con lo cual se podría declarar santo pero su vida sería un puro antiejemplo.
En este caso, monseñor pudo arrepentirse antes de morir y estar en el Cielo, todos debemos arrepentirnos antes de morir, pero, por lo que leo, su vida no fue ejemplo para ningún católico. En caso de canonización, no habría problema con la infalibilidad, pero sí con la vida ejemplar. Y por supuesto aunque hubiese sido asesinado por los militares, que habría que verlo, lo hubiera sido por motivos políticos y no por su fe.
No se puede anular un acto de infalibilidad, porque es el Espíritu Santo el que inspira y Dios no se equivoca. También se insiste mucho en los comentarios sobre que el Papa sea un falso Papa, cosa que no creo. Para mí el Papa es legítimo sucesor de S. Pedro, aunque no me guste, pero los gustos son personales. Pues en ese hipotético y poco probable caso, no sé si se podría revocar la canonización.
tanto la beatificación como la canonización si están llenas de vicios de forma como de fondo, simplemente son nulas, absolutamente inválidas, aunque fuesen llevadas a cabo por el mismísimo papa.
y por cierto, así como pablo vi sacó a varios santos del santoral, así un papa futuro puede sacar del santoral a monseñor romero, a pablo vi y al montonero angelelli. lo cual sería una descanonización de facto.
A Papa legítimo, canonización infalible.
No se puede anular.
Si ambos dos tienen a bien leer la explicación del Sr. Urbel que figura justo debajo y que se basa en parte en lo mismo que explicó D. Canali, lo entenderán bastante bien.
En cuanto a Man, sabemos que su máximo deseo es que proclamen ilegítima la elección de Francisco. Pero eso es algo muy difícil de ocurrir.
Personalmente creo que es uno de los Papas peores y más chapuceros de la Historia pero creo firmemente que es legítimo.
entonces si bergoglio el dia de mañana canonizará al proetarra de jose maria setien, sería entonces canonización infalible.
por cierto, que la elección de bergoglio sea ilegítima o legítima, a estas alturas es lo de menos, por ende poco o nada me interesa. solo hay que ver la innegable devastación doctrinal y eclesial llevada a cabo por bergoglio y sus palmeros. eso es lo que en realidad cuenta, no mis máximos deseos.
Ya Man, y si mañana los elefantes volaran ¿qué pasaría?
Si tan mal lo ve nadie le retiene.
con bergoglio todo es posible.
Ahí sí ha tenido gracia, Man, he de reconocérselo.
La palabra «mártir» , en su sentido etimológico, significa «testigo». El martirio cristiano se compone de 2 presupuestos de hecho: la muerte violenta del mártir y el «odium fidei» como motivo de esa muerte. El testimonio de praxis cristiana es lo que motiva el odium fidei, por lo que esta actitud violenta que desencadena el martirio no puede ser desligada de una praxis concreta testimoniante del Evangelio. Mons. Angelelli fue asesinado con motivo de su opción concreta por el Evangelio, opción encarnada en una realidad política y social concreta. Es falaz intentar negar su martirio invocando que fue muerto por razones políticas. Fue muerto por quienes se opusieron a una praxis eclesial de seguimiento de Jesús comprometida con el Evangelio y desligada del poder económico y político.
Es cierto que la calificación como homicidio de la muerte de Angelelli estuvo signada por la polémica. Pero ello es propio del contexto de todos los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. El fallo de la justicia ha sido determinante y es cosa juzgada. Carece de todo fundamento invocar ahora la nulidad del proceso canónico con base en que las pruebas son supuestamente no concluyentes cuando el proceso judicial ha reunido las pruebas para llegar a la certeza moral de la verdad material ocurrida.
Pero, alma de cántaro. Aquí no hay ninguna evidencia de que fuese asesinado. Todo es un montaje ideologizante. Es como si yo me estrello en mi coche y con el tiempo me proclamaran mártir por algún enfrentamiento que tuviese con un mandamás.
el montonero angelelli es tan mártir de la fe como el che guevara.
Aquí si que no hay infalibilidad que valga. Por ejemplo Bergoglio no podría apelar al carisma de la infalibilidad si declarase que un círculo es cuadrado. Ya están tardando en decirle: Hasta aquí hemos llegado.
Como el sistema no me permite ya contestar a Hechos en su lugar propio acerca de la infalibilidad de las canonizaciones, en particular sobre las canonizaciones posconciliares y el problema que plantean a la conciencia de los católicos, lo hago en este lugar:
– Salvo error, los ejemplos de expulsiones del santoral invocados por Canali lo son todos respecto de santos del primer milenio, anteriores pues a las canonizaciones papales. No sirven pues de argumento contra la infalibilidad de las mismas.
– Cierto que algunos limitan el objeto de esa infalibilidad a la certeza de que el santo canonizado goza de la visión beatífica; pero otros argumentan que se extiende más allá, al reconocimiento de virtudes heroicas, pues sería contrario al bien de las almas que la Iglesia elevara a los altares y diera así a los fieles como ejemplos seguros de vida cristiana a quienes no lo merecieran.
– Lo anterior porque la santidad no es un concepto unívoco, sino que admite analogías, ni la gloria del cielo es igual para todos, sino que admite grados. En un sentido o analogado principal, sólo Dios es santo; en otro inferior, lo son los santos elevados a los altares y propuestos así a todos los fieles como ejemplos seguros de vida cristiana; en otro todavía inferior, lo son todos los difuntos que gozan del cielo (los festejados en la solemnidad de Todos los Santos), incluso tras pasar por el purgatorio; en otro todavía inferior, lo son todos los vivos en estado de gracia (en los Hechos de los Apóstoles así se les llama, «santos», a todos los fieles) pero sobre cuya perseverancia final, sin embargo, no hay certeza.
Agradecido por su respuesta.
El sistema le permite situar la respuesta en su lugar si pincha sobre el último responder que aparezca en el hilo particular aunque no figure «responder» en el último comentario.
Únicamente me falta por saber quién o quienes o cómo proclamaban santos durante el primer milenio. Pues evidentemente el dogma de la infalibilidad papal es del segundo milenio, en concreto de 1870, naturalmente si usted sabe y quiere.
Un placer, y gracias por las instrucciones técnicas.
Respecto del santoral del primer milenio, le remito a las lecciones del maestro Canali: básicamente, culto de los mártires que gradualmente se extiende a otros santos (vírgenes, confesores) por aclamación de la comunidad, localmente o en órdenes religiosas etc.
Después, marcha progresiva hacia la canonización como acto solemne del Papa y procedimientos cada vez más precisos y rigurosos. Aquí se incardina la infalibilidad de ese acto de canonización, por mucho que el dogma de la infalibilidad del solemne magisterio pontificio no se proclamase hasta 1870.
Y desde el Vaticano II, como en tantos otros asuntos, marcha inversa en un sentido de menor precisión y rigor.
Brochazos de trazo grueso.
Muchas gracias, nuevamente.
El VII, trajo más desgracias que bendiciones, así lo expresaba mi Maestro en Cristianismo que en Gloria está.
Le supongo próximo o cercano al río Urbel, y por tanto burgalés. El 50% de mis genes son burgaleses, por parte de madre, de Pedrosa de Duero a 5 km. de Roa y a 21 km. de Aranda. Excelentes tierras que han dado magníficos católicos.
Hoy en día se la conoce más por sus vinos, que son excelentes, pero yo me quedo con sus ilustres hijos.
Un saludo.
Será igual que con «Romero de América». Le inventarán algo, para llevarlo a los altares.
Querido don Francisco José: hoy cumple noventa años el cardenal albanés Simoni, que, por lo que sabemos, sí fue perseguido por su fe, no como Demonielli, hijo de Satanás.Con él son ya veintisiete los purpurados nonagenarios, de los cuales cinco, porcentaje absolutamente disparatado, son italianos (Silvestrini, De Magistris, Cacciavillan, Sodano y Sgreccia).Hay tres españoles (Álvarez, Estepa y Martínez Somalo).La edad media de los cardenales no cesa de aumentar.A este paso no van a quedar potitos ni dodotis en los supermercados.
Hechos,
fue el cardenal de Paris, Lustiger quien vetó la canonización de Isabel la católica. Este cardenal era judío jázaro, que son quienes en estos momentos controlan todo el sistema financiero mundial, a cuyo frente están los Rothschild, Rockefeller y otros. El motivo del veto a la canonización de Isabel se debió a una «venganza» por haber decretado la expulsión de los judíos de España en 1492. Por cierto, todas estas familias compuestas por judíos de origen jázaro, (germánicos en su gran mayoría), no son judíos originales, sino que adoptaron el judaísmo por interés políticos.
Denisovic:
Suponiendo que todo el proceso se hubiera detenido por un solo hombre, el cardenal Lustiger falleció de cáncer en 2007. Y todo sigue igual de parado.
Los 2 hechos que parecen molestar son:
1) La expulsión de los judíos.
2) La implantación de la Inquisición española.
Del segundo hecho ya se ha debatido por largo. Baste decir que pese a algún error fue una institución modélica jurídicamente y a la que preferían acogerse los presos en vez de la justicia ordinaria.
¿Qué molesta a los sionistas de la Inquisición?
Que, siempre ante denuncia, debían investigar las prácticas no cristianas de conversos judíos. Y en caso de culpabilidad solicitar el correspondiente castigo.
Respecto del primer hecho: Señalar que la reina Isabel intentó retrasar al máximo la expulsión sumando diferentes prórrogas y poniendo a trabajar a los mejores clérigos para enseñar cristianismo a los judíos y conseguir sus conversiones.
No se puede juzgar hechos del siglo XV con la mentalidad del siglo XXI, hay que hacer un esfuerzo y adoptar la mentalidad de aquel siglo.
Un país joven que provenía de diferentes reinos casi siempre en guerra, con la Reconquista recién acabada y un único elemento unificador: La Religión.
Una sociedad tremendamente analfabeta que sólo veía la riqueza con la que vivían los judíos, en parte por la usura en los préstamos, prohibida para los cristianos.
Y por último y en la actualidad: La opinión de los sionistas en este asunto, si la Jerarquía no estuviese infiltrada, no debería influír en absoluto.
Al igual que la de los católicos no influye en absoluto en el sanedrín sionista.
Lustiger o Lustifer, como decían algunos, era judío alsacianio. Ciertamente germánico, aunque creo que era visceralmente judío. Ciertamente fue mucho mejor Obispo que su antecesor, el desgraciado Cardenal François Marty-desgraciado por un pontificado lleno de despropósitos y por el triste final, cuando ya era demérito, atropellado por el tren, pues se le caló el coche en medio de la vía. Lustiger fue un Obispo inteligente, de gran personalidad y que recondujo muchos temas de la Iglesia de Francia. Su handicap estuvo en sus raíces. Murió de un cáncer de laringe.
Es también interesante y preocupante esto que se dijo en un editorial del diario La Nación:
“En julio de 2014, el Tribunal Oral Federal en lo Criminal de La Rioja, considerando que se trataría de un crimen de lesa humanidad, arribó a la conclusión opuesta, lo cual no sorprende, dado que responde a la concepción imperante -en ese entonces y actualmente- respecto de que tales delitos pueden ser juzgados al margen de lo que fija el derecho penal y constitucional. Se condenó así a prisión perpetua al general Luciano Benjamín Menéndez y al comodoro Luis Estrella por el ‘crimen’ (sic) de monseñor Angelelli, imputándolos como autores ‘mediatos’, una construcción jurídica de la que se ha hecho abuso en esta clase de juicios. En ese caso, permitió condenar a superiores jerárquicos de un crimen nunca probado, y en el que no existen autores ‘inmediatos’”.
De todas maneras, si esta beatificación se produce, y más adelante se llega a la conclusión de que Francisco es en realidad un antipapa, quedaría revocada.
Urbel: en la nota doctrinal ilustrativa de la fórmula conclusiva de la «Professio fidei» para asumir un oficio que ejercita en nombre de la Iglesia, de 29 de junio de 1998, con Ratzinger como Prefecto de Doctrina de la Fe, se incluyen las canonizaciones (hechos dogmáticos) entre las verdades relacionadas con la Revelación por necesidad histórica, que deben ser tenidas en modo definitivo, pero que no pueden ser declaradas como divinamente reveladas:
«Entre las verdades relacionadas con la Revelación por necesidad histórica, que deben ser tenidas en modo definitivo, pero que no pueden ser declaradas como divinamente reveladas, se pueden indicar, por ejemplo, la legitimidad de la elección del Sumo Pontífice o de la celebración de un concilio ecuménico; la canonización de los santos (hechos dogmáticos); la declaración de León XIII en la carta apostólica Apostolicae curae sobre la invalidez de las ordenaciones anglicanas, etc.»
Doctrina común, desde luego, y con más fuerza que esa nota doctrinal podrían citarse las palabras del cardenal Lambertini, después Benedicto XIV, que en su clásico tratado sobre las beatificaciones y canonizaciones considera escandalosos y temerarios a quienes ponen en duda estas últimas. Adviértase bien, escandalosos y temerarios pero no herejes.
Pero ¿qué pensar de las canonizaciones en serie de todos los papas desde el Vaticano II? ¿o de la del tal Angelelli, si llegara a producirse? Hay ya numerosos estudios serios, como los del padre Jean-Michel Gleize, profesor en el seminario de Écône, sobre las razones que autorizan al fiel católico a dudar sobre los fundamentos de las nuevas canonizaciones y beatificaciones: las reformas procedimentales, la concepción por lo menos equívoca de la santidad y de la virtud heroica etc. ¿Y la reiterada afirmación de que con ellas se quiere canonizar al propio concilio? A confesión de parte, relevo de prueba.
¿Aún tratándose de «hechos dogmáticos» se puede dudar de la infalibilidad de las canonizaciones? Lo pregunto sólo por saberlo. Soy el primero al que escandalizan algunas de las últimas beatificaciones y canonizaciones.
Amigo Hermenegildo, no me pida que con una autoridad que no tengo le saque yo a usted de nuestra perplejidad compartida. No por nada el venerado arzobispo Marcel Lefebvre tituló así unos de sus libros: Carta abierta a los católicos perplejos.
Que yo sepa, según la doctrina común de los teólogos los hechos dogmáticos caen bajo el objeto secundario de la infalibilidad, no como directamente revelados pero sí como íntimamente conexos; y según esa misma doctrina común, las canonizaciones son hechos dogmáticos y por lo tanto infalibles. Doctrina común, insisto, pero no verdades definidas.
Pero «contra factum non valet argumentum» ¿infalibles canonizaciones que escandalizan a tantos católicos?
En fin, no puedo sino compartir su perplejidad y remitirle a estudios serios como los del citado Gleize.
Recientemente D. Canali afirmó que de hecho ya ha habido papas que han revocado canonizaciones de hecho un santo venerado en la Iglesia Ortodoxa dejó de serlo en la Católica por decisión papal y aún se pensó «dessantificar» a S. Jerónimo.
Por lo cual y aunque resulte chocante la proclamación de un santo no es estrictamente materia infalible papal.
Aunque D. Canali tampoco aclaró donde debemos situarla con exactitud los católicos.
Pío XI a Clemente de Alejandría.
Conentario de D. Canali en el post: Siguen los escándalos ciertos o inventados.
D. Canali lo justifica en que la canonización es infalible en cuanto a que el alma del finado ya goza de la visión beatífica de Dios pero que no implica devoción.
Para mí eso es precisamente la santidad, así que la explicación sobre Clemente de Alejandría debe ser otra. Al menos eso creo yo.
Hubo otro Papa legítimo -el dominico Cardenal Orsini- que se llamó durante unas semanas Benedicto XIV, pues le merecía un gran respeto el Papa Luna- Benedicto XIII- Los Cardenales tuvieron que esperar unas semanas para convencerle, y que debía llamarse Benedicto XIII. Y así fue. Pero durante un lapso de tiempo fue Benedicto XIV, por lo cual ha habido dos Papas legítimos con ese Nombre- y numeración.
Con Amato como Prefecto cabía alguna posibilidad, aunque fuera remota, de que esta carta encontrara eco, pero con Becciu, perdamos cualquier esperanza.
No. Amato ya estaba al tanto de todo lo que se afirma aquí porque no es nuevo sino que lleva diciéndose muchos años. No me consta que pusiera ningún obstáculo a que siguiera el proceso. Que el Papa le mantuviera en su puesto hasta pasados los ochenta da a entender lo contrario (si se hubiera opuesto a la beatificación de Angelelli, seguro que habría acelerado su relevo, pues dicha causa ha sido impulsada personalmente por el Papa desde que llegó a arzobispo de Buenos Aires).
Añado que existe otro relato alternativo al que aquí se da: que la dictadura militar argentina y sus aliados manipularon y ocultaron pruebas e intimidaron a testigos, y que el Servicio secreto argentino continuó con esta labor. Más: este relato alternativo dice que el tal Raúl Antonio Nacuzzi era una marioneta de ese Servicio secreto y que el obispo Bernardo Witte estaba a partir un piñón con los militares. No digo que este otro relato sea cierto (no tengo ni idea), sólo digo que está ahí y que muchos obispos argentinos lo aceptan y promueven.
En caso de que, efectivamente, el accidente que le costó la vida a Angelelli hubiera sido provocado por la dictadura argentina, el Obispo en cuestión seguiría sin ser mártir porque habría sido asesinado por motivos políticos, no por odio a la Fe. La dictadura argentina no perseguía a los católicos por su Fe.
los relatos alternativos sin prueba alguna son absolutamente espurios, y por ende carentes de validez alguna. a ver si el bobolatra aprende que uno más uno es igual a dos.
Y cuando sea beatificado y después canonizado ¿volverán a querer callarnos la boca con la infalibilidad de las canonizaciones, doctrina común aunque nunca definida por la Iglesia?
Nunca fue más invocada la obediencia que cuando a su amparo se impusieron las novedades del concilio Vaticano II y las reformas salidas del mismo. Y es muy revelador que hoy la infalibilidad sólo se invoca para imponer estas canonizaciones adulteradas, como las de todos los papas desde Juan XXIII para acá (la última la de Pablo VI, el pasado domingo), que son puramente instrumentales y tienden en realidad a canonizar al propio concilio (con motivo de la de Pablo VI, esa finalidad espuria se ha reconocido expresamente por varios autores conciliares como el historiador Vicente Cárcel Ortí).
queda demostrado que la beatificación del montonero angelelli es absolutamente espuria, motivada por los caprichos personales e ideológicos de bergoglio.
Resulta chocante que la beatificación de la reina Isabel I, conocida como Isabel la Católica lleve parada siglos por no herir sensibilidades sionistas y sin embargo se impulse la beatificación de un ignoto obispo cuando menos pauperómano y basándose en suposiciones conspiranoicas respecto de su muerte.