A mí la Celáa no me gusta nada pero no es mi embajadora ni la de la Conferencia Episcopal ante el Vaticano

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El Ministro de Exteriores confirma que España ha propuesto a Isabel Celaá como embajadora ante el Vaticano

El embajador representa al Gobierno de un país. No a los católicos y ni siquiera a los católicos de ese país.  Es absurdo confundir esas cosas e indignarse porque la embajadora de Sánchez no sea Santa Maravillas de Jesús rediviva.  El Gobierno que tenemos nombra a los suyos y el Vaticano tiene que aceptarlos salvo gravísimas lacras en el candidato.

Celáa tiene lacras pero no de tal gravedad, no moral sino por los usos diplomáticos, que la incapaciten como representante del Gobierno español ante la Santa Sede. Que no va ni a rechistar. Y hasta es posible que no le molesta demasiado, o nada, a Francisco.

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No tiene el menor sentido protestar del nombramiento. De lo que hay que protestar es del Gobierno. Y no votarle. Aunque también sería posible que un Gobierno pepero nombrara embajadora a Celia Villalobos. Yo, entre las dos, ninguna. ¿Y si una a vida o muerte? Creo que la Celáa.

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Comentarios
7 comentarios en “A mí la Celáa no me gusta nada pero no es mi embajadora ni la de la Conferencia Episcopal ante el Vaticano
  1. Serán divertidos los aquelarres de la nueva bruja embajadora en el palacio de la plaza de España, la de «los niños no pertenecen a los padres».
    Receta de la marmita para el cóctel de bienvenida a Celáa:
    «Entren en ella colmillos de lobo, escamas de serpiente, la abrasada garganta del tiburón, el brazo de un sacrílego judío, la nariz de un turco, los labios de un tártaro, el hígado de un macho cabrío, la raiz de la cicuta, las hojas del abeto iluminadas por el tibio resplandor de la luna, el dedo DE UN NIÑO arrojado por su infanticida madre al pozo… Unamos á todo esto las entrañas de un tigre salvaje.

  2. Tanto esta señora como la Villalobos son para salir corriendo y no parar hasta Alaska. La señora Villalobos mete miedo hasta a los lobos.

  3. Igual es una piadosa embajadora porque fue educada en un colegio elitista de monjas en Bilbao. Si es embajadora según los usos diplomáticos pues bien pero no es obligatorio entre la Curia, eclesiásticos destinados allí facilitarle la labor pues un vacío no estaría nada mal y que vea que no la quieren allí, no por su persona en sí si no por las políticas que ha representado del todo opuestas a lo que se predica en esta institución o por lo menos en lo que queda de ella.
    Que desfachatez la de este Gobierno socialcomunista, que insulto, que hipocresía y que vergüenza. A esta gente hay que devolverle con pocos cumplidos si allí en Roma tuvieran arrestos y algo de dignidad que parece que es mucho pedir.

  4. Me parece normal que el gobierno nombre como embajadora, ministra o lo que sea a la Sra. Celaá, que parece que es de lo mejor que tienen y que parece llevar pareja su belleza, su cultura, su competencia y su clase. Personalmente me resulta indiferente cual sea su nombramiento. Todos ellos parecen elegidos para que destaque la prestancia del Sr. «me cachis que guapo soy». Todos parecen muy contentos de conocerse.

  5. Se la aceptará por el Vaticano. Será curioso cuando todos los días vea en la Plaza de España la columna de la Inmaculada Concepción situada en frente de la Embajada de España ante la Santa Sede en el Palacio Monaldeschi que es un palacio barroco.

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