ALAIN DELON Y SAINT-EXUPÉRY
Ha muerto Alain Delon, un hombre políticamente incorrecto y la prensa cipaya ha tratado de omitir cualquier referencia a sus ideas políticas. Solamente en “La Prensa” y con especial brevedad, al final de una larga nota titulada “Una estrella más en el cielo francés”, se puede leer que “fue siempre un hombre de derechas” y que en los últimos tiempos se acercó a la extrema derecha, por algunos de sus posicionamienos públicos, por ejemplo “contra la adopción por parejas homosexuales”.
Así nos enteramos que, para quien escribió esta nota oponerse a la adopción por parejas homosexuales, lo cual es respetar en ese campo el derecho natural de los hijos de tener un padre y una madre es de extrema derecha; en cambio apoyar la adopción por parejas de homosexuales o lesbianas y por personas solteras, es ser de derecha moderada o transitar el ancho camino del centro junto a socialdemócratas, verdes, socialistas, comunistas y zurdos varios. Así de sencillo.
Pero como esto junto al artículo de Claudio Chaves, “Menem y Alain Delon” y la nota “Su amor por el box y su amistad con Monzón”, nos dejan gusto a poco, le dedicaremos esta nota y su visión global, ante la gran hipocresía de este mundo contemporáneo, será comparada con la de Saint-Exupéry.
El gran aviador, quien nunca fue políticamente correcto un día escribió: “Me gusta el agua, pura y trasparente; también el vino añejo; pero hago de la mezcla un brebaje para castrados”, frase que cito de memoria, y con la cual acabé mis días en la UCA.
Me jubilaron por cometer un nuevo pecado: cumplir 65 años y no morirme; lo que no advirtieron estos infelices es que Dios, no estuvo de acuerdo y por eso me sostiene en mi existencia temporal, casi veinte años después y me da la posibilidad por intermedio de Paco Pepe de escribir todos los días en “La cigüeña de la torre” el blog de noticias religiosas más leído de España. Porque Dios se ríe de las miserias de los hombres y tiene siempre la última palabra.
Se puede leer en “El Manifiesto” de hoy: ALAIN DELON: “Me iré tranquilo, sin echar nada de menos y sobre todo esta época de mierda”. “Estoy muy descontento con esta época… Aunque me haga aparecer un viejo imbécil ¡me choca”.
La coincidencia con Saint-Exupéry es llamativa, ya que el aviador escribió en la “Carta al general X”: “Odio mi época con todas mis fuerzas. El hombre en ella se muere de sed”. Y ello es porque su generación “está vaciada de toda sustancia humano” y sus hombres “rehusan ser despertados a una vida espiritual” y embate contra el siglo XX , “el de la publicidad, de los regímenes totalitarios, de los ejércitos sin clarines ni banderas, sin misas por los muertos”.
Delon en el 2013, respecto a nuestro cansancio declara: “La gente está harta de que se les hable cómo se hace. Quieren acción, quieren algo diferente. Por eso el Frente Nacional está jugando un papel muy importante y yo lo apruebo, lo apoyo y lo entiendo perfectamente”. Y lo reitera en el 2015: “La gente está harta de todo”.
El mismo año, a una pregunta acerca de la televisión, responde: “Me aburre y no me enseña nada… Antes era adicto a la televisión, pero esto se acabó”.
Saint-Exupéry ya protestaba contra la civilización del teléfono y los nuevos medios de comunicación: estamos “extrañamente sometidos a los objetos a causa de la prolongada pedagogía publiciataria que hemos sufrido… En este aspecto, el retroceso religioso es un desastre que desvalija nuestro mundo espiritual (la semana de la Edad Media, con sus alegrías y el año litúrgico, tenían un rostro propio” (Carnets).
Cuando Delon se manifestó contra la adopción por parejas gay, parece que el periodismo de los putarracos y sus voceros (ver nota de “La Prensa” de ayer), protestaron y movieron a una aclaración del gran actor: “He dicho que me importa un bledo el matrimonio. Estoy en contra de adoptar niños porque un niño debe tener un padre y una madre y debe ser criado por un padre y una madre”.
Saint-Exupéry jamás hubiera dicho que le importaba un bledo el matrimonio. pero acá pienso que las experiencia vitales de ambos desde la infancia, tienen mucho que ver en las respuestas.
Delon tuvo una infancia desgraciada. Saint-Exupéry una feliz, a pesar de la muerte prematura de su padre, pero que, gracias a las excepcionales cualidades de su madre, le permitieron acumular esas “provisiones de dulzura”, que lo alimentaron en los más difíciles moimentos de su vida.
Saint-Exupéry piensa que el matrimonio se funda en el amor y el compromiso y lo graba en palabras esenciales: “solo hay amor donde la elección es irrevocable”. Para quemar las naves al desembarcar, uno debe estar bien preparado en el noviazgo y por eso dispone: “No tocarás a tu mujer hasta las bodas para que tu lecho sea victorioso”. El piloto aboga por lo permanente y escribe: “El amor verdadero no se gasta. Más das, más queda. Y si vas a extraerlo de la fuente verdadera, más tu sacas, más generosa es” (Ciudadela, CXXIII).
El compromiso exige la permanencia y como escribe el aviador: “Aquél construido en el amor del niño busca su permanencia en el salvamento del niño. Y aquél construido en el amor de Dios busca su permanencia en el ascenso hacia Dios… Y puedo cambiarte la vida oir algo más alto que ella, sin que nada te sea quitado” (Ciudadela, CXCI).
Por todo esto, en la Carta al general X citada, escribe: “En esta época de divorcio uno se divorcia con facilidad: las heladeras se cambian. Y la casa. Y la mujer… Desierto del hombre”. Es la era de la transitoriedad, también detestada por Delon.
Pero Delon tiene fe y lo confiesa: “Cuando vaya al cielo, voy a pedir ver a mis padres; sabemos por el Evangelio que “lo que es imposible para los hombres es posible para Dios” (Cito de memoria). El gran actor tiene la mejor abogada, la Virgen María y como lo reconoció en una erntrevista en Paris Match: “Ella me da alivio, ella me da una compañía que no tengo, ella está allí. Ella me escucha y mi consuela”.
Estoy seguro que en el cielo, bajo el amparo de la Virgen, la omnipotencia suplicante, se habrán abrazado los dos grandes, que rogarán para que Francia pronto se libere de las porquerías de Macrón, bien calificado como Micron, por nuestro leal amigo José Luis Rinaldi.
Buenos Aires, agosto 19 de 2024. Bernardino Montejano
Los niños tienen derecho a un padre y una madre por pura lógica existencial: para recibir las dos versiones que hay del mundo, complementarias y no antagónicas. La falta de uno de ellos significa una especie de «cojera existencial». Y sí: estoy radicalmente en contra de la adopción por personas solas o por homosexuales porque privan al niño de esa complementariedad que he dicho. Y añado: no hay un derecho a la adopción; hay un derecho del niño a tener padres que lo quieran, lo eduquen y lo respeten. Lo de los «nuevos derechos» inventados por los progres no es más que otro disparate amoral. «Tengo derecho a una vivienda». No, señor mío; tiene usted derecho a una vivienda si la compra, se la construye con su dinero o paga el alquiler; yo no tengo por qué pagarle la vivienda a nadie, porque nadie me pagó la mía. Ganarás el pan con el sudor de tu frente. San Pablo: «He sabido que entre vosotros hay algunos que no trabajan; el que no trabaje, que no coma». Ahora va a resultar que San Pablo era de extrema derecha.