A Don Carlos Osoro, mi arzobispo

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osoro-sierra Don Carlos, mi arzobispo, es persona de talante acogedor. Todos tenemos nuestras filias y nuestras fobias y  algunos, también entre los comentaristas de este Blog, quisieran ser los únicos acogidos. Y protestan de otros acogimientos. A mí, personalmente, unos me gustarán más y otros menos, pero comprendo a los corazones generosos que intentan ganarse a todos. Luego, a unos se los ganará y a otros no. Tal vez porque ganarse a algunos sea tarea imposible. Por mucho que se abran los brazos. No tengo la menor simpatía por Manuela Carmena, a la que me encontré ya en mis años universitarios. Había en ellos en mi Facultad de Derecho una especie de triunvirato femenino, Carmena, Almeida y Alberdi, las tres rojas, las tres inteligentes y las tres poco agraciadas. Esto último es naturalmente una opinión personal pero para los gustos se pintan, o despintan, colores. Don Carlos, con su talante, no voy a decir que se haya ganado para la Iglesia a la alcaldesa de Madrid pero sí que la ha edulcorado. Su presencia en la misa de la Almudena, y presencia conciliadora, me parece un logro de nuestro arzobispo. Y también de ella que inteligente lo es aunque tenga salidas de pie de banco como la de las madres barriendo, los niños recogiendo colillas y unas cuantas más. Que una alcaldesa no católica se muestre respetuosa con el catolicismo me parece un logro importante de monseñor Osoro. Hay obispos escorados a la izquierda por convencimiento, interés o cobardía. Y que sus enemigos parecen ser quienes acampan en otros prados. A los que ignoran o hasta maltratan. Don Carlos no es de esos por naturaleza. También acoge con afecto a los demás. No lleva orejeras que sólo le indican un camino. Él mira a todos lados. Y sonriendo. Incluso abrazando. Muy recientemente ha dado, una vez más prueba de ello. No voy a dar detalles pero los conozco. Y Don Carlos naturalmente también. Pues, por mi parte, aunque yo no fui parte alguna en ello, gracias, Don Carlos. En alguna otra cuestión tal vez también lo fuera. Pues también gracias, Don Carlos. Creo que es muy importante que ninguno de sus hijos, y más en los que se quieren fieles hijos de la Iglesia, sentirse extraños al corazón de su obispo. E incluso rechazados. En el de Don Carlos hay muchas cabidas. Creo que es mucho más importante sentirse en él que tener celos porque también estén otros. Su problema no es el del ternero cebado para algunos y que otros se queden en ayunas. Él tiene una gran cabaña de terneros. Don Carlos sabe que jamás he acudido a él con petición alguna. Pero yo también sé que puedo acudir a mi arzobispo. Y que no seré maltratado. ¿Otros también? ¿Desde posiciones distintas y distantes? Pues bendito sea Dios. Y por su acogida a amigos de quien hoy escribe esto, sin que yo tuviera nada que ver en ella, una vez más, gracias, Don Carlos.

Comentarios
0 comentarios en “A Don Carlos Osoro, mi arzobispo
  1. Me gustaría que alguien – mejor D. Francisco – comentara o dijera algo sobre la entrevista de D. Carlos en Religión Digital llevada a cabo por los señores Vidal y Bastante. Sin citarla expresamente ya lo hecho D Tomás de la Torre..

  2. A mi me parece que la obispil, es otra casta, y no mejor que la política, porque su conocimiento de la verdad y responsabilidad es mayor. Pero son unos getas, con alguna excepción, Osoro para ganarse la osorogoglidad tan ansiada, debería armar lio, pero ya eso no les interesa, mejor pelotillear al poder. Llevan 40 años poniéndose de perfil, pues ahora a armar lío, pero me temo que no van a dejar de pelotillear a todo lo que se mueva.
    Lo del título de exactas es una anécdota de la que quedo esclavo, y tampoco hay que sacarle los colores. Nada que no se resuelva en un confesionario, que lo liberaría de esas vanidades, y tendría la oportunidad además de testimoniar a las ovejas el poder liberador de la confesión, lo único que te hace libre, del yugo de la mentirijilla y del pelotilleo.

  3. Me alegro que su estima por Osoro se haya elevado, D. Francisco José.
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    Cuando le nombraron arzobispo de Madrid, me pareció algo bueno e ilusionante.
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    Luego empecé a leer sus declaraciones de «acogida» y sus guiños a extraños personajes y empecé a preocuparme pues qué acogida se ofrece a aquellos que no quieren ser acogidos?
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    Finalmente entendí de que iba la cosa cuando empezó a atizar a monseñor Rouco y a envidiar a monseñor Reig Plá.
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    Ignoro sus valores como funcionario y además no me interesan, pero en lo que debe caracterizar a un católico auténtico es claro que no alcanza ni el aprobado pelado.

  4. No quisiera ser la voz crítica. Pero Osoro no ha respondido todavía a los títulos académicos, en particular sus estudios de exactas. Aquí, en Cataluña, tenemos el pésimo precedente de Vives, arzobispo que dice poseer «estudios de doctorado» `para silenciar que no ha presentado ni la tesis y dar la impresión de un título que no tiene. ¿Importa el título de exactas o el doctorado de Vives? En absoluto. Es una anécdota. Pero un obispo no puede mentir ni decir medias verdades.

    No veo yo el comportamiento de Osoro acorde con la honradez de conducta. Me explico. Me parece bien que se entregue a todos y que no tenga acepción de personas. Pero, ¿a qué viene ese obsequiosidad con los que han atacado a Rouco por mar, tierra y aire. Es, desde mi punto de vista, un acto carente de verdad y de honradez como he dicho. De nuevo, aquí, en Cataluña, tenemos un precedente en Martínez Sistach, obsequioso con periodistas que atacaron a Cañizares e incluso permitiéndose la libertad de darle lecciones al cardenal de Valencia.

    Tal vez sea injusto, pero son actitudes, la de los tres mitrados, deleznables.

  5. Es evidente que acoge mucho, en mi experiencia acoge estupendamente. Acoge además en Argüelles (acabado en es) y en los demás barrios, ciudades y pueblos también.

  6. Me alegra mucho leer buenas palabras de mi arzobispo. Mi impresión (muy subjetiva) es fantástica y creo que su mandato está siendo muy bueno para la diócesis. Espero que siga así y que mantenga su cercanía con todos.

  7. Mi opnion es que esa actitud es la facil. Llevarse bien con todos. Decir a cada uno lo que le gusta oir. Todos somos buenos. Todos juntos. Todos iguales. Todos, todos, todos………¿De quien habrá aprendido tales cosas?
    Ah, eso si, todos menos algunos, a los que se le dan estocadas en publico y en no tan publico. Pero claro, eso no importa, porque es tan bueno…….

  8. En nuestra Iglesia hay diferentes carismas, y eso Osoro entiende bien. Y también lo asumen los jóvenes de las diferentes realidades eclesiales, que colaboran en iniciativas como iMisión, donde están juntos diocesanos, religiosos (jesuitas, salesianos…), laicos del Opus Dei, de Regnum Christi, CVX… trabajando codo con codo y compartiendo experiencias sobre la evangelización digital, como se ha visto en los congresos de iMisión.

    Como dice De la Cigoña, Osoro no lleva orejeras que le indican solo un camino. Ojalá los demás aprendamos a mirar más allá de nuestro reducto.

  9. Si yo no quiero pedirle nada, y me parece bien que acoja. Lo único que ruego a Dios es que el arzobispo de mi ciudad deje de decir chorradas en público, nada más.

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