El año episcopal que comienza

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Va a ser un año episcopal movido. En primer lugar por la renovación en marzo de los cargos de la Conferencia Episcopal. Es de suponer que el cardenal Blázquez, arzobispo de Valladolid, abandone la presidencia de los obispos españoles por dos poderosas razones. La primera porque unos días después de las elecciones, el 13 de abril, presentará al papa la renuncia de su mitra vallisoletana por cumplir ese día los 75 años. Y la segunda porque tras dos mandatos, aunque no sucesivos, los obispos han podido comprobar su absoluta incapacidad para ese cargo.

Cuando se produjo la sucesión en Madrid y Barcelona no pocos pensaron que la próxima presidencia de la CEE se la disputarían los arzobispos Osoro y Omella. Hoy ya no lo piensa nadie. El barcinonense tiene menos papeletas que Celia Villalobos para miss España. Pienso en cambio que Don Carlos Osoro es candidato seguro en la elección. En el resultado ya se verá. Uno cree, y puede estar equivocado, que competirá con un obispo cuyo nombre me reservo. Mucho más simpático el arzobispo aunque Don Carlos tiene dos asignaturas pendientes que necesita superar. Cualidades creo que le sobran pero tiene que ponerse a ello. Y es la de ganarse a los obispos de la CEE y a su clero. ¿Tiene ya los votos necesarios para ganar la elección? Yo no lo sé. Lo veremos en breve.

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Las elecciones episcopales condicionan el Comité Ejecutivo y la Comisión Permanente, en los que habrá cambios. Pues ya veremos también sobre quienes se decantan los obispos españoles. Aunque esas elecciones suelen tener una gran inercia.

Llegamos a 2017 con tres diócesis vacantes: Osma-Soria, Plasencia y Mallorca. El retraso en cubrir las dos primeras resulta incomprensible. Osma-Soria es de las más humildes de España pues no llega a los cien mil habitantes. La extremeña los supera pero no llega  los trescientos mil. De segunda división y en la escala baja de la misma. Pues son incapaces de encontrarles un obispo que las libre de su viudedad.  Y viendo a algunos de los elegidos para otras diócesis es que parece que vale cualquiera.

Mallorca ya es más complicada, sobre todo en la situación de ruina en la que se encuentra tras tres pontificados penosos. Aunque fueran distintos y distantes aunque nefastos los tres. Úbeda, Teodor, era inteligente y progresista. Que es la peor conjunción. Porque al progresista digamos que aproximado al necio, un Buxarrais por ejemplo, se le digiere mejor por su propia incapacidad. Tras él nombraron para la isla a un incapaz, tal vez bienintencionado pero del que algunos dudaban incluso que tuviera intenciones. Uno de los más aquejados de insuficiencia mitral dondequiera que se halle. Y donde se halla, también. Por fin llegó otro, de méritos también escasísimos, y por lo que se vio de notable inmadurez afectiva. Y creo ser discreto en la calificación. Me trae sin cuidado a donde llegara, ese es problema suyo y de la otra persona, pero el escándalo mediático fue tan mayúsculo que imposible se quedó para Mallorca. El Vaticano pensó que era recuperable en un puesto subalterno pues… que haya acertado. Tras ese cúmulo de errores y fracasos, Taltavull. Para mí incomprensible. Y no por su persona, me parece un progre ilustrado y con alguna personalidad, sino porque Mallorca precisa de un obispo que por fin lo sea en buena línea. Úbeda lo fue en la mala y Murgui y Salinas, nadie. Taltavull como obispo sería el cuarto malo. ¿Como administrador apostólico para qué? Y si lo que lo quieren es de obispo que lo nombren de una vez.

Eso en cuanto a las vacantes que ahí están. El año que entra nos trae tres renuncias episcopales. La primera la de Blázquez en Valladolid. Ya la hemos mencionado. Después la de Don Jesús García Burillo en Ávila ( 28 de mayo) y la de Don Joaquín María López de Andújar y Cánovas del Castillo, sin duda nuestro obispo de más solemnes apellidos, en Getafe (13 de septiembre). Todo hace suponer que dada la tónica habitual reciente las sucesiones quedarán como pronto cubiertas en 2018. La del cardenal porque esa parece ser la costumbre, salvo excepciones. Aunque uno piense que aquí cabría la excepción y que Valladolid se merece tras muchos años de carencia un arzobispo notable. Lo otros dos para lamentar la renuncia. La del abulense por haber sido una bendición de Dios y la del getafense por haber sido muy digno obispo.

Caerá también, supongo, algún obispo auxiliar. Y es posible que haya sorpresas de renuncias por el canon anticipado. Dos, arzobispales, me preocuparían si llegaran. La episcopal me parece obligada. Por motivos de salud. Y de carencias.

Pues eso es con lo que nos podemos encontrar con este año que comienza. No me he leído ahora los Estatutos de la CEE. Pienso que los obispos electos, aunque sean recibidos en la permanente, no votan. Pero puedo estar equivocado. Es posible que puedan votar. Si no pudieran, estatutariamente, y se quisieran sus votos, pues a nombrarles ya y a ordenarles antes de la Plenaria. No vayamos a tener otra metedura de pata que habrá que resolver muy pronto. Pero de eso no quiero hablar.

Comentarios
11 comentarios en “El año episcopal que comienza
  1. Según se lee en las respectivos sitios diocesanos, el obispo de Menorca será ordenado el 7 de enero y el de Teruel y Albarracín el 21 de enero.

  2. El art. 2 de los Estatutos de la CEE dice: «Son miembros de pleno derecho de la Conferencia: 1º. Los Arzobispos y obispos diocesanos. …». Como un obispo no lo es en puridad hasta que recibe la ordenación, puede parecer que los electos no pertenecen a la Conferencia. Sin embargo http://www.conferenciaepiscopal.es/listado-de-obispos/ y también http://www.conferenciaepiscopal.es/50-de-la-conferencia-episcopal-espanola/ (ver el apartado «Miembros de la CEE») incluyen a los obispos electos de Menorca y de Teruel y Albarracín. Es decir que, aunque una interpretación literal de los Estatutos conduciría a excluir a los electos, en la práctica parece regir una interpretación amplia que incluye a los electos como miembros de pleno derecho y votantes.

  3. De acuerdo con usted en todo.Taltavull estaría bien en Barcelona (como auxiliar hasta la jubilación) o como coadjutor en Tarazona o en cualquier sitio donde no pudiese hacer daño.Las renuncias del 2017 no serán aceptadas.Habrá un auxiliar para Oviedo.Si ascienden los auxiliares de Toledo o Santiago (para ir a Osma o Plasencia), los arzobispos de allí pedrirán otros.Ojalá destituyan a Catalá; si eso ocurre y García Beltrán lo releva, podría ir a Guadix el auxiliar de Sevilla.Omella no recibirá ni su voto: es tan incompetente que no sabrá ni escribir el nombre en la papeleta.A Blázquez no le aceptarán la renuncia hasta muy adelantado el 2018, salvo sorpresas (no descartables).El prelado santiagués no debe permanecer ni un minuto más en su puesto (por bastante menos, se le dio una patada en cierto sitio a Ureña); para su puesto debe hilarse muy fino y escogerse a alguien fiable, con carácter y experiencia.El auxiliar de Getafe, que es andaluz, podría, por rebote, acabar en Guadix.Se le debe buscar alguna diócesis a Martínez Camino, donde coja experiencia cinco años, hasta la gran revolución venidera (estaría bien en Osma, muy cerca de Madrid, e incluso en Plasencia; si asciende, Osoro sí pedirá un auxiliar, tal vez Gil Tamayo).Todo esto son sólo cábalas, pero resultan muy divertidas.No sé quién es el obispo enfermo.Por lo que conozco, los dos con cáncer no están curados ni de lejos (me atengo a lo que me dicen los médicos sobre el carcinoma de esófago y el mieloma múltiple y los profesionales me remiten a las estadísticas).Asimismo, es casi seguro que tres o cuatro eméritos morirán (nada raro: hay varios nonagenarios y otros cerca de serlo).Saludos y feliz 2017 a todos.Un abrazo especial para don Francisco José.

  4. Don Francisco:
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    El art. 2 de los Estatutos de la CEE (http://www.conferenciaepiscopal.es/estatutos-cee/) dice que «son miembros de pleno derecho de la Conferencia: 1º. Los Arzobispos Obispos diocesanos. …» sin aclarar la posición de los electos. Como un obispo no lo es en puridad hasta que no es ordenado, parece lógico colegir que los obispos electos NO son miembros de la CEE.
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    Sin embargo, el listado de miembros de la CEE incluye a los electos. Vea http://www.conferenciaepiscopal.es/listado-de-obispos/ o http://www.conferenciaepiscopal.es/50-de-la-conferencia-episcopal-espanola/ (en el apartado «Miembros de la CEE») y comprobará en ambos la inclusión de los obispos electos de Menorca y de Teruel y Albarracín.
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    Es decir que, aunque una interpretación literal de los Estatutos excluiría a los electos, en la práctica rige una interpretación amplia que permite la inclusión de los electos como miembros de pleno derecho y votantes.

  5. A un cardenal como Blázquez le corresponde una prórroga de, al menos, dos o tres años, por lo que tranquilamente podría aspirar a otro mandato como presidente de la CEE.

  6. A mí lo que más me ha dolido de este episcopado que padecemos es su reciente adhesión incondicional al régimen tiránico bergogliano, sin matiz alguno, y a los ambigüos amores de Leticia. Que Dios les perdone porque a mí me va a costar un rato largo, si es que lo consigo. Lamentable.

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