ÁFRICA: LA ALEGRÍA Y EL CONSUELO
Otra vez del África negra, de aquella sita al Sur del desierto de Sahara, nos llega la alegría y el consuelo a los cristianos de los países descristianizados, apóstatas, que fueron cristianoa alguna vez como el nuestro, acerca del cual, nuestro recordado maestro y amigo Samuel Wenceslao Medrano, hombre de los Cursos de Cultura Católica, escribió: “La construcción de la cristiandad en la Argentina”.
Nos llega la alegría y el consuelo de saber, que en nuestro mundo decadentre, existen cristindades vigorosas, que crecen y se enfrentan con él.
Pero también nace, para nosotros,el deber de seguir el buen ejemplo y conservar y acrecentar los jirones de cristiandad que todavía existen en ellos.
Aquí quisiera poner dos casos de hoy: el de Francia y el de la Argentina. En la primera, crecen lenta pero firmes esos jirones. Cuando hace años peregriné con Patricio Randle por abadías, monasterios y conventos, me convencí que en esos lugares que crecían se encontraba los gérmenes de un renacimiento.
En estos días recibí “Les amis du Monastere”, n°190, publicación de la abadía Sainte-Madeleine, con el editorial del abad, fray Louis-Marie O.S.B., “Balaam ou la puissance de l’intercession”, la crónica de la vida monástica de febrero hasta abril, un resumen de la vida del novel santo, Charles de Foucauld y un entrega más de la siempre interesante “Historia de la Iglesia cnotada a mis hijos”.
También recibí “La lettre aux amis” de la novel abadía “Sainte-Marie de la Garde”, n°47, con el editorial del abad, fray Marc, O.S.B. “UN NOUVEL ÉVÉQUE” y la crónica de la vida monástica febrero-abril. En la tapa aparece una fotografía de monseñor Alejandro de Bucy, designado obispo de Agen, conversando con el abad y el padre prior. Esta cercanía era impensable hace unos años, pero hoy la inteligente y laboriosa tarea de acercamiento realizada por los monjes ha dado sus frutos.
Además, todos los meses recibo, la carta de los monjes de la abadía San José de Clairval, de Fravigny-sur-Ozerain, quienes hace poco han comprado el edificio de la antigua abadía de Solignac, y restaurado en ella, después de muchos años, la vida monástica interrumpida por la Revolución Francesa.
Todo esto, como el fervor de los peregrinajes y la cantidad de peregrinos nos muestran que la Francia de Clodoveo y de san Luis, de santa Teresita del Niño Jesús, no ha muerto.
En cambio, en nuestra patria argentina, reina la desolación, la Iglesia “de salida” es la Iglesia “en liquidación”. Las iglesias se fueron vaciando y la actitud obispal fue de absoluta sumisión a un gobierno tiránico de tres pitufos impresentables: Alberto, el turista fiestero e hipócrita, Kicillof, olvidadizo de sus irresponsabilidades que pagamos todos los argentinos y “el amigo Horacio” Rodríguez Larrata, inmoral público y privado, quien mucho colaboró en transformar la Ciudad y puerto de Santa María de los Buenos Aires, en la C.A.B.A., Ciudad Apóstata de Buenos Aires.
Hoy tenemos el resultado: iglesias casi vacías, seminarios vacíos y algunos llenos o bastante habitados, suprimidos por algún traidor (San Rafael) o debilitados por obispillos sinvergüenzas (San Luis, La Plata).
Ahora, viene el ejemplo que esta vez se concretiza en el arzobispo de Bamenda, Camerún, Nkea Fuanya, presidente de la Conferencia Episcopal de Camerún, digamos el Ojea de ese afotunado país africano, conocido en la Argentina fubolística por un pobre hombre de color solitario, en una tribuna desierta, cantando: “burumbunbún, burumbunbún, yo soy el hincha de Camerún”.
En sus respuestas no existe ambigüedad alguna y nos dice que el “rotundo no” de África al acercamiento a personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero y Queer y la ordenación de diaconisas, fue guiado por las enseñanzas de la Iglesia Católica.
Y respecto de las acusaciones de obispos europeos progresistas quienes señalan que el no Africano es por un prblema de atraso cultural dice: “No aceptamos la idea de que nos digan que estamos argumentando desde la cultura. Y que venimos de una cultura que aun está en desarrollo, y que por eso no entendemos ciertas cosas”.
Y aclara un más: “África no está defendiendo una idea cultural, sino la enseñanza que la Iglesia ha tenido durante 2.000 años”.
Respecto al documento “Fiducia Supplicans”, obra de un par de argentinos que viven en el Vaticano que provocó tantos rechazos y rupturas, sostiene con firmeza: “Regresaremos a la segunda sesión sinodal con el mismo rechazo vehemente de este documento”.
Sostiene que África es “una familia de Dios”, se opone a la creación de una Iglesia africana e insiste “la Iglesia es la Iglesia de Cristo”.
Finalmente es interesante transcribir lo que expresa acerca del continente suyo, ese lugar “donde todos vienen a pescar, pero aquellos que viven en el mismo, no tienen pescado para comer. Es un continente roto y golpeado, que ha sido acosado y rechazado”. Recuerdo el dicho de un lúcido dirigente africano respecto a las interesadas ayudas de las grandes potencias: ¡Por favor, que nos dejen de ayudar!
En síntesis, trancribo las palabras de este gran arzobispo en una reunión organizada por la Red Pan Áfricana de Teología y Pastoral Católica: “África está hablando desde las tradiciones de nuestros antepasados y desde las enseñanzas de la Iglesia”; los frutos de este hablar que se transforma en un hacer, están a la vista de todos.
¡Gracias hermanos de color por su ortodoxia, por su fidelidad, por su coraje!. Nosotros, argentinos, empezado por nuestros obispos ¡a aprender!
Buenos Aires, agosto 30 de 2024. Santa Rosa de Lima, primera santa de Hispanoanérica. Bernardino Montejano
desafortunadamente la iglesia africana no podrá salvar ni a la apostata iglesia europea ni a la timorata iglesia latinoamericana.
Hay doce naciones africanas que merecen un cardenal votante. Algunas lo tuvieron en el pasado (Camerún, Uganda, Egipto, Senegal, Benin) y otras no, que yo sepa: Guinea Ecuatorial, Burundi, Togo, Congo-Brazzaville, etc. Ni Benedicto XVI ni ese ñor de Roma dieron a África lo que se merece (pero sí a Mongolia y otros lugares absurdos, dicho con todo respeto para el sufrido pueblo mongol). Si la Iglesia se salva, será por África. En el año 2015 perderá tres purpurados votantes.
2025, no 2015.