Es respetuosa pero firme y clara.
http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2017/06/carta-abierta-mons-omella.html
Personalmente pienso que tiene mucha razón. Y también en la enorme responsabilidad de una parte notable de la Iglesia en haber llegado a una situación de no fácil arreglo, que puede arruinar económicamente a Cataluña, dejar a la Iglesia en aquella región en situación muy complicada, hacer a España más débil y más pobre y hasta con otras consecuencias menores pero que también deberían considerar como la desaparición entre los grandes de ese que se quiere mes que un club y que pasaría a la irrelevancia con una Liga en la que sus rivales serían el Besalú, el Ripoll y el Montmeló. Y ya como grandes partidos los que jugase con el Sabadell o el Lérida.
En la fotografía veo muy desmejorado a Vives. Pujol con su aire de marmolillo de siempre.
Don Paco Pepe, la carta de Cesáreo Martímo no tiene, en efecto desperdicio. Y calará. Ya lo creo que calará. Por una razón potísima: le acompaña la razón.
Obispos, abades, curas, religiosos y monjas se han conjurado -y no metafóricamente– en lo que ellos denominan «normalizar la Iglesia». Atese los machos porque las cosas hay que tomarlas literalmente. Normalizar para esa clerecía y estamento religioso significa que lo primero es catalanizar todo lo sacro: sacramentos, homilías, publicaciones, rótulos, noticias. Todo. Con una salvedad: cuando hay que hacer la colecta de Germanor (Fraternodad), para el clero (ni siquiera culto y clero como antaño), que entonces se hace en bilingüe, porque la pela es la pela.
Todas las instituciones eclesiásticas se han manifestado con ostensible servidumbre y declaraciones escritas en favor del independentismo. Nos les ha importado mentir. Cuando uno hacía guardia en el pabellón del general de la división, recuerdo que al entrar o salir el general del edificio había que presentarle armas (llevarse el cetme, erguido, al pecho). Los obispos han presentado el báculo de manera similar ante la presencia de Puigdemont. No se ría porque es literal.
La Iglesia de Cristo en Cataluña no está podrida. Hay fieles muy enteros que usted conoce, como mencionó el otro día en su blog. Y sacerdotes como el alumno de mi mujer, formado en Toledo, ex-alumno del Colegio Alemán y solidísima preparación. Lo que acontece es que lo que está lleno de vermes de todos los colores son los que copan los puestos clave, donde aparece representada la Iglesia. Son los que denuncia Cesáreo Marítimo. Capaces, no le quepa duda de llevarnos al precipio, o como es propio del lugar, al «cingle».
Y nos quieren «exportar» su catalanismo a Mallorca con el catalanista Taltavull, porque quieren extender sus garras a los mal llamados «Països Catalans». A ver si se entera el Nuncio… no queremos al anciano Taltavull en Mallorca… Necesitamos un obispo joven, que crea en Dios y en la Iglesia de Cristo… y no catalanista en una diócesis en la que la mayoría de los que asisten a las celebraciones eclesiales es de habla no-catalana. Muchos inmigrantes sudamericanos se han pasado a la Iglesia Evangélica porque les hablan en castellano… Que Dios nos ayude a todos.