Querido Paco Pepe: lo conozco desde que lo soportamos en Buenos Aires. Es un mentiroso consuetudinario. La útima vez que estuve en Roma lo citó al Padre Buela y yo estaba viviendo en una casa del IVE; mi amigo me consultó antes de verlo y al día siguiente como viajaba le pregunté como le había ido: te confío lo que me dijo: «fue una victoria a lo Pirro porque tenemos que confiar en la palabra de un hombre que no tiene palabra».
No los que deben reflexionar y tratar con respeto son los rígidos indietristas, a los heterodoxos que pululan por ahí, son ellos los que deben guardar ahí donde no da el sol sus rígidas ideas, extraídas del libro y la tradición, deben aplaudir con las orejas y promover todas las novedades que esos se inventen, aunque esos mismos suponen que la revelación todavía Dios la hace, y oh casualidad de casualidades, Dios se las revela a ellos solitos.
concejos vendo que para mi no tengo, definitivamente el porteño bergooglio es un hipócrita de tomo y lomo.
Hay que evitarle al obispo de Roma el shock anafiláctico; mejor nadie le pida a Francisco que sea franco…
Querido Paco Pepe: lo conozco desde que lo soportamos en Buenos Aires. Es un mentiroso consuetudinario. La útima vez que estuve en Roma lo citó al Padre Buela y yo estaba viviendo en una casa del IVE; mi amigo me consultó antes de verlo y al día siguiente como viajaba le pregunté como le había ido: te confío lo que me dijo: «fue una victoria a lo Pirro porque tenemos que confiar en la palabra de un hombre que no tiene palabra».
No,no
Ese señor habla de que reflexionen los demás
Él lo tiene todo reflexionado y discernido.
Claro…,que los demás, también!
No los que deben reflexionar y tratar con respeto son los rígidos indietristas, a los heterodoxos que pululan por ahí, son ellos los que deben guardar ahí donde no da el sol sus rígidas ideas, extraídas del libro y la tradición, deben aplaudir con las orejas y promover todas las novedades que esos se inventen, aunque esos mismos suponen que la revelación todavía Dios la hace, y oh casualidad de casualidades, Dios se las revela a ellos solitos.