| 17 mayo, 2024
Tiene toda la razón González Guadalix.
¡Qué derroche de energía!
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Cuando lo habitual en él ante hechos verdaderamente graves del otro lado es el ni está ni se le espera.
Y aquí se ha desmadrado mandando a hacer puñetas la sinodalidad.
Que debe ser selectiva. Aunque lo oculten.
Si es que tienen un rostro que se lo pisan.
https://www.infocatolica.com/blog/cura.php/2405170732-esos-humos-los-quiero-yo-en-d
A Omella se le ha tenido que olvidar como en sus tiempos mozos de cura progre setentero, él y una treintena más de curas tan progres y setenteros como él, le hicieron la vida amarga al entonces arzobispo de Zaragoza Cantero Cuadrado, tío del Calabacín, a cuenta de un impresentable cura que ejercía de párroco en Fabara, población de la provincia de Zaragoza y cuyo caso transcendió a la prensa y fue conocido como el Caso Fabara. No fueron sancionados ninguno y el protagonista del enredo al final abandonó el sacerdocio en medio de loas por parte del pueblo fiel, así estaba el panorama en aquellos años «locos» y así habían contaminado a las personas esos ínclitos sacerdotes.
Omella es horrible. Su sucesor, por desgracia, probablemente peor (sobre todo si lo nombran durante este pontificado).