Sobre este digamos presunto indeseable, es una mera concesión formal, protegido incomprensiblemente por el Vaticano que hacía trizas de la tolerancia cero más falsa que Judas en bastantes ocasiones, se ha llegado, por fin, a una solucioncita que más parece forzada por los medios que por la voluntad de la Iglesia.
Ese impresentable, en cuyo ordenador abundaba la pornografía infantil, lo que me parecen hechos más que probados al confirmarlo la detención vaticana, no debe estar en la cárcel de ese diminuto Estado que, siempre en mi opinión, hoy no debería tenerla.
Si lo que se le imputa es cierto, como parece, a la calle reducido al estado laical. Y que sean los tribunales de los Estados quienes le juzguen y si procede le ingresen en una prisión civil. En la que ahí se las apañe. Lo de ahora sigue pareciendo una cierta protección.
La extraterritorialidad vaticana, que me parece necesaria, no debe servir para preservar conductas asquerosas de las penas legales. Existe un status diplomático que preserva a quienes gozan de él de ser juzgados y encarcelados en los países donde cometieron sus fechorías para recibir un trato mucho mejor en el Estado de donde son funcionarios. Evidentemente no voy a desarrollar aquí un tratado sobre el tema. Pero la Iglesia no es un Estado al uso aunque teóricamente gracias a Musolini lo sea. Pero uno piensa que no para cubrir vergüenzas propias.
A mí que este sujeto esté detenido en el Vaticano me es igual. Lo que deseo es que no esté protegido en el Vaticano. Y que tenga el mismo trato, reducido al estado laical, que cualquier otro ciudadano que consuma pornografía infantil.
Tampoco es como para fusilarle al amanecer. La pena que le corresponda en el Estado que proceda. Y sigo pensando que la Iglesia, ni en sede romana ni en ninguna otra, no debe tener cárceles. Hoy. El pasado fue el que fuere. Incluso con condenas a muerte. Pero eso es otra cuestión.
https://www.revistaecclesia.com/comunicado-de-la-santa-sede-sobre-el-arresto-de-monsenor-carlo-alberto-capella/
este pedazo de mierda llamado carlo alberto capella debería ser expulsado del estado clerical inmediatamente.
y lo peor de esto, es que el vaticano lo había dejado libre, y se había negado a entregarlo a justicia de estados unidos! lo cual demuestra que con bergoglio, el tirano peronista, a la cabeza el vaticano se ha convertido en una república bananera de la misma calaña de cuba y venezuela que esconde descaradamente la corrupción. no hay que extrañarse de ello ahora, ya que bergoglio, en argentina era el compadre del asqueroso y degenerado monseñor juan carlos maccarone y de los megacorruptos kirchner.
‘¿es necesario dar tanta publicidad al asunto?’
ES MAS que necesario!
El ENCUBRIMIENTO y COLABORACION de OBISPOS y SACERDOTE, todavia CONTINUA por lo tanto hay que sacar a la luz toda INMUNDICIA de abusos sexuales, pedofilia, o pornografia por parte del clero.
Fusilar al amanecer creo que es mucho más benévolo que atar una piedra de molino al cuello para después ser arrojado al mar (que es lo que, por otra parte, indicaba Ntro. Sr. Jesucristo), dejando a parte el madrugón necesario para poder fusilar al amanecer, que eso no tienen nunca nada de benévolo, pudiéndolo hacer a media mañana o después de la siesta.
Jakob: Se entremezclan dos cuestiones. Una, que los enemigos de la Iglesia se vuelcan en la publicidad de hechos delictivos de eclesiásticos. Van a lo suyo. Y se puede entender desde su militancia. La otra, y la más grave, es que así como se entiende que un delincuente habitual a los tres días de salir de la cárcel atraque un banco o vuelva a violar a una mujer, no es lo mismo que el atracador, el violador o el pederasta sea un cura o una religiosa. Pienso yo.
Está muy bien, y es cosa justa, detener a los delincuentes. Pero ¿es necesario dar tanta publicidad al asunto? En España, cada año, se detiene a pederastas por centenares y no conozco que haya salido el nombre de uno solo en los medios.
Otro típico italiano de sonrisa falsa y, seguramente, daga florentina en la manga.Son repulsivos como las cucarachas y están en todas partes.¡Qué asco!Por cierto, el teólogo José Vílchez Líndez, otro jesuita que baila la teología de la liberación, está a unas horas de cumplir los noventa años.Hay que ver cuánto resisten los malos.
Esos tratos de favor a delicuentes resultan incomprensibles. Nadie se cree lo de la tolerancia 0.