CATÓLICOS CHINOS: TRAICIÓN Y ENTREGA

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CATÓLICOS CHINOS: TRAICIÓN Y ENTREGA

Por InfoCatólica de ayer me entero de la frutilla del postre, que no es dulce sino muy amargo: el término de la traición del Vaticano a los católicos chinos y su entrega a la tiranía de Xi Jimping y el Partido Comunista.

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El título de la nota dice: “El Partido Comunista chino emplea a sacerdotes para educar el espíritu patriótico”, con un sugestivo subtítulo: “Ejemplo de la sinización de las religiones impuesta por la dictadura”.

Empiezo por una corrección a InfoCatólica: en esta caso no se puede hablar de dictadura, noble institución inventada por los romanos, que puede ser justa o injusta, sino de tiranía, el peor de los regímenes políticos, agravado en nuestra época, por los progresos técnicos para oprimir a los gobernados, para penetrar en el fondo de su alma, donde los anticipos de George Orwel y su año “1984” quedan ampliamente superados.

Los antiguos no conocían al Estado totalitario, “el gran entuerto de los tiempos modernos”, según el gran teólogo protestante suizo Emil Brunner, en su libro “La justicia. Doctrina de las leyes fundamentales del orden social”; para quien, su característica fundamental es la omniestatalidad, porque “todo está referido al Estado”, con lo cual la organización social se encuentra rigurosamente invertida y desaparecen de la presencia política la familia y los demás grupos infrapolíticos, territoriales, educativos, profesionales, culturales, deportivos.

Según Brunner todos los Estados modernos sufren en distintos grados esta enfermedad, pero la misma se ha desarrollado en plenitud en el bolchevismo comunista y propone como remedio al Estado federal, pero no reducido a lo geográfico, sino un federalismo integral, construido de abajo hacia arriba, con vigor, libertades concretas, sanas autonomías, de los grupos infrapoíticos, por lo general, mal llamados “cuerpos intermedios”.

Si viviera este querido hermano separado, a quien tanto debo en el orden del pensamiento, tendría en China, cuyo gobierno suma lo peor del capitalismo con lo peor del comunismo un gran ejemplo de totalitarismo integral, pero como buen cristiano, se hubiera horrorizado por la complicidad del Vaticano en este logro y peor todavía, con la afirmación del obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo,  que viajó para comprobar la realidad política y social de China y declarar con su voz engolada, que es el lugar en el cual, hoy, mejor se aplica la doctrina social de la Iglesia.

InfoCatólica informa que “a fin de agosto, organizaciones eclesiales controladas por el Partido Comunista de Fujian, prganizaron un viaje para “educar el espíritu patriótico y creer en la sinización de las religiones” según el criterio trazado por el tirano Xi Jinping. Como la patria es el régimen vigente, su espíritu es el del comunismo chino. 

El grupo estaba encabezado por el obispo Zhan Zilú y el objetivo de las reuniones era formar un clero “políticamente confiable, religiosamente sólido y moralmente convincente”. Cabe acotar que este obispo, tan vinculado con el régimen tiránico, fue nombrado por el papa Francisco para participar en el Sínodo de la sinodalidad.

Un lector, Oscar de Caracas, víctima de la tiranía de Maduro, hace un comentario acerca del pensamiento histórico chino y señala la oposición, siglos antes de Cristo entre la escuela de los legistas y Confucio. Los primeros eran positivistas y partidarios de fortalecer el papel del Estado, contra Confucio y sus seguidores partidarios de conservar la tradición como sustrato de la sociedad.

Los legistas estarían hoy con la tiranía, serían despreciables sirvientes del poderoso Xi Jimping. Confucio estaría en las antípodas y predicaría como lo hizo en su tiempo, una sociedad basada en la familia y en la veneración de los antepasados y una política que imitara a los grandes emperadores. 

Y para aclarar más el tema: es falso repetir el error tan difundido, que lo declara fundador de una religión, como lo fue Buda. Jamás lo pretendió Confucio y su legado no es religioso sino político: el de un pensador político virtuoso, que reivindica el orden natural.

Esa es la razón por la cual este pensador puede ocupar n China, el lugar que ocuparon en Occidente Platón y Aristóteles y si alguno alega que existieron errores en Confucio, lo admito, pero muchos menores que los que se encuentran el los dos grandes filósofos griegos y creo que el día China se libere de esta lacra que hoy la oprime, la presencia del gran pensador chino será fundamental.

Una presencia real y no la hipócrita utilización parcial del mismo que hace el régimen actual, como cuando amenazan a los hijos que no se ocupan de sus padres viejos, después de haber destruido a la familia con la infame política del hijo único, corregida hoy, en parte, por motivos puramente económicos.

Los acuerdos secretos firmados y renovados por el cardenal Parolin, avalados por el papa Francisco, restauraron el viejo patronato, que tal vez tuviera sentido con los reyes católicos o con presidentes como el ecuatoriano Gabriel García Moreno, pero que hoy es una locura: un poder político comunista nombra obispos comunistas, que a la vez son diputados comunistas, partícipes de un régimen inicuo que destruye iglesias, capillas, oratorios y persigue y encarcela a los integrantes de la Iglesia clandestina, sean obispos, sacerdotes o laicos.

Todo esto es lo que sucede. Describo, no invento. Por eso, ruego a Dios por los católicos chinos, obispos, sacerdotes y laicos. Que les de fuerza para resistir, abandonados por quienes deberían estar a su servicio, empezando por quien se llama a sí mismo, “el Siervo de los siervos de Dios”.

Estancia San Joaquín, octubre 2 de 2024.   Bernardino Montejano          

     

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