| 01 julio, 2019
Yo tampoco le tengo ninguna simpatía aunque por motivos muy distintos.
Con testimonio propio y recogiendo otro basura del neoguerracivilismo con lo que se retratan tanto ATRIO como las dos personas que comparecen. Con el vómito del odio.
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Ahí tenéis la muestra.
https://www.atrio.org/2019/07/la-indignante-despedida-del-nuncio/
Triste destino, Fratini, el de los que se van no ya sin que nadie le eche de menos sino con regocijo general de tirios y troyanos.
Están haciendo una tormenta con una gota de agua. El NUNCIO FRATINI ha dicho una verdad como un templo. El Gobierno Socialista ¿No tiene problemas más importantes que el de exhumar los restos de un hombre enterrado hace 40 años? Eso es, en resumen, lo que ha dicho el NUNCIO.
Los socialistas llevan mareando la perdiz de la exhumación de Franco no sé cuántos meses. Esto ha hecho que la gente vaya más a menudo al
Valle de los Caídos a enterarse de quién es Franco y dónde está enterrado. Y es que el PSOE quiere dar la vuelta a la tortilla y demostrar, no sé cómo, que ellos ganaron la guerra civil. Todavía, después de más de 40 años, no han digerido la derrota. Y mientras tanto, España sigue envuelta
en traiciones autonómicas, haciendo el tonto ante sus compadres europeos y haciendo el ridículo en el mundo. Señora Carmen Calvo, no sea miope,
en COTTET le pueden arreglar un poco la vista; y deje el Vaticano en paz.
¿Y quien es Antonio Duato? ¿Una eminencia en algo? ¿Un progre revenido? Es que en la globalización cualquier tonto hace relojes. Menos los progres eclesiales que hacen el payaso.
A Carmen Calvo le ha salido un inesperado aliado en la crítica al Nuncio. Santiago Abascal ha condenado la «injerencia» del representante de la Santa Sede. Muy católico.
https://okdiario.com/espana/vox-critica-injerencia-del-nuncio-sobre-exhumacion-franco-pero-pide-respeto-voluntad-familia-4318654
Leída la noticia, el titular del OKdiario es muy sectario y manipulador, como suele ser frecuente en la prensa.
Fratini, no sin cierta socarronería, ha dicho una obviedad. A la izquierda le entra la histeria, y ya se sabe: Insultos, amenazas,… La libertad de expresión SÓLO es para el gobierno y sus palmeros finos. Realmente, en España, la izquierda no es democrática, y eso es una grave lacra.
La verdad sea dicha. Fratini tiene razón. Han conseguido lo contrario de lo que querían: resucitar a Franco.
Yo sólo sabía de Franco por los libros de historia, y ahora oigo hablar de él todos los dias, para bien o para mal
Algún día, mi querido don Paco Pepe, habrá que examinar la declaración de Cruzada del levantamiento militar. Que hubiera otros intereses en es rebelión no quita que el fin del mismo fuera defender de la masacre a quienes confesaban a Cristo. Habrá que distinguir entre ese motivo inicial y la prolongación de un régimen cuando ya era discutible la suspensión de derechos civiles. Como bien dice el Nuncio no se puede despachar el asunto con simplismos. Que el inspirador de Dato sea un confeso anticlerical deja en mal lugar al dueño de Atrio.
Algún día, repito, habrá que poner sobre la mesa si fue una cruzada o no. A mí no me cabe la menor duda. Por varias razones. De entrada por los argumentos esbozados en la Carta en cuestión. He leído los motivos a favor que esgrimió Garrigou-Lagrange contra Bernanos y Maritain, por ceñirnos a dos autores católicos. No voy a abrir ninguna herida. Pero todos tenemos familia y hemos oído de nuestros padres las razones de esta o aquella postura, de esta o aquella acción, de esta requisa o aquel asesinato.
El recurso facilón a la entrada bajo palio, repetido ad nauseam, no puede arredrarnos ante la obligación de adentrarse en profundidad y desapasionadamente en las razones que movieron a Menéndez Reigada y a otros dominicos de Salamanca a buscar la fuente de la verdad en Santo Tomás, en Vitoria y Soto, sobre el levantamiento ante el tirano, individual o, como diríamos hoy, estructural. Sé que defender el carácter de cruzada hoy es vitando en la propia Iglesia. No digamos si vivimos en Cataluña. Pero la propia dignidad de la Iglesia, la sangre derramada de tantos mártires debería inducirnos a no claudicar. Ello no supone negar los abusos posteriores. O incluso durante la propia contienda, que pudieron en cierto modo desnaturalizar su desarrollo. Pero la Iglesia no debería venderse nunca por el qué dirán ni por un plato de lentejas. Cuando los obispos firmaron el texto se estaba en cruzada. Por lo demás, si una imagen vale más que mil palabras, ahí tienen las fotos de los milicianos revestido con casulla y acribillando a un crucifijo y al grupo requeté con la cruz por estandarte.
Yo creo lo mismo: Fratini ha dicho bien claro la verdad. ¡Que Dios le siga ayudando!
De nada le va a valer al señor nuncio ponerse de perfil ante la deshonra que se quiere echar sobre quien recibió la mayor distinción otorgada por la Santa Sede, Caballero de la Suprema Orden de Cristo, por, entre otras cosas, haber evitado el total exterminio de la Iglesia Católica en España, obispos incluidos, a manos de las hordas genocidas anticatólicas. Sólo por eso debería, él y toda la Iglesia, defender su honor y su sepultura en terreno eclesiástico, refrescando así la «memoria histórica» de quienes lo quieren presentar como el malo, malísimo, de la historia, algunos incluso desde la misma Iglesia. De bien nacidos es ser agradecidos.
Que pasen estas cosas pone de manifiesto que ni todas las democracias son el mejor sistema político ni todas las dictaduras el peor.
Sancho, estoy completamente de acuerdo con usted, y añado que la Iglesia, en general, es una desagradecida por todo lo que el Caudillo Franco hizo por ella. Una parte importante de los obispos, no ha asistido a la Consagración del Cerro de los Angeles; pandilla de cretinos y malvados. Si exuman los restos del Generalísimo, ninguno de ellos o casi ninguno dará permiso para enterrarlo en sus templos, entre ellos el indigno Osoro. No se puede ser mas pérfidos y canallas. Triste y lamentable.
Pues yo creo que en lo que ha dicho Fratini tiene más razón que un santo.
Sí, Fratini tiene toda la razón en el caso de Franco, y eso lo sabe todo buen historiador, de izquierdas o derechas, de los que no se creen la memoria histórica, aunque la hayan construido.