19 comentarios en “¿A Dios tampoco le gustó el cartel?”
Cuando la ira de Dios se muestra, a menudo pagan justos con pecadores. Razón de más para que los justos no permitan las ofensas de los malvados. No se puede disminuir de ninguna forma el efecto del cartel blasfemo. Primero, porque la Semana Santa de Sevilla es emblemática y ejemplo para muchos. Segundo, porque la blasfemia va dirigida contra el mismo Cristo en el momento terrible de la Pasión. Esto debería habernos conmovido hasta el tuétano a los católicos, en Sevilla, en Murcia y en Cuenca. Permitirlo, empezando por el clero y el arzobispo de Sevilla, es de una vileza que nos debería avergonzar a todos. Yo no sé si ha llovido como castigo o como bendición. Sé que ha servido para hacernos pensar y para que el cartel blasfemo no haya sido asumido como algo normal. Ya es mucho.
Por favor, no sigáis con estas paparruchas. Hacéis que Dios quede como un ser mezquino, colérico y vengativo y no como un ser infinitamente justo y misericordioso. Como si a Dios le afectara mucho un cartel de Semana Santa. Si Dios castigara por cada mala representación de la Crucifixión habría tenido que fulminar a cientos de perpetradores de malas estampitas, horrendos crucifijos, feas imágenes et al. ¿Acaso castigó a Miguel Ángel por esculpir a un Cristo crucificado completamente desnudo? ¿Y qué me decís de Martín Scorsese, que hizo lo mismo en su «La última tentación de Cristo » (¡en la que encima aparecía Jesús teniendo relaciones sexuales con María Magdalena!)? Podría poner ejemplos así a cientos. No sigáis, lo único que conseguís es parecer ridículos. Y olvidar que el primer blanco de la ira de Dios bien podríais ser vosotros.
Joaquín: ¡Qué amplitud de espíritu! ¡Qué grandiosidad! ¡Qué comprensión de la historia, de Dios y de los hombres! Lástima que todas esas magníficas cualidades se muestren como falsificaciones de cartón al empezar llamando paparruchas a las opiniones distintas de la suya.Se te ve el plumero incluso desde otras galaxias. Sobre los ejemplos a cientos; tenga paciencia y espere al Juicio Final para saber lo que contienen sus ejemplos.
En mitad de la noche de esta fallida Madrugada, en Sevilla ha estallado una gran tormenta. ¿Cómo no recordar el salmo 96?:
“Delante de él avanza fuego, abrasando en torno a los enemigos; sus relámpagos deslumbran el orbe y, viéndolos, la tierra se estremece. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos pregonan su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria”.
Nunca ha sucedido lo de este año: ni un solo día han podido salir las cofradías con normalidad. Muy escasas, y con incidencias, han podido hacerlo. Desde luego, para cualquier persona de fe, la cosa da mucho que pensar. Dios castiga a los blasfemos y a los cobardes que permitieron la zafia burla de su Hijo. Y lo hace sin palo ni piedra; es más, dándonos lo que más necesitábamos ahora, el agua. Bondad y justicia.
El infame Consejo de Hermandades y Cofradías que permitió y propició el cartel blasfemo debería estar haciendo penitencia vestidos de saco y cubiertos de ceniza. Pero nadie les recrimina nada en esta ciudad de fariseos, en la que calló incluso el arzobispo para no indisponerse con los poderes de este mundo.
Amigo LECTOR, se ha hecho su «voluntad», je, je, je…si yo también pensé que esto de sacar muertos de la Macarena no podía ayudar mucho, que se lo digan al hermano mayor cofrade, un tipo con el carné de sociata en la boca… SINVERGÜENZAS!
Para que se hubiera notado el enfado de Dios, sólo tendría que haber llovido en la ciudad de Sevilla y haber hecho buen tiempo en el resto, pero la Semana Santa se ha fastidiado en buena parte de Andalucía.
En Murcia, en cambio, han salido todas las procesiones desde el miércoles santo, que son las famosas. Aquí no se blasfema en los pregones entre aplausos de ningún obispo, se respeta la imagen del Señor y no se desentierran muertos por las iglesias.
Es por eso que a Murcia el Creador la «bendice» con una SEQUÍA de tres pares de narices. Claro que luego con pedirle agua a los manchegos o a los aragoneses y decir lo malos que son,con eso basta. Se ve que los manchegos compraron muchos carteles de Sevilla.
Cuando la ira de Dios se muestra, a menudo pagan justos con pecadores. Razón de más para que los justos no permitan las ofensas de los malvados. No se puede disminuir de ninguna forma el efecto del cartel blasfemo. Primero, porque la Semana Santa de Sevilla es emblemática y ejemplo para muchos. Segundo, porque la blasfemia va dirigida contra el mismo Cristo en el momento terrible de la Pasión. Esto debería habernos conmovido hasta el tuétano a los católicos, en Sevilla, en Murcia y en Cuenca. Permitirlo, empezando por el clero y el arzobispo de Sevilla, es de una vileza que nos debería avergonzar a todos. Yo no sé si ha llovido como castigo o como bendición. Sé que ha servido para hacernos pensar y para que el cartel blasfemo no haya sido asumido como algo normal. Ya es mucho.
Por favor, no sigáis con estas paparruchas. Hacéis que Dios quede como un ser mezquino, colérico y vengativo y no como un ser infinitamente justo y misericordioso. Como si a Dios le afectara mucho un cartel de Semana Santa. Si Dios castigara por cada mala representación de la Crucifixión habría tenido que fulminar a cientos de perpetradores de malas estampitas, horrendos crucifijos, feas imágenes et al. ¿Acaso castigó a Miguel Ángel por esculpir a un Cristo crucificado completamente desnudo? ¿Y qué me decís de Martín Scorsese, que hizo lo mismo en su «La última tentación de Cristo » (¡en la que encima aparecía Jesús teniendo relaciones sexuales con María Magdalena!)? Podría poner ejemplos así a cientos. No sigáis, lo único que conseguís es parecer ridículos. Y olvidar que el primer blanco de la ira de Dios bien podríais ser vosotros.
Joaquín: ¡Qué amplitud de espíritu! ¡Qué grandiosidad! ¡Qué comprensión de la historia, de Dios y de los hombres! Lástima que todas esas magníficas cualidades se muestren como falsificaciones de cartón al empezar llamando paparruchas a las opiniones distintas de la suya.Se te ve el plumero incluso desde otras galaxias. Sobre los ejemplos a cientos; tenga paciencia y espere al Juicio Final para saber lo que contienen sus ejemplos.
En mitad de la noche de esta fallida Madrugada, en Sevilla ha estallado una gran tormenta. ¿Cómo no recordar el salmo 96?:
“Delante de él avanza fuego, abrasando en torno a los enemigos; sus relámpagos deslumbran el orbe y, viéndolos, la tierra se estremece. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos pregonan su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria”.
Nunca ha sucedido lo de este año: ni un solo día han podido salir las cofradías con normalidad. Muy escasas, y con incidencias, han podido hacerlo. Desde luego, para cualquier persona de fe, la cosa da mucho que pensar. Dios castiga a los blasfemos y a los cobardes que permitieron la zafia burla de su Hijo. Y lo hace sin palo ni piedra; es más, dándonos lo que más necesitábamos ahora, el agua. Bondad y justicia.
El infame Consejo de Hermandades y Cofradías que permitió y propició el cartel blasfemo debería estar haciendo penitencia vestidos de saco y cubiertos de ceniza. Pero nadie les recrimina nada en esta ciudad de fariseos, en la que calló incluso el arzobispo para no indisponerse con los poderes de este mundo.
Tiene toda la razón
Llorad, capillitas, lo que no habéis sabido defender como… En fin…
Amigo LECTOR, se ha hecho su «voluntad», je, je, je…si yo también pensé que esto de sacar muertos de la Macarena no podía ayudar mucho, que se lo digan al hermano mayor cofrade, un tipo con el carné de sociata en la boca… SINVERGÜENZAS!
Para que se hubiera notado el enfado de Dios, sólo tendría que haber llovido en la ciudad de Sevilla y haber hecho buen tiempo en el resto, pero la Semana Santa se ha fastidiado en buena parte de Andalucía.
En Murcia, en cambio, han salido todas las procesiones desde el miércoles santo, que son las famosas. Aquí no se blasfema en los pregones entre aplausos de ningún obispo, se respeta la imagen del Señor y no se desentierran muertos por las iglesias.
Murcia participa de la misma apostasía que toda Europa occidental.
El comentarista acierta al pleno. No hay que hacer muchas cavilaciones. Que aprendan el obispo, sus curas, los religiosos y los fieles para el 2025…
Es por eso que a Murcia el Creador la «bendice» con una SEQUÍA de tres pares de narices. Claro que luego con pedirle agua a los manchegos o a los aragoneses y decir lo malos que son,con eso basta. Se ve que los manchegos compraron muchos carteles de Sevilla.
También se ha fastidiado en Valladolid y en Cuenca, y me imagino que en más sitios. A lo que se ve, el poder del cartel de Sevilla es enorme.
Es que hay para darles gorrazos hasta en la foto del DNI de todos: culpa in contrahendo, in eligendo e in vigilando
Cuando Bergoglio desató la ira del Cielo ofrendando en el Vaticano a Pachamama, la pandemia barrió la Tierra y pagaron también justos por pecadores…
Gran comentario, lector