| 30 septiembre, 2018
El coco que no terminaba de caer de la palmera por protección declarada de Francisco que le mantuvo hasta los ochenta años cumplidos. Jugándose el Papa su propio prestigio por tan declarada parcialidad.
Ahora se lo reprochan hasta desde Alemania. Este Blog, naturalmente con muchísimo menos eco, hacía mucho que lo venía denunciando.
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Y menuda inmensa boca la de ese cardenal. Capaz de tragar todo. Hasta ollas. Ollas repletas de indignidades.
el diabólico coccopalmerio, un felón al servicio del lobby gay.
Verle la cara repugna. Parece una bicharraca del inframundo.
Esa boca tiene hasta el ébola. Ahi viven las plagas de langosta que cayeron sobre Egipto.
Que horror!!!!
Ezequiel: muy bueno su comentario. No he parado de reirme desde que lo he leído. Agudo y con fino humor. Gracias.
Otro regalo venenoso y envenenado del nunca como se debe alabado Su Benedictinismo Teutónico.¡Qué vista para escoger colaboradores!El tal Coccopalmerio, otro italiano de cupo y excrementicio.Seguro que un señor de Togo o de Liberia habría sido mucho mejor elección.
Jajaja. Seguramente será mi mente, que es retorcida, pero lo de la inmensa boca capaz de tragarse… ollas no ha podido no suscitar en mi imaginación una representación de su eminencia en insólitos menesteres.