Buen sopapo de Tobin, el bueno, al cardenal Farrell

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Farrell es un memo con balcones a la calle y baldaquino al que Francisco creó cardenal y prefecto del Dicasterio que se inventó para los Laicos, la Familia y la Vida en la certeza de que desde su mediocridad no iba a hacer la menor sombra al Papa.

El obispo también norteamericano Tobin, al que no hay que confundir con el cardenal del mismo apellido también creación de Francisco y que mejora muy poco a Farrell, replica la majadería cardenalicia sobre los sacerdotes en la misma línea que aquí lo había hecho González Guadalix.

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http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=32654

Pues a ver si antes de soltar otra parida se lo piensa un poquito y no queda tan mal ni deja en tan pésimo lugar a su valedor.

 

 

 

Comentarios
2 comentarios en “Buen sopapo de Tobin, el bueno, al cardenal Farrell
  1. ¿En qué consiste la debilidad doctrinal del libro de Ladaria?. He estudiado Antropología Teológica con dicho texto y no encuentro lo que dice. ¿En qué basa su afirmación?

  2. Don Paco Pepe, la huella de Bergoglio en el Vaticano no sé cuál será. Pero la actual distribución de responsabilidades en cuestiones doctrinales es preocupante. Diríase que Ladaria en Congregación de la Fe es un factor de seguridad. En absoluto. Ladaria patina a menudo doctrinalmente. Su labor como secretario de la presidencia de Muller fue una concesión de Benedicto XVI a la Gregoriana, pensando que la cohrte de teólogos del dicasterio pondrían seguridad a los titubeos del manacorí. Su libro sobre pecado original deja a las claras su debilidad doctrinal. Mucho peor, con ser eso gravísimo, es lo que ocurre en el dicasterio sobre la Familia, con el extravangante ese que usted recoge. Y no digamos en los asuntos relacionados con la Vida. Ahí la tesis proabortistas campan por sus respetos, en todos los niveles, desde la muerte del nasciturus ya conformado, es decir, posterior a la fase de mórula, hasta la investigación sobre la línea germinal. El argumento de los elegidos por el Papa de que se trata de una Iglesia inclusiva u que hay que oír todas las opiniones carece de sentido si usted no dicta cuál es la de la Iglesia. Lo peor del caso es que Francisco no sabe cuál es. Si no, ¿a qué tanto titubeo?

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