En cierta parroquia cercana a mi casa, el sacerdote, tras modificar prácticamente todas las frases del misal poniendo y quitando cosas, acabó la misa sin decir las palabras del ritual: «Podéis ir en paz». Y se quedó más ancho que pancho.
Algo pasa y cada vez más preocupante: la vida consagrada se desangra y los fieles no van a las iglesias. Si todo vale como señala el sacerdote González Guadix perdemos el rumbo tanto vida consagrada como fieles. Y veremos un día la plaza de san Pedro sin fieles.
D. Jorge siempre poniendo el dedo en la llaga, en este caso llagas y algunas que se tragan el dedo y la mano.
Si el Espíritu Santo no fuera el jefe, hace tiempo que la ‘empresa’ habría quebrado.
Isaque
La plaza ya está casi vacía. En dos telediarios, ni las palomas.
En cierta parroquia cercana a mi casa, el sacerdote, tras modificar prácticamente todas las frases del misal poniendo y quitando cosas, acabó la misa sin decir las palabras del ritual: «Podéis ir en paz». Y se quedó más ancho que pancho.
Algo pasa y cada vez más preocupante: la vida consagrada se desangra y los fieles no van a las iglesias. Si todo vale como señala el sacerdote González Guadix perdemos el rumbo tanto vida consagrada como fieles. Y veremos un día la plaza de san Pedro sin fieles.