Campaña contra el arzobispo de Oviedo

Que no es el único en un acoso mediático que lleva algún tiempo produciéndose contra varios arzobispos y que algunos medios acogen con fruición. ¿Hay alguna mano oculta ante tanta insistencia? Y siempre sin fundamento alguno.

Empezó contra el cardenal Rouco, entonces arzobispo de Madrid, de quien apenas cumplidos los 75 años fue objeto de una campaña insistente de rumores que aseguraban la aceptación inmediata de su renuncia. Asegurándose incluso la fecha. Era evidente que antes o después se le aceptaría la renuncia como a todo obispo pero pasaron días, meses e incluso años hasta que la renuncia le fue aceptada. Cuando ya había cumplido los 78 años. Después intentaron montarle una manifestación, escrache o como se le quiera llamar ante el piso que la archidiócesis le facilitó como vivienda una vez abandonada su residencia oficial como arzobispo madrileño. El éxito de la convocatoria fue tal que los concentrados no llegaron ni a dos docenas de personas. Pero tanto la convocatoria como la concentración fueron aireados en diversos sitios naturalmente sin decir que no había acudido prácticamente nadie. Y luego está lo del piso donde reside el cardenal que muchos creerán que no tiene nada que envidiar al palacio de Liria. Es ciertamente un buen piso que hasta que llegó el cardenal estaba ocupado por tres muy dignos sacerdotes madrileños sin que nadie se llamara a escándalo por ello.

Con el arzobispo de Zaragoza, monseñor Ureña, tuvieron más éxito y tras una intriga oscurísima que huele fatal consiguieron que el Papa se lo cargara. Pienso que en un error del Santo Padre. Y no se cargaron a un arzobispo sino a dos. Porque el ya nombrado, aunque todavía no en los papeles, dejó de estarlo.

Después viene el arzobispo de Granada de quien se aseguraba también el cese inmediato. Hasta se señaló el destino romano que tenía adjudicado. Pues han pasado  días, meses, creo que más de un año, seguramente largo, y Don Javier sigue de arzobispo de Granada.

Luego le tocó al de Sevilla. Una pasada enfermedad nada alarmante y superada en muy pocos días, sirvió para lanzar el bulo, bastante tiempo después,  de que dada su mala salud era inminente su renuncia.

Y ahora el arzobispo de Oviedo. Se empezó con una protesta por el cese de algunas personas integrantes de la pastoral penitenciaria diocesana. Y es importante el calificativo de diocesana. El arzobispo de Oviedo en un momento dado pensó que algunos miembros de esa pastoral no deberían tener acreditación de la archidiócesis. Uno, o sea yo, cree que justificadísimamente. Pues otra campañita contra Don Jesús Sanz. Recogida, aireada y sostenida por los de siempre. Como si el obispo diocesano no pudiera perder la confianza en algunas personas. Que pueden hacer la labor penitenciaria que quieran y que las instituciones civiles les permitan. Sólo no pueden ostentar la representación de la diócesis. Pienso que eso les debió dejar con el traspuntín al aire porque hay que ver como se han rebotado. Naturalmente acogidos por los de siempre. La rebotada creo que da suficiente muestra de su diocesanidad.

Pese a tanto fracaso informativo se ve que permanecen anclados en su insistencia. Y lo nuevo ha sido una denuncia, demanda o lo que sea de exmiembros de Lumen Dei. Me parece que una anterior denuncia, demanda o lo que fuere contra el arzobispo de Oviedo y el obispo de Cuenca, fue archivada por los tribunales. Pues insistiendo que es gerundio.

El Lumen Dei reconocido por la Iglesia acaba de publicar una nota que os enlazo sin reproducirla por no hacer larguísima esta entrada. No niego a los expulsados, marchados, cesados o lo que fueren de Lumen Dei su derecho a hacer lo que les parezca. Desde fuera de la Iglesia porque fuera están como Lumen Dei. Quiero decir institucionalmente. El Lumen Dei eclesial, que es lo que queda en la Iglesia de aquel movimiento, ha publicado una nota desautorizándoles. Y reconociendo la labor del Comisario Pontificio que es el arzobispo de Oviedo. La tenéis en el enlace.  Lo que verdaderamente me extraña es que iniciativas particulares y absolutamente minoritarias, porque los idos y los quedados son una minúscula nada, sean acogidas con bombo y platillo por los medios. Y si se quieren de algún modo eclesiales más extraño todavía. Algo así como si recogieran las declaraciones del Palmar de Troya contra un arzobispo. Que es posible que alguna haya. No pretendo comparar a unos con otros. Serán lo que sean. Pero eclesialmente no son nada.

Salvo que haya una campaña por las motivaciones que fueren contra los arzobispos españoles. En ese caso bueno sería conocer qué es lo que hay debajo de la alfombra. Porque algo tiene que haber para tanta campaña desde la nada. Rouco, Ureña, Herráez, Martínez, Asenjo, Sanz Montes, me parecen demasiados arzobispos como para que los dedos no se nos antojen huéspedes.

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