La noticia escandalosa de que en un local de las Agustinas Misioneras se iba a celebrar una reunión orientalizante de un tal Paramahansa Yogananda, muy conocido en su casa a la hora de cenar, motivó que dicho acto no se celebrara en la casa de esas religiosas sino en un centro público de las inmediaciones. http://infocatolica.com/blog/infories.php/1503101047-la-conferencia-de-yogananda-c Ignoro si la decisión vino impuesta por el arzobispado o si fueron las mismas religiosas las que dándose cuenta, ante la polvareda levantada, de su monumental metedura de pata, dieron marcha atrás sobre su primer consentimiento. Tienen que espabilar, religiosos y religiosas, de una puñetera vez. Ganar unos eurillos por mucha falta que hagan, que no serán tantos, no justifica todo. Y en los días de internet ya nada queda oculto. Ellos, y ellas, verán si les trae cuenta quedar ante todo el mundo como más tontos que Abundio. Y retractarse de lo que habían comprometido. Con consecuencias incluso económicas. Porque los contratos, aunque sean verbales, tienen que cumplirse. Y su incumplimiento, caso de que se lo reclamen, tiene perjuicios económicos. A ver si por ganar doscientos euros luego, además de no ganarlos, tienen que pagar mil por daños y perjuicios. Esa memez orientalizante afortunadamente no se celebró en una casa religiosa. Pero a esas agustinas ya nadie les libra de haber quedado como unas vírgenes necias. Si otros y otras aprendieran de tan repetida estupidez algo se habría ganado.
A unas vírgenes necias
| 12 marzo, 2015
!3 de Marzo del 2013: «Annuntio vobis gaudium magnum. Habemus Papam. Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, Dominum Georgium Marium Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Bergoglio. Qui nomen sibi imposuit Franciscum».
P. Bernardo:
No conozco suficientemente las religiones que mencionan, pues bastante tengo con le catolicismo en donde se puede encontrar todo. Sin embargo creo que hace una simplificación y que atribuirle al hinduismo un politeísmo tiene la misma base que la que le atribuyen al catolicismo por nuestra fe en la Trinidad.
Al margen de esto la declaración del Concilio me parece lo suficientemente clara como para tomar en consideración lo que hay de bueno y común con el catolicismo en otras religiones y a partir de ello mostrarle la belleza del Evangelio proclamado por la Iglesia. Si renunciamos a ello, renunciamos a la predicación del Evangelio a los hombres.
Otra coas es el papanatismo de muchos religiosos que buscan en otras religiones lo que tienen a mano dentro de la Iglesia con mayor amplitud y perfección y no se han enterado. Y lo que es peor, quieren contribuir a crear una especie de pastiche religioso.
¿Espabilar? ¿Quiénes? ¿Los agustinos? ¡Por favor! Pero si no se la han colado, si es que querían que se celebrase allí, por lo que fuera (dinero, conocimientos oscuros,…)
Aquí solo hay dos explicaciones:
1. O se han visto señaladas y eso parece que funcione
2. O el arzobispo Osoroglio ha hecho algo.
Como lo segundo es altamente improbable, me decanto más por lo primero. Pero espabilar no van a espabilar porque bastante espabilado y espabilada hay ya en la vida religiosa…si precisamente eso es lo que abunda. Y además de espabilados…listillos.
¿Pero de que nos quejamos? Si las pobrecitas monjas lo único que hacen es seguir los consejos de Bergoglio, el SINCRETISMO RELIGIOSO.
Vamos a ver, el hinduismo es un politeísmo camuflado así que los cristianos no tenemos nada que hacer con ese ambiente. El diálogo ecuménico o apertura a una espiritualidad hindú es de estupidez supina.
El budismo es, a su vez, un ateísmo que tiene a Buda como la perfección y el modelo para llegar al Nirvana a través de `prácticas ascéticas, que es donde quieren llegar los Budista. Tampoco ningún tipo de relación tiene sentido para los cristianos.
La conclusión para mí es muy simple; ¿para qué tenemos los cristianos que perder el tiempo con alguien del que nada vamos a sacar, olvidando el magnífico tesoro de la espiritualidad cristiana?
Bendiciones
Hombre, rectificar es de sabios…
Aro.
Pues ya me dirá usted cuándo ha defendido tal cosa la Iglesia. Salvo en el sentido de que, algunos, buscando a Dios sin conocerlo, e “Insensatos todos en sumo grado y más infelices que el alma de un niño… tuvieron por dioses a todos los ídolos de los gentiles, que no pueden valerse de los ojos para ver, ni de la nariz para respirar, ni de los oídos para oír, ni de los dedos de las manos para tocar, y sus pies son torpes para andar…” (Sabiduría 15.14.15). San Agustín, en repetidas ocasiones, afirma en “la Ciudad de Dios” que los dioses paganos son demonios. Párrafo final del capítulo XXIX, por ejemplo: “Pero vosotros, ¿quiénes sois para merecer que se hable con vosotros ni siquiera de vuestros dioses, cuánto menos de mi Dios, que es más temible que todos los dioses, pues los dioses de los gentiles son demonios, mientras que el Señor ha hecho el cielo?” (cita aquí San Agustín el Salmo 96:5). Santo Tomás hace lo propio en la Suma Teológica, parte 1ª, cuestión 13: “Así, resulta claro que el católico, al decir que el ídolo no es Dios, contradice al pagano que lo afirma; porque ambos usan el nombre Dios para indicar al verdadero Dios. Pues cuando el pagano dice que el ídolo es Dios no usa el nombre en el sentido de un Dios opinable; pues en tal caso hablaría correctamente, como también los católicos lo usan en este sentido como, por ejemplo, al decir: Todos los dioses de los paganos son demonios”. En cuanto a la Sagrada Escritura véanse: Deuteronomio 36:16.17, Salmo 105:37, Baruc 4:7, I Corintios 10:20.21.22 y Apocalipsis 9:20.
Lo que yo, humildemente, critico del Concilio en este sentido, en concreto de Nostra Aetate, es que, por ejemplo, pudiendo entenderse perfectamente la expresión “La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes…”, en el sentido de la PERSONA que no conociendo a la UNICA y VERDADERA Iglesia abraza el Islam de buena fe, lo incluyó en los títulos “sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas” y “la religión del Islam”. Religión, por ejemplo, que expresamente niega y condena que Cristo es el hijo de Dios, y que por mucho que lo adorne el Vaticano II, beso incluido al Corán, entra de lleno en las palabras de 1 San Juan 2:22.23: “¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre”. Es decir, no justifica el error de la persona en base a su buena fe, sino que afirma y reconoce parte de verdad en las demás religiones, aún cuando expresamente niegan al Dios Único y Trino.
Quién como Dios::
La declaración conciliar no hace más que expresar lo que la Iglesia viene afirmando desde el principio: que al inquietud religiosa tiene diferentes grados de percepción de la Verdad que se aproxima más o menos a la Verdad y el camino que muestra la Iglesia y que muchas veces conduce a ella. Y que los que están en la búsqueda de la Verdad deben ser tratados con respeto y delicadeza.
El problema se ha presentado al pretender muchos que la solución es una especie de sincretismo o retroceso hacia la percepción parcial que existe en otras religiones.
Eso a su vez ha sido propiciado por el abandono en la Iglesia del Misterio y del profundo respeto que debe ser expresado también exteriormente como reflejo del interior. Al mismo tiempo se ha caído en un relativismo difuso que no leva a ninguna parte y del se han protegido con mayor éxito en otras religiones.
¿Necias?… por todos lados. Así nos extrañamos que no haya vocaciones a la vida religiosa. ¿Con esas ideas?
Lean, lean:
http://www.rscj.es/index.php?option=com_content&view=article&id=384:entrevista-a-m-jose-arana&catid=12:experiencias-apostolicas
Se ha anotado otro tanto la Cigueña de la Torre. Era obvio que si nadie respingaba, iba a tener efecto esta verguienza. Bien está lo que bien acaba. Israel repetídamente cayó en la idolatría de ídolos y por ello fué castigado una y otra vez. No caigamos en ello, una vez conocida la verdad del Evangelio, seamos fieles a Nuestro Señor Jesucristo. Porque los dioses de los gentiles son demonios.
“El viejo maleducado hace al niño desvergonzado”. “Por donde salta la cabra salta la chiva. Y si no, un poco más arriba” “Así, en el Hinduismo los hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía, y buscan la liberación de las angustias de nuestra condición mediante las modalidades de la vida ascética, a través de profunda meditación, o bien buscando refugio en Dios con amor y confianza” (“Concilio Vaticano II, “Declaración Nostra Aetate”, sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. Proemio, punto2).
Con la norma en la mano, han sido fervientes y primaverales cristianas postconciliares. Otros, y hoy son santos, permitieron que se les hiciera en la frente, públicamente, la marca del dios hindú Shiva, y que se les colgara del cuello una corona mágica; ambas cosas de manos de “la prostituta sacral de Shiva”.
Si esto está mal, aquello, en concreto, no puede ser ejemplo de santidad, tantas veces repetido en posteriores y actuales reuniones ecumaniacas.
Y me importan una higa las explicaciones o conclusiones que, al supuesto amparo del poder del magisterio ordinario de interpretar las escrituras y el propio Concilio, retuercen los textos bíblicos y conciliares hasta que encajan en sus acciones. Al final va a resultar que aquellos reyes de Israel cuya memoria ensalza la Sagrada Escritura por destruir los altos donde se quemaba incienso a los ídolos, como Josías, eran malos, y de los que afirma que prostituían al pueblo permitiendo que se levantaran a los ídolos altares, cipos y estelas, eran buenos.
“El viejo maleducado hace al niño desvergonzado”. “Por donde salta la cabra salta la chiva. Y si no, un poco más arriba” “Así, en el Hinduismo los hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía, y buscan la liberación de las angustias de nuestra condición mediante las modalidades de la vida ascética, a través de profunda meditación, o bien buscando refugio en Dios con amor y confianza” (“Concilio Vaticano II, “Declaración Nostra Aetate”, sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. Proemio, punto2).
Con la norma en la mano, han sido fervientes y primaverales cristianas postconciliares. Otros, y hoy son santos, permitieron que se les hiciera en la frente, públicamente, la marca del dios hindú Shiva, y que se les colgara del cuello una corona mágica; ambas cosas de manos de “la prostituta sacral de Shiva”.
Si esto está mal, aquello, en concreto, no puede ser ejemplo de santidad, tantas veces repetido en posteriores y actuales reuniones ecumaniacas.
Y me importan una higa las explicaciones o conclusiones que, al supuesto amparo del poder del magisterio ordinario de interpretar las escrituras y el propio Concilio, retuercen los textos bíblicos y conciliares hasta que encajan en sus acciones. Al final va a resultar que aquellos reyes de Israel cuya memoria ensalza la Sagrada Escritura por destruir los altos donde se quemaba incienso a los ídolos, como Josías, eran malos, y de los que afirma que prostituían al pueblo permitiendo que se levantaran a los ídolos altares, cipos y estelas, eran buenos.
Por desgracia, seguramente para muchos religiosos, no será tan desconocido este señor y espiritualidades parecidas