| 25 agosto, 2018
Y parecía el paladín de la intransigencia contra la corrupción moral. El que había obligado a rectificar al Papa sobre el caso chileno y a pedir perdón por el mismo. Pues resulta que ha «perdido» una carta decisiva sobre McCarrick, que tiene grave lacras en su seminario, que ahora es él quien pìde perdón y que nadie se lo cree por pensar que está sacrificándose por alguien. ¿Otro más del C9 tocado? ¿A estas alturas tiene el menor prestigio ya el C9? ¿Con más de la mitad de sus miembros bajo sospecha: Errázuriz, Pell, Maradiaga, Marx y O’Malley? ¿Y un C9 así no afecta a quien lo eligió?
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Pareciera que todo lo que toca Su Santidad se pudre.
Como el rey Midas, pero al revés.
Con sinceridad y todo la fe que puedo tener digo: Francisco renuncia ya, no dejes trillada la pobre Iglesia Católica.
Cada vez que leo una entrada como esta y es coasa diaria y algunos días varias, me acuerdo de Cicerón, con aquello de «Hasta cuando Catilina…» Mis conocimientos de latín no llegan a tanto como para poner el texto original, pero creo que se entiende.
Todos, los que estamos al tanto de esto, rezamos, pero la Igñesia no lo está y por tanto no reza y tal vez sea bueno que la iglesia no sepa de estas miserias.
Todos decimos, esto no puede seguir, esto es intolerable, pero se tolera y sigue y sigue, como si llevara puestas unas pilas de aquellas del conejo
Sólo nos mantiene la fe. La esperanza que Dios sabe lo que ha de hacer y que la Iglesia saldrá fotalecida. Pero la situación es grave y cada día que pasa se agrava. Como dije el otro día, estoy deseando encontrar a alguien sensato que argumente en favor de lo que hace el Papa. La Iglesia no puede estar temiendo lo que se le ocurra al Papa, cosas cada vez más disparatadas. Como la de cerrar todo esto con una carta, como si las cosas desaparecieran por la mera voluntad de su desaparición.
Estoy harto de todo. Personalmente no tengo nada que ver ni conozco a nadie que justifique o disculpe estos disparates, por tanto cuando alguien pide perdón en nombre de la Iglesia, digo aquello de «no en mi nombre».
Estos sí son tiempos recios y no los que vivió la santa.
Está claro que cualquier valedor de Bergoglio está contaminado ya con la efebofilia ya con su encubrimiento. No puede haber un Cónclave digno de crédito para los propios católicos sin Cardenales que estén limpios. Pero la Santa Iglesia Católica no puede permanecer un minuto más con Bergoglio y su patética corte.
Pero si es todo lo mismo. El siguiente será el Papa. Me asombra que no se vez el complot.
O’ Malley nació el 29 de junio de 1944; le corresponde renunciar en 2019.Suponiendo que el cónclave sea en el verano de 2020, llegará con 76 años.Desde mi punto de vista, demasiado mayor y demasiado chamuscado por lo que está pasando.El inmenso desprestigio de los purpurados estadounidenses (Wuerl, Cupich, Tobin, Farrell y O’ Malley) junto con la edad excesiva de otros deja solo a tres con cierto valor: Dolan, DiNardo y Burke.Estos tres serán grandes electores y cuidado con Dolan: su desmesurada ambición es un peligro (vendería a su madre con tal de ser pontífice).Quedan O’ Brien, muy mayor, y Harvey, curial.
«Ramsey informó del comportamiento de McCarrick al nuncio papal, el arzobispo Gabriel Montalvo, quien le aconsejó que escribiera al Vaticano sobre el asunto. Ramsey lo hizo, pero nunca recibió una respuesta.»
Esto ocurrió bajo el pontificado de Juan Pablo II, que ahora está en los altares:
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=32954
Pues Juan Pablo II quería arreglar problemas ajenos -los de Palestina, por ejemplo- cuando tenía su casa como la tenía. Esto por citar sólo un ejemplo. No JUAN MARIA lo de Francisco no ha empezado de golpe. Viene, como es lógico por otra parte, precedido de una muy larga preparación. 26 años de pirotecnia viajera, de fastos ilusorios, por ejemplo.
Yo no entiendo como esta gente (O’Malley, el hondureño, Errázuriz… el propio Francisco) con los problemes que tienen en su propia casa… quieren arreglar los problemas de fuera. La Iglesia ha perdido en estos 5 últimos años el poco prestigio que aún le tenía. Pienso en san Juan Pablo II y en Benedicto… lo que deben sufrir al ver el panorama desolador de la Iglesia.