Yo también fallé al asegurar a de Kesel una larga prórroga. Pero no hablaría de «caída». Creo que cabe otra interpretación. El arzobispo electo es el Vicario General de Kesel. Se colige que debe de ser, entre todo el presbiterio de Malinas-Bruselas, el hombre de mayor confianza del cardenal. Si el cardenal hubiera disfrutado de una larga prórroga, podría ocurrir que en cualquier momento los vientos cambiaran y se viera cesado sin poder influir en la elección de su sucesor. Quizás haya preferido controlar él la sucesión y hacerse a un lado una vez que ha asegurado el puesto, como sucesor, al hombre de su máxima confianza. Y por veintitantos años. Dicho «tout court»: Kesel no ha caído ni la línea Kesel desaparece; más bien se diría que el cardenal ha logrado que la línea Kesel progresista se prolongue dos decenios más.